✾Capítulo XII✾

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Despertó en los brazos de su esposo, otra linda mañana en la cual agradecía a quien sea por ponerlo en su camino, lo admiraba mientras aún dormía y tenía sus cabellos despeinados, una imagen hermosa a su vista, despertó de apoco encontrándose a su esposo viéndolo en silencio con una sonrisa, a pesar de este casados el menos aún dejaba a la vista sus sonrojos, siempre ha sido muy penoso, Yoongi al verlo soltó una sonrisa y los besó, se quedaron platicando por un momento mientras veían el techo, hasta que el reloj marcó las 7 de la mañana, la hora que decidiría su futuro, pues exactamente Yoongi tenía solo una hora para arreglarse, ese día el empezaría a trabajar con su padre.

Ya listo se dirigió a su esposo y lo beso en ambos cachetes, este se sonrojo y tenía de verdad un mal presentimiento, lo había tenido desde ya varias semanas, solo que hoy era más fuerte, pero aun así estaba feliz por su esposo.

- Minnie, juro que llegare para la cena, te voy a extrañar mi pequeño.

- Yo también te extrañare, te prepararé algo especial para la noche, espero que te vaya muy bien.

- Te amo pequeño.

-Te amo Yoonie.

Sin más ambos juntaron sus labios y Yoongi se alejó de la puerta, ese era el día en el que su vida cambiaría para bien... ¿O no?

...

-Padre, ya estoy aquí.

- Buenos días hijo, puntual como me gusta.

- Si, no quería dar una mala impresión en mi primer día.

- Eso es bueno, muy bien ahora es momento de que te diga lo que tienes que hacer el día de hoy, no te cargaré demasiado la mano por el hecho de ser tu primer día.

Y el día transcurrió normalmente, mucho papeleo, y llamadas por contestar, por el momento Yoongi era una especie de secretario, para la hora del almuerzo Yoongi fue en busca de una cabina de teléfono para llamar a casa y hablar con su pequeño. Jimin contestó al instante y casi casi Yoongi se quedaba comiendo en la cabina, porque se le fue el tiempo volando por su mochi, se despidieron y con el poco tiempo que quedaba devoró su comida, regreso a sus horas de trabajo y terminó todo lo que tenía que hacer, aun le quedaba tiempo para llegar a casa así que decidió pasarse por el bar del hombre fornido.

- Hola, no esperé verte tan pronto, ¿Te sirvo lo de la otra vez?

- Claro que sí, y exactamente vine porque me debías una historia, ¿Cómo se llamaba tu querido adorado?

- Eso sí que no lo contaré a la primera -le sirvió su vaso- pero primero solo las cosas básicas son las que te voy a contar.

- Presiento que no será una historia que puedas contar una sola noche, ¿no?

- Acertaste.

- Bien, soy paciente, ¿Cómo es el?

- Físicamente ya no sé cómo es, pero aún puedo recordar esos ojos brillantes que me cautivaron, y sus labios tan rojos y dulces, son de lo único que no puedo olvidarme.

- ¿Cómo está eso de que no lo recuerdas?

- Es una historia de mucho tiempo, lo conocí cuando apenas éramos unos niños, mi primer amor y jamás lo voy a olvidar.

- O sea, ¿Tienes la esperanza de encontrarlo a pesar de que fue un romance de niños?

- Si no fuera así entonces yo no tendría este bar, ni viviría en esta ciudad.

- ¿Vives con la esperanza de encontrarlo sabiendo que ya puede estar con alguien más?

- Le hice una promesa hace tiempo, y no pienso romperla aún si tiene a alguien de su lado.

- ¿Qué le prometiste?

- Tuvimos un problema un día, vivíamos lejos y como de costumbre decidí mandarle un regalo, pero fui un tonto, había una chica que llamaba mi atención también en ese tiempo, y ese día también le mande un regalo a ella, y gracias al hijo del cartero hubo una confusión y el regalo que era para ella terminó en manos de quien yo amaba realmente, nuestra última llamada fue la más triste de todas, y ahí le prometí que aunque no quiera verme, al crecer yo lucharía por ir hasta el, y que no descansaría hasta únicamente tomar su mano, y que con eso el confirmaría que yo en verdad lo amé y sigo amando.

- Wao, pero si tanto lo amabas ¿Por qué alguien más te llamaba la atención?

- Porque somos humanos y podemos cometer errores, y en ese tiempo era demasiado pequeño como para comprender lo que era el amor, o bueno eso quiero creer para no tener que llamarme idiota yo mismo.

- Espero un día lo encuentres, y no es por ser mala persona, pero por lo que hiciste espero y si este casado y hasta con hijos.

- Se que me lo merezco -dio una risita nostálgica

- Se me hace tarde, debería ir a casa, pero juro que vendré para oír el resto.

- Si volviste hoy no tengo duda de que no volverás otro día.

Y se fue del lugar, se quedó pensando con toda esa historia, wao ¿Quién era tan mala persona para engañar a quien realmente ama? Pero en el fondo aun así estaba seguro de que el moreno iba a encontrar a quien a estado buscado desde hace mucho. También se puso en la situación del moreno, y se preguntaba qué sería de él si llegaba a engañar y tener a alguien más a parte de Jimin, ¿Sería solo un desliz o realmente quedaría enamorado de su amante? ¿Qué tal si su amante le hacía sentir cosas que Jimin no le hacía sentir? Pero de todos modos no es como si quisiera hacerle eso, porque lo ama, más que a nada, estaría loco si le llega a traicionar, con solo recordar su carita sabía que no le iba a fallar de esa forma.

...

Llegando a casa ya podía oler el exquisito aroma de la comida que le tenía preparada Jimin, amaba como lo consentía, definitivamente el menor era todo lo que el había deseado, entró y encontró a su esposo sirviendo la comida en la mesa, lo recibió con un beso de bienvenida y empezaron juntos a comer, de verdad que Yoongi amaba la vida que estaba teniendo en ese momento, no quería que jamás cambiara.

ℜ𝔢𝔪𝔢𝔪𝔟𝔢𝔯 𝔪𝔢, 𝔭𝔩𝔢𝔞𝔰𝔢... [𝐘𝐌]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora