✾Capítulo XXVII✾

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El frío de la noche amenazaba con entrar a la casa, era un viento tan fuerte, las ventanas empezaban a rechinar, era una casa grande, así que se le era muy difícil a Jimin sentirse seguro en esa situación.

Se encontraba bajo las mantas, ya con su pijama y abrazando su peluche, como un niño pequeño ocultándose de un mounstro que vio dentro del armario, y esperaba por su padre para calmarlo y enseñarle que en ese closet no había nada más que ropa.

Estaba a la espera de Yoongi, quien había llamado hace dos horas, dijo que llegaría mucho más tarde a casa de lo normal, su padre ese día lo había dejado muy atareado y estresado, así que Jimin no tuvo más opción que irse a la cama temprano.

- Tranquilo osito, solo es una fuerte ventisca, nada malo te va a pasar. - Decía asustado, a veces se sentía tan estúpido de tenerle miedo a este tipo de cosas siendo ya un adulto, pero después de haber sufrido por un tiempo muy largo de maltrato en su infancia, hasta las cosas más pequeñas causan pavor.

En este tipo de situaciones le encantaba imaginar cosas felices, recordar momentos hermosos o simplemente inventar historias en su cabeza con un final trágico, si, puede que termine llorando por su propia historia, pero al menos lo distraía del miedo que antes sentía.

De repente cruzó por su mente la imagen de la torre Eiffel, Paris, y una sonrisa se adornó en su rostro, era evidente que Jimin soñaba con ir a Paris junto a Yoongi, este se lo había prometido, y estaba seguro de que lo iba a cumplir, hasta incluso estaba seguro de que irían allá para su aniversario de bodas.

Ya podía imaginar a Yoongi observando la torre, mientras que Jimin le saca fotos a escondidas, porque ama como se ve, y ama como Yoongi puede ser alguien tan bello e inigualable. Ya puede imaginar a los dos caminando por los campos elíseos tomados de la mano, y siendo testigos de un atardecer que no es como cualquier otro, es un atardecer en Paris.

Solo desea que su visita sea muy pronto, añoraba besarlo bajo la noche estrellada de Paris.

Salió de su imaginación con sus mejillas rojas, y ya había pasado demasiado tiempo que ya no quedaba nada de la fuerte ventisca, y al fin pudo conciliar el sueño.

...

Yoongi no contaba con todo el trabajo que su padre le impuso, ya casi era de madrugada y el no terminaba, y las cosas hubieran sido más fáciles de no ser porque fue amable y mando a Bianca, su secretaria de ahora en adelante, a casa a descansar, no quería atarearla.

Y ahora sufría las consecuencias de sus decisiones, en este momento podría estar dormido mientras abrazaba a Jimin, solo quería llegar a casa con su esposo.

Estaba tan concentrado que no fue capaz de oír el estruendo de afuera de su oficina sino hasta que alguien había abierto la puerta, una figura tambaleante se asomó, y la acompañaba una risa estruendosa.

- Yoongiiiiii, mi gwapwo yonieee.

- ¿Bianca? ¿Qué haces aquí? Te dije que fueras a descansar, es muy tarde. - dijo nervioso y algo preocupado, era evidente el estado de embriaguez de la chica.

- Ywongi, hip, ya nwo agwuanto, vine pwor ti, poquwe quiero eshtar contwigo.

- Bianca, por Dios, siéntate, no estas en condiciones para hablar ahora, déjame te consigo agua, es lo único que hay aquí. - se levantó presuroso a traer el agua y quería dársela a Bianca.

- Nwo, thu nwo entiendesh, vinwe pwor tí, hicwe eshte viajwe por tí, cwando twu padrwe me contactwo y dijwo que me extrwañabas no dudwe en venwir parwa eshtar contigwo, perwo thu no mwe demuestrwas qwue me extrañwas. - dijo sollozando un poco, dejando a un Yoongi confundido por lo que acababa de escuchar.

- ¿Que mi padre te contact- no pudo terminar de hablar, Bianca se había abalanzado contra él y había comenzado a besarlo, esta vez el estando completamente sobrio?

Las imágenes de Jimin, recuerdos junto a él, su linda voz, su linda risa cruzaron por su mente, quería llorar y gritar por dejarse besar por alguien que no era su esposo.

Su corazón le pedía que parara, que jimin no se lo merece, que debe apartarla y correr de ese lugar a refugiarse en los brazos de su amado jimin.

Pero su mente, llena de inseguridades por culpa de su padre, su mente que solo pensaba en el cabello sedoso de la mujer que estaba besando, que solo pensaba en la suave piel de las manos que lo estaban acariciando, que solo pensaban en el aroma tan delicioso del perfume que emanaban los ropajes de la chica, lo hizo perderse de todo su alrededor.

Pronto posó sus manos en las caderas de Bianca, correspondiendo al beso, una oficina estaba siendo testigo de una infidelidad.

Un chico añoraba tener a su esposo a su lado para calmarlo del viento feroz que azotaba contra la casa, mientras que el amor de su vida estaba acariciando el cuerpo de alguien con quien no había dicho sus votos en el altar.

Y por un momento, cruzaron los pensamientos que había tenido sobre la infidelidad de Namjoon meses atrás.

...

Habían pasado días desde la visita de Seokjin al bar, y Namjoon ya no sabía si ese recuerdo fue real o solo una alucinación burlesca del alcohol que solo quería volverlo loco.

Iba caminando por las calles de Seúl, tratando de procesar los recuerdos de esa noche, y que algo le diera una pista del porque Jackson lo había dejado al cuidado del hombre que ha amado por largos años, y a ver si recordaba si este había dicho algo de si volvería a buscarlo o no.

Mientras que Jin lo observaba desde la lejanía, después de esa noche que creyó que estaba listo para enfrentar a Namjoon, ahora no se sentía listo para hacerlo.

Verlo de nuevo lo descolocó tanto, no imaginó que todos esos recuerdos felices junto a el regresaran, pensó que lo haría entrar en razón para que dejara de buscarlo y pudiera hacer su vida en paz, pero lo único que logró con su visita fue desempolvar esos sentimientos que tenía guardados y no dejaba salir a flote.

- ¡Uy rosita!, hace días viniste diciendo que querías que mi hermano deje de buscarte, pero el acosador maniático resulta ser otro.

ℜ𝔢𝔪𝔢𝔪𝔟𝔢𝔯 𝔪𝔢, 𝔭𝔩𝔢𝔞𝔰𝔢... [𝐘𝐌]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora