•Disaster

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[Capitulo 11]

Sentia como mis ojos ardían, la rabia se apoderaba de todo mi cuerpo, ni si quiera sentí  dolor al instante de golpear la barra con mi puño.
Rubius se le notaba igual de enojado que yo.
Luzu tenía un gesto difícil de explicar...

Ya no podía más.
Ya no puedo más sin el...

—No me han apoyado con mi idea de qué tal vez!—sentía las lágrimas frías recorrer por mi mejilla, mis manos temblando por la rabia, al igual que Rubén—En qué tal vez Guillermo siga vivo!—exclame apartando la mirada.

Rubius río, llevo sus manos a su cabello y lo aparto de su cara.
Volvió a observarme con una mirada asesina.

—¡De verdad Samuel seguirás con esa mierda!—grito, apuñe mis ojos y labios evitando dejar salir un sollozo, golpeó la barra provocándome un salto por el susto—ES ABSURDO! Es una completa estupidez! ¿Te das cuanta de lo que dices?—alzaba la voz conforme iba hablando—¡¡Como puedes decir algo así!! Que tú mismo lo viste todo!

—Samuel somos tus amigos, queremos que estés bien! Que no te hagas más daño, por supuesto que nos ponemos en tu lugar!—interfirió Luzu lo observé con una mirada de decepción.

Rubius se me acercó con paso rápido hasta mi y me tomó de la camiseta.
Acto seguido hice lo mismo, casi matándolo con la mirada

—¿¡Y quien si se pone en tu puto lugar eh!?—gritó aún sosteniéndome de la camiseta.

Arrugue mi nariz mientras intentaba zafarme de su agarre, pero me resultó difícil.

—Frank! Frank se pone en mi lugar! El me entiende y no me juzga!—estaba tan cegado por la ira, a veces decimos cosas que pueden llegar a lastimar a otros, a nosotros mismos—EL ES UN VERDADERO AMIGO!—grite, le grite, por fin liberándome de su agarre, en cuanto me libere lo empuje, provocando que se golpeara contra las puertas de el refrigerador dejando salir un quejido de dolor por el impacto—No vuelvas a tocarme—lo fulmine con la mirada pero el no se quedaría de brazos cruzados.

Vino de nuevo hacia mi empujándome, esta vez fui yo el que dejó salir un quejido al impactarme con la mesita, cayó un vaso de cristal, rompiéndose con el impacto.

Me acerqué a él con toda la intención de golpearle pero Luzu corrió hacia nosotros alejándonos.

—¡Calmaos ya! Por favor! Que parecéis niños pequeños joder—gritó, me sorprendió que los vecinos aún no llamaran a la policía debido a todos los gritos que yacían de mi apartamento.

—¡Si Frank es tan buen amigo como dices! Por que cojones no lo traes a vivir aquí en vez de nosotros!—forcejeaba contra Luzu para poder llegar de nuevo hasta mi, yo repetía su acción.

No tienen idea de las ganas que tenia de meterle una hostia en ese mismo momento.

—Venga ya! Es suficiente! Piensen bien lo que dicen—observó con el entrecejo fruncido a Rubén y luego a mi—Os podéis arrepentir.

Mis ojos estaban rojos, mis pupilas dilatadas, no paraban de salir las lágrimas, noté como a Rubius también se le escapaban lágrimas, Luzu intentaba retenerlas pero no tenía caso.
Nada de esto tenía caso...
Mi vida ya no tenía ni el más mínimo de sentido.
Lo había perdido todo, lo había perdido absolutamente todo.
Perdí mi vida.
Perdí me vida el siete de julio.
Y probablemente jamás la recuperaría.
Jamás podría seguir adelante sin el, el era mi luz, mi todo...
Se que el murió pero, no lo sé...
Todos esos sueños, algo en mi me hace dudar.
Tal vez pierda más de lo que ya eh perdido si me arriesgo a investigar más de esa noche.
Pero bueno, ya lo eh perdido todo...

—¿Sabes que Rubén?—apuñe mis puños y intenté retener las lágrimas—Tal vez seria buena idea—luzu me observó desconcertado, Rubén con ira en sus ojos—No los necesito ¡Jamás los necesité! Jamás me quisieron como decían.

—Samuel per que dices? Que te queremo-

—Nosotros siempre estuvimos para ti!—interrumpió a luzu, su voz, se le notaba rota, pero a la vez llena de ira y decepción—¡Te ayudamos incondicionalmente! Sin esperar nada a cambio ¡Samuel! Jamás esperamos nada a cambio! Nos necesitas.

No lo pensé dos veces, estaba seguro de que no los necesitaba, y se los demostraré.

—Largaos

—Samuel no podemos dejarte solo!—Luzu se me acercó pero retrocedí, con mi vista nublada, mi corazón palpitaba tan rápido que sentía que podía estallar.

—¡LARGAOS!

Rubén me observó incrédulo, con un millón de emociones más, jamás lo había visto tam enojado, tan roto.
Y todo era mi culpa, pero ¿sabéis algo? No sentía ni la más mínima culpa.
Me sentía tan incomprendido.
Tan roto.

Luzu vamos por nuestras cosas—lo tomó del brazo acercándolo más a él.

Luzu lo observó atónito dejando caer algunas lágrimas.

—Pero Rubén no pode-

—VÁMONOS LUZU!—le grito dejando la habitación completamente en silencio, no podía mirarles a la cara—¡No estaré en la misma casa con una persona egoísta!—dejo a luzu aun lado y se acercó hasta mi podía sentir su respiración agitada, me limité a mirarlo—Con una persona que no valora lo que hacen por el ¡No seré amigo de una persona así! Y no creas que sentiré lástima por ti Vegetta...

Esa fue la gota que derramó el vaso.
No podía más, sentía como mi cabeza dolía por la ira, ni si quiera le di tiempo a reaccionar, en cuanto mencionó ese nombre...
Le di un puñetazo Justo en la mejilla, algo cerca del ojo.
Coloco su mano en el lugar donde yacía dolor, una mancha verdosa comenzaba a hacerse notar.

—¡No vuelas a llamarme así!

Se volvió hacia mi sin ninguna intención de devolverme el golpe.

—¡Es igual! No eres mi amigo y no tengo por qué sentir pena por ti! Te llamaré como me salga de los cojones—luzu cubría su boca sorprendido por toda la escena—De verdad creí que eras diferente Vegetta, pero cambiaste—me observó de abajo hasta arriba—Anda luzu—lo tomó del brazo y lo llevo hasta la puerta, tomó el pomo y lo giró abriendo la puerta para salir, la puerta se quedó a unos pocos centímetros de quedar cerrada, pero Rubén volvió a hablar.

Guillermina estaría muy decepcionado de ti.

𝐵𝑟𝑜𝑘𝑒𝑛 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora