¿Qué le ven?

Carta

Los minutos pasaron y el receso estaba llegando a su fin, por lo que los primeros alumnos comenzaron a entrar al salón. Nino y Kim entre ellos.

El moreno se sentó en su lugar y el deportista hizo la cosas de Adrien a un lado para sentarse en el escritorio y seguir hablando, haciendo que la lapicera del Agreste, en donde estaba la nota, cayera al suelo haciendo que todo el contenido se regara en la alfombra, escuchándose una fuerte queja por parte del deportista.

-¡Adrien, cierra tu lapicera!

Gritó al aire antes de bajarse de la mesa y comenzar a recoger todo lo antes caído, no habiendo notado entre tantas cosas un papelito de cuaderno doblado, el cual dejó al confundirlo con basura.

Transcurridas unas horas, Marinette disimuladamente echó un vistazo al lugar de Adrien, sonriendo al ver abierta la lapicera sin rastros de su nota. Seguro ya la había leído. En cualquier momento Adrien llegaría y le diría "Oh Marinette, sabía que sentías eso por mi, ahora podremos estar juntos y nuestro amor no tendrá límites, casemonos y tengamos 31 hij...

-¡Agh!

Un quejido sacó de sus pensamientos a la diseñadora, siendo de Nino al haber tirado su botella de agua sobre el suelo, mojando parte de la alfombra y sin que nadie lo haya notado, la nota de Marinette. Finalmente aquello paró en la basura, mojada e inentendible. Aquel papel en donde declaraba su amor ya no existía.
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El final de la jornada escolar llegó y la mayoría del salón, incluyendo a la misma docente salió presuroso pues ese día era viernes. En menos de 2 minutos, solo restaban 3 alumnos en la sala: Marinette, Adrien y Nathaniel, este último ya estaba por cruzar la puerta, por lo que prácticamente estaban solos.

La ojiazul dio una sonrisa en sus adentros. Seguro Adrien le iba a comentar algo sobre lo de la nota aprovechando que estaban solos. Ambos se miraron y la azabache se paró delante de él quien aún intentaba cerrar su mochila pues el cierre estaba atorado.

-¿No tienes nada que decirme?

Le preguntó con una sonrisa soñadora y un brillo en sus ojos, mientras inconscientemente se acercaba a él. Este sonrió al igual que ella, pues sus ojos reflejaban esperanza.

-¿Ya me quieres hablar?

Esa contestación desvaneció la sonrisa de la ojiazul quien retrocedió un paso y tomó sus cosas, dándose la media vuelta mientras el chico la miraba cruzar la puerta pensando en qué había hecho mal denuevo.

Bueno, seguro él quería esperar hasta la noche para hablar, era entendible.
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El convertido Chat Noir aterrizaba en el balcón de Marinette algo dudoso en si era o no una buena idea visitarla. Se adentró un poco y al no ver a nadie se puso a explorar un poco la habitación, sonriendo al ver como la esencia de la ojiazul estaba en el lugar. Su aroma, la marca de sus labios con el suave tono de su labial en una taza, hilos en el suelo y retazos de tela. Eso era tan Marinette.

Sin pensarlo se sentó unos minutos disfrutando la tranquilidad que se sentía en esa habitación, tomando una hoja del escritorio y la primer pluma que encontró, comenzando a escribir lo que quería decirle desde hace tiempo.

Marinette, enserio lamento ser una decepción, daría lo que fuera para ser la mitad de lo que creías de mí, mi intención nunca fue hacerte daño, aunque al parecer ya lo hice. Se que no cambia en nada que conozcamos quienes somos pero aún así quisiera decirte que te amo. Siempre lo hice. Te amé como Lady Bug y volví a enamorarme de Marinette. Dos veces. Comienzo a darme cuenta de que pase lo que pase siempre serás tú Marinette.

Espero no lo tomes a mal pero me tomé el tiempo para memorizar tus miedos, tus sueños, tus esperanzas, tus valores y cada facción de tu rostro, porque con solo mirar tus ojos se que es lo que sientes y por esa misma mirada sé que no es prudente hablarte por ahora.

Sin dudas puedo decir que te amo por completo y si tan solo pudieras darme una oportunidad, no la desaprovecharía. Te amo Marinette.

Adrien.

Después de haberse tomado un largo rato para escribir aquello, con indecisión dobló la carta no sabiendo si era correcto o no lo que estaba haciendo, pero al final se decidió por dejarla en la almohada de su cama.

Acariciando las cosas a su paso, lentamente el héroe saltó por el balcón cinco minutos antes de que la ojiazul entrara completamente enojada después de haber esperado por una hora entera al héroe en la torre Eiffel, sintiéndose similar a una flor ¡Plantada!

Continuara...

Amo este drama. Bien. El plan es acabarla en este mes porque está historia la tengo desde 2019 y que vergüenza JAJJSJSJS ya es 2022.

En mi defensa, que difícil es estudiar.

En fin, disfruten.