La temprana mañana sabatina de Marinette era acompañada con un incesante celular sonando.
La ojiazul con pereza lo posponía una y otra vez, hasta que finalmente logró desesperarla tanto como para notar algo.
-Espera, ese no es el sonido de mi alarma.
Dijo reaccionando, quitando la frazada de encima de ella y tomando su celular, descubriendo que era una llamada.
-¿¡Quién se atreve a llamar a las 7 de la madrugada del Sabado!?
Preguntó Tikki quien estaba bajo las montañas de cobijas de la cama, recién despertada.
-13 llamadas perdidas de "Mi futuro esposo y dueño de mis quincenas Adrien Agreste"
Tikki se lamentó el tener que escuchar eso tan temprano en su día, pensando
¿Quién rayos le ponía ese nombre de contacto a su crush?
Marinette simplemente comenzaba a entrar en pánico.
-¿Qué hago?
Preguntó a Tikki con sus ojos abiertos por completo y dando brincos en la cama sin saber que hacer.
-Contesta.
Marinette sintió la mirada lógica de Tikki y asintió.
-Hola
Saludó ahogando un grito al haber pulsado el botón.
-Hola, soy yo, Adrien, me preguntaba si aceptas...
-Acepto.
Interrumpió la chica sin siquiera saber que aceptaba y este sonrió feliz tras haber sido más fácil de lo que esperaba.
-Okey, estoy abajo.
Contestó y cortó la llamada, dejandola con la palabra en la boca.
-Espera ¿Qué acepté?
Y soltando el celular, su mirada se tornó perdida.
Lo aceptó más rápido que a los terminos y condiciones de Whatsapp.
Tikki al mirarla, rodó los ojos con cansancio, flotando hacia la ventana y transpasandola, regresando donde ella.
-Usa ropa deportiva, lleva un paño para el sudor y croissants.
Mencionó tranquilamente mientras entraba a la bolsa de Marinette dispuesta a volver a dormir.
Era mejor seguir los consejos de la CEO de la fortuna y la creación.
.
.
.-Hola.
Le dijo Marinette saludandolo al llegar junto con el y Adrien le regresó el saludo contento.
-Hola.
Se acercó y le puso un casco en la cabeza, sonrojandose al verla en ropa deportiva.
-¿Y ya cenaste?
Dijo intentando concentrarse en un tema de conversación mientras le acomodaba el casco, dandose un facepalm mental al escuchar lo que había dicho.
-¿Bien y tú?
Habló Marinette totalmente nerviosa al tener al chico tan cerca de su cara, no notando su error garrafal.
Miró a su alrededor y notó como había una bicicleta para dos, no teniendo idea que Adrien sabía andar en una de esas.
¡Rayos! Ella creía que lo sabía todo de él. Fracasó como stalker.
-El plan es ir al margen del rio Sena ¿Te parece bien?
Preguntó Agreste y Marinette asintió.
Ayudandola a subir y tras poner los dos sus suelas sobre los pedales, avanzaron.
¡Oh! Ir en bicicleta era tan románt...
¡Pum!
Un golpe seco se escuchó en el lugar, haciendo que Gorilla, quien los seguía a escondidas por órdenes de Gabriel, corriera donde ellos.
Fueron los dos jovenes que cayeron al suelo al intentar avanzar.
Un quejido se escuchó de la ojiazul y habló
-No sabes andar en bicicleta ¿Cierto?
Preguntó Marinette desde el suelo a lo que Adrien ocultó su cara con verguenza.
-Absolutamente nada.
Respondió y sintió sus mejillas calientes.
¿Por qué la tierra no se lo tragaba?
-Lamento arruinar tu mañana.
Dijo Agreste mientras Gorilla los auxiliaba, ganandose la mirada optimista de la azabache.
-Mi mañana no esta cerca de arruinarse, tranquilo. Espera un momento.
Le dijo soltando su mano, no dandose cuenta cuando la habían tomado, mientras entraba a la panadería y sacaba una bicicleta.
Estaban tan dentro de su burbuja que nunca notaron a Gorilla, quién simplemente regresó a su escondite.
Cruzaron la calle y llegaron al parque.
-¿Qué hacemos aquí? ¿Me vas a humillar por no saber montar bicicleta? Eso no es muy cortés señorita.
La chica de los ojos azules rió y habló.
-Suena tentador, pero hoy no. Adrien te voy a enseñar a andar en bicicleta.
Le dijo y la sonrisa soñadora del chico se borró de inmediato.
Besarla como Chat Noir, enfrente de el señor Dupain y después decirle que le gustaba Lady Bug, le daba menos miedo.
.
.
.Los mechones azabaches junto con los rubios cabellos se mezclaban entre si, mientras estaban derrotados recostados sobre el cesped.
-Lo hiciste... genial.
Mintió agotada mientras Adrien tomaba su mano, no teniendo energía ni para sonrojarse.
-Sabemos que no fué así, pero gracias por ayudarme.
Le mintió recordando el terror que fué tenerla de maestra.
Intentando olvidar el trauma, su mirada se dirigió a la parte inferior de ella y una sonrisa incontrolable salió de sus labios.
-Adoro los hamsters.
La ojiazul al escucharlo palideció y miró lentamente a sus pies, descubriendo que su temor era cierto.
¡Olvidó quitarse sus pantunflas de hamster!
-Adiós.
Le dijo casi huyendo, despidiendose e intentando besar su mejilla, besandole por accidente la comisura de sus labios al no calcular bien.
Y salió corriendo a su casa tras el pequeño accidente, decidida a tomar un largo baño, para después ponerse unos zapatos normales.
Mientras el la veía irse sintiendo que el sufrimiento había valido la pena, no prestó atención a los flashes de cámaras que inundaban el lugar.
Al reaccionar y descubrir como habían grabado sus más de 130 caídas mientras practicaba, negó.
-¡Rayos!
Continuara...
Hoy ví mi bicicleta arrumbada y con las llantas bajas por no salir con ella en casi un año. Me dió algo de melancolía.
Solía ir a la playa junto con mis amigos y rodarla por el malecón. En mi ciudad la playa queda relativamente cerca.
Una actividad que era relajante. Ojalá algún día pudiera repetirlo.
En fin, disfruten.
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¿Qué le ven?
HumorAdrien al darse cuenta que muchos chicos estaban interesados en Marinette, él decide buscar eso que ellos encuentran tan especial en ella.