𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐒𝐈𝐗𝐓𝐄𝐄𝐍: 𝐑𝐄𝐌Á𝐍𝐄𝐍𝐂𝐄 (𝐄)

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CW: Sangre, consumo de sangre, smut.



Justo cinco minutos después de que Renai y Drácula dejaron la fundación Harker, Zoe se dio cuenta de que, con lo único que se había quedado era con las dos muestras de sangre que había extraído de ambos vampiros y un montón de papeleo que pronto tendría que redactar como debía ser y posteriormente organizar. Sus manos estaban vacías y no encontró ningún oro metafórico en el río profundo donde se encontraba. El trabajo de su vida parecía irse poco a poco y lo veía desde la distancia con gran frustración.

—Zoe- digo, Doctora Van Helsing —una voz conocida llamó su atención mientras sostenía los dos tubos de ensayo entre sus dedos pálidos, sentada detrás de un desorganizado escritorio donde reposaban varios vasos de cartón desechables con té de varios días, algunos vacíos, algunos medio llenos.

La castaña sonrió, guardando ambas muestras en el bolsillo blanco de su bata—. ¡Jack Seward! Creí que te habías ido, ya sabes, después de lo que pasó con Renai y Drácula.

El joven, alto, de tez blanca y delgado con un corto cabello castaño muy lacio negó con la cabeza—. No, me he pasado la última hora tratando de encontrar mi teléfono ¿no lo viste tú? Lo dejé en el cambiador —todos los individuos que 'donarían' sangre para ambos vampiros tenían que cambiarse forzosamente a uniformes médicos. De hecho, Jack estaba usando uno. Zoe le ofreció una respuesta negativa—. No soy muy bueno buscando, tendré que echar otro vistazo. Pero- erm- ¿cómo has estado tú?

Zoe hizo una mueca—. No he tenido ningún síntoma hasta ahora, he de tener suerte, pero... sé que la enfermedad sigue ahí, corriendo por mis venas. Trato de no pensar mucho en ello. Hey, habías dicho que ya no estarías en el programa, creí que había una chica —comentó, intentando mantener la conversación más positiva en lugar de derivar en temas más sombríos.

Jack bajó la mirada, su rostro cambió a una expresión un poco decepcionada—. Sí... yo también lo creí —explicó con mirada triste y Zoe no se atrevió a preguntar más detalles porque no tenían tanta confianza uno en el otro, Jack simplemente trabajaba para ella. El joven se aclaró la garganta, acomodando el gafete con su nombre que ya no necesitaría porque el proyecto, hasta ese momento, había fracasado—. Bueno, iré a ver si puedo encontrar mi teléfono. Si sabes algo ¿podrías avisarme?

Van Helsing asintió, ofreciéndole una humilde sonrisa—. Claro que sí.

Jack se disponía a irse, incluso dio unos cuantos pasos fuera de la oficina, aunque pronto regresó—. No te desanimes. Este ha sido un gran trabajo el que haz hecho y podrá haber terminado de forma decepcionante, pero... Roma no se construyó en un día. Aprovecha el tiempo que tienes.

La castaña agradeció las palaras de aliento. Ahora le causaba vergüenza caminar por los pasillos de la fundación porque quería evitarse todas esas miradas condescendientes, esas que se ganó por desperdiciar tanto tiempo buscando a ambos vampiros para que al final terminasen yéndose sin consecuencia alguna. Jack le sonrió y se fue, dejándole sola junto a sus tristes pensamientos que divagaban entre pensar en su muerte y en el decepcionante resultado de su investigación.

Del bolsillo de su bata, tomó uno de los tubos de ensayo, llenos casi hasta el borde con sangre de los dos Drácula, marido y mujer. No se molestó en ver el nombre impreso en la etiqueta, dejando todo más como una situación al azar que como una decisión bien tomada. Una mala decisión, debía decirse. Lo que estaba a punto de hacer era lo más estúpidamente arriesgado que viviría y lo peor era que no sabía si valdría la pena o no. La única forma de saberlo era haciéndolo. La curiosidad siempre asesinó al gato, pero este murió conociendo la respuesta. Y si le tocaba ser el gato entonces... que así fuese.

𝐈𝐍𝐒𝐎𝐋𝐈𝐓𝐄 | 𝐁𝐁𝐂 𝐃𝐑𝐀𝐂𝐔𝐋𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora