𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐅𝐈𝐕𝐄: 𝐀𝐁𝐒𝐓𝐄𝐍𝐓𝐈𝐀 (𝐄)

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CW: Menciones de muerte, sangre, sangrado, desnudez, degollación, descripción de un parto, nacimiento, nacimiento póstumo (placenta).





1897





Otra carta más fue escrita.


Tomó aproximadamente un día escribirla y unas tres semanas o más en llegar desde Bucarest hasta Targoviste. La respuesta, por supuesto, era en absoluto tranquilizadora para la madre superiora que se había quedado sin mujer qué vender a un hombre adinerado que le hubiese traído jugosas ganancias económicas con el injusto intercambio. Incluía mentiras sobre cómo había estado muy enferma como para escribir con anterioridad pero que sus palabras escritas sobre el papel eran prueba fehaciente de que Renai, en pleno uso de sus facultades mentales, había decidido escapar y emprender el viaje ella sola, con sus pequeños ahorros y que no estaba siendo retenida por nadie.

La respuesta de la madre superiora la traía sin cuidado. Lo que, por el contrario, la mantenía en constante preocupación era saber que el mortal tiempo a lado del hombre a quien amaba, se estaba recortando cada vez más y más. Podía notarlo en la evolución de su cuerpo, aunque más que evolución, era regresión. El cabello se iba cayendo con mayor regularidad, sus ojos parecían cuencas grisáceas y poco a poco perdía más peso, podía notarlo incluso sin necesidad de ver su reflejo, sentía sus clavículas sobresalir por la casi transparente piel como un par de agujas. Las heridas del cuello cada vez eran más profundas, casi no había masa muscular en su abdomen y los huesos de sus caderas eran bastante prominentes.

Ambos notaban el bizarro cambio. Drácula se culpaba constantemente y Renai no podía contradecirle, se sentía atrapada dentro de un reloj de arena cuyos granos comenzaban a caer cada vez más rápido. No había mucho que pudiese hacer o decir, para que el dolor en su pecho fuese menormente abrumador. Después de años enteros buscando un lugar perfecto donde sintiese que pertenecía y después de haberlo encontrado por fin, iba a perderlo porque su humanidad no daba para más.

En medio de la madrugada, se levantó por agua fresca. Las velas iban a la mitad, consumiéndose poco a poco, pero dando suficiente luz en la habitación. Estaba desnuda, el cabello dorado caía por su hombro izquierdo, pasando el pecho. Sintió los dedos de Drácula pasando por una de las cicatrices en su espalda que estaba llena de esas líneas rosáceas por doquier. Los huesos de las vértebras sobresalían verticalmente como si alguien hubiese puesto piedras en su interior. Renai se estremeció, alcanzando una bata blanca que pasó por cada uno de sus delgados brazos para cubrirse, aunque la manga izquierda cayó por su hombro, dejando en descubierto la piel—. Moriré pronto —no era ni pregunta o suposición, era una declaración—. No puedes seguir alimentándote de mí.

Para aquellos momentos, Drácula parecía un saludable hombre de cincuenta años. De viejo no tenía absolutamente nada, ni siquiera había una sola cana en medio de la corta, recta cabellera negra. Sus cejas eran pobladas y su mirada castaña se mantenía suave, eso si no había cambiado. Tenía extrema fuerza, su memoria y pensamientos se mantenían frescos, en constante estado de alerta. Las uñas no lucían tan descuidadas como en un principio, pero continuaron con su peculiar forma puntiaguda y afilada.

Las cicatrices en el cuerpo de Renai, cuya historia conocía gracias a haber estado bebiendo su sangre, llamaban constantemente su atención. Acomodó la manga sobre el hombro con cuidado, deslizando sus dedos por la suave tela—. Lo último que deseo es herirte —murmuró; un mechón de cabello negruzco caía por su pálida frente—. Hay algo que debo decir —mencionó y la chica volteó a verlo, colocando la barbilla sobre el hombro izquierdo cubierto—. Este castillo es tuyo si así lo quieres, en él no habrá nada más que un futuro digno para ti... para nosotros. El tiempo es... despiadado e inclemente con criaturas como yo. Las personas que conocemos pronto se convierten en cenizas o recuerdos. Lo último que quiero de ti es que seas un recuerdo más en mi memoria, pero, me temo que ya te he hecho un daño que no puede ser revertido. Morirás, dejarás mi lado por siempre-

𝐈𝐍𝐒𝐎𝐋𝐈𝐓𝐄 | 𝐁𝐁𝐂 𝐃𝐑𝐀𝐂𝐔𝐋𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora