𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐓𝐖𝐄𝐍𝐓𝐘: 𝐈𝐍𝐒𝐎𝐋𝐈𝐓𝐄

92 9 7
                                    






CW: Intento de asesinato, asesinato, apuñalamiento, heridas graves, peleas físicas, menciones de sangre, consumo de sangre, muerte, medicaciones.





'Se lo pidió. Le pidió por la sangre, por el óxido, por el pecado. No quería las perlas de las que otras jóvenes hablaban ni el fino mármol de los palacios o incluso las rosas en las bocas de los sirvientes. Quería granadas–  quería la oscuridad, le quería a él.'

-Daniella Michalleni, Persephone Speaks.






Tabitha abrió los ojos, mirando al cielo.

Su respiración estaba tan agitada que apenas podía controlarle. Si dejaba de concentrarse en ello, entonces estaba segura de que iba a hiperventilar y se ahogaría con su propia saliva. El bonito y elegante traje azul profundo que llevaba puesto estaba manchado de sangre escarlata, la piel pálida de la parte derecha de su rostro también. Cerró los ojos de nueva cuenta, escuchándose respirar con  profunda pesadez e intentando ignorar el caos que le rodeaba, intentando convencerse de que siempre había estado acostumbrada al desastre, aunque sabía bien que era una vil mentira. Ella anhelaba la paz y la calma que tenía conforme fue creciendo, que tenía de vuelta en casa. Ojalá nunca hubiese dejado París.

Llevó una temblorosa mano hacia donde estaban sus costillas, apenas podía mover los dedos de tanto que tiritaban. Saliendo de entre su piel, que antes estaba cubierta por la fina tela de su traje que ahora estaba arruinada por completo e imposible de reparar, salía un extremo de una estaca de madera, el arma que le hirió. Tensó la mandíbula con tal fuerza que una de sus muelas se quebró. Empujó los pedazos de diente con la lengua y les escupió al suelo; su factor de curación vampírico no era tan rápido como el de sus padres, pero existía en su cuerpo y debía usarle. Llevó su brazo derecho a su boca, donde mordió la tela de su camisa azul claro.

Inhaló una, dos, tres veces. Su mano permanecía envuelta en el final de la estaca y estaba cubierta de su propia sangre. Repitió las mismas inspiraciones erráticas, cerró los ojos otra vez y jaló el objeto fuera de su cuerpo, sintiendo el mismo dañando más sus adentros, empujando los huesos de sus costillas, creando un sonido aplastante y repugnante como el de carne siendo molida. Soltó un alarido de dolor que fue cubierto por la tela de su camisa que había usado como mordaza. Un alivio pronto surgió, aunque fue efímero y decepcionante. Simultáneamente, un caudal de sangre salía de su gran herida. No le dio demasiada importancia, cerraría en un par de momentos. Sostuvo la estaca en su mano y le lanzó con fuerza a una esquina de la habitación.

'¿Cómo terminé aquí?' Fue el único pensamiento que surgió mientras se ponía de pie.











*








Le habían cambiado la medicación intravenosa a una más fuerte. Sabía que el cáncer iba avanzado, se lo detectó demasiado tarde y no había forma de que la quimioterapia generase un cambio significativo para bien en su cuerpo. No quería causar más dolor del que ya estaba sufriendo y sabía bien que no podía escapar de la muerte. Por más rápido que corriese, su destino estaba escrito y no existía forma alguna en la que pudiese evitarle. Así que, con la frente en alto, se entregaría a su final, enfrentando al mismo sin temor, sin vergüenza. Llevó una buena vida y todo fue bueno mientras duró.

El medicamento nuevo que corría por sus venas era tan intenso que estaba comenzando a causarle dolor de cabeza, quizá porque no estaba acostumbrada a una dosis tan fuerte. Había pasado todo el día leyendo o bien mirando televisión y la noche había caído, el cielo estaba en completa penumbra, el aire fresco se colaba por la ventana de su habitación. Más temprano ese mismo día, según lo que Jack le había informado por mensaje de texto, fue el funeral de Lucy Westenra y Tabitha Drácula, hija de los asesinos de la chica, estuvo presente para ofrecer sus condolencias. Mañana, tal vez, tendría un poco más de fuerza para juzgar sus acciones aunque, si era honesta, debía reconocer que, más allá del gran parecido físico, Tabitha era bastante diferente a sus padres.

𝐈𝐍𝐒𝐎𝐋𝐈𝐓𝐄 | 𝐁𝐁𝐂 𝐃𝐑𝐀𝐂𝐔𝐋𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora