𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐓𝐄𝐍: 𝐂𝐎𝐍𝐕𝐈𝐕𝐈𝐎

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CW: Menciones de sangre, asesinato.





Con el paso del tiempo, el miedo se intensificó entre los pasajeros y los marineros temerosos quienes seguían vigilantes por si ocurría algún otro asesinato inesperado, aunque después de las dos primeras muertes, cuatro días con sus tres noches habían transcurrido y el ambiente se mostraba sereno.

Lo más irónico de todo era que ambos vampiros debían pretender estar asustados también, aunque Renai todavía no podía sacudirse ese mal presentimiento que cada momento parecía aumentar de tamaño en sus adentros y que le decía que no se confiase, que a pesar de llevar ventaja, los juegos siempre tenían fama de ser impredecibles, cambiantes... quizá el siguiente cambio no sería a su favor.

Con la sed medianamente saciada de Drácula y el prudente espacio temporal que dejaron pasar para que las cosas se calmasen, la vampiresa pronto había puesto el ojo en su primera víctima, al menos en ese viaje: Dorabella Ruthven, la joven en sus tardíos veintes, recién casada, con ojos azules brillantes por un futuro prometedor que, lamentablemente, se vería profundamente truncado.

Olgaren, el cocinero ruso manco, puso sobre la mesa de ambos vampiros una cena cuestionable que pretendieron disfrutar a pesar de que muy pocas, si no es que contadas porciones llegaron a sus labios—. Puedo sentir tu nerviosismo —Drácula fue el primero en romper el silencio, empujando un pedazo de carne término medio con el tenedor, su rostro tenía una ligera mueca de disconformidad.

—No son nervios —prontamente refutó, sintiéndose a la defensiva, tamborileando los dedos en su copa de vidrio, que estaba llena hasta la mitad con agua—, es... antelación.

—Recuerda lo que te he enseñado —ofreció, sabiendo que su esposa mentía pero decidiendo no presionar demasiado; soltó un suspiro, mirándola con ojos oscuros que tenían un brillo particular, como si una estrella plateada estuviese en cada uno de sus irises.

—Lo recuerdo —asintió devolviéndole la mirada brevemente; a veces solía olvidar el verdadero motivo de la travesía en el Deméter, solía convencerse de que solamente estaban vacacionando, que volverían a Wallachia y que en esa realidad alterna que su mente había creado, nunca se había separado de su hija. Sin embargo, algunas cosas solo podían vivir en la imaginación, dentro de un infinito 'si hubiese'—, solo espero que tengas razón... que cada vez se vuelva más fácil —se impulsó con los pies hacia atrás, levantándose de golpe, ganándose algunas miradas cuestionantes del resto de los comensales que ignoró.

Le sonrió a su marido y, cuando se dispuso a salir, Drácula le tomó de la muñeca suavemente, observándole—. Se volverá más fácil, confía en mí.

Se agachó un poco, la palma de su mano se posó en la mejilla del vampiro—. Lo hago —le besó y los tacones bajos de sus botas golpeando el piso de madera pudo ser escuchado en medio de lo que consideró un apacible silencio.

Esperó en la cubierta a que tanto la tripulación como los pasajeros estuviesen dormidos mirando las pocas estrellas que podían ser apreciadas a través de la niebla, contemplando el horizonte donde la línea entre el mar y el cielo parecía no existir. El viento fresco hacía que el cabello, ondulado un poco gracias a la humedad del clima, volase ligeramente—. Condesa —el aroma a flores frescas de Dorabella despertó un apetito adormilado—. ¿Tampoco podía dormir?

Renai apartó la mirada de la luna llena, cubierta por la anteriormente mencionada niebla y por alguna que otra nube grisácea—. Me temo que no, poco a poco voy recuperándome de los mareos y náuseas pero, estos tienden a regresar repentinamente —le ofreció una sonrisa amable, genuina—. Me imaginé que un poco de aire fresco mejoraría mis dolencias.

𝐈𝐍𝐒𝐎𝐋𝐈𝐓𝐄 | 𝐁𝐁𝐂 𝐃𝐑𝐀𝐂𝐔𝐋𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora