canyon moon

845 121 13
                                    

Cada cierto tiempo a Ni-ki le gustaba bailar. Entraba a la sala de ensayos cuando nadie más la usaba y hacia freestyle. Tenía buena condición física, y después de aprenderse todas las coreografías del Just dance tuvo ganas de experimentar, por lo que practicaba a solas.

En su playlist al azar sonó Replay de Shinee; bailó relajado, realizando los pasos con soltura, suavemente, dejándose llevar.

Pensó mucho en Jake. El maquillista había estado ocupado visitando lugares en Brasil con los bailarines y algunas chicas del staff. Le había llamado invitándolo, pero como siempre, usó la excusa de que tenía que estudiar.

Si Sunghoon se enteraba de esa actitud tan cobarde seguramente tendría unas cuantas cosas que decir.

Pasaba más tiempo excusandose que estudiando. Su cerebro soltaba la excusa incluso antes de razonar, pero cumplía con su propósito.

Jake era siempre tan atento; le miraba a los ojos cuando hablaban, su sonrisa habitual se ensanchaba el doble cuando estaban juntos, y el resto del mundo dejaba de ser relevante. ¿Como no se dio cuenta de esas cosas? Se enorgullecía de ser una persona observadora. Las cosas más simples, a veces son las que pasamos por alto. Las que más anhelamos están frente a nosotros.

La puerta se abrió de repente. Por la pared espejo vio la figura de su hermano entrar a la sala vestido con ropa deportiva.

—Hola —saludó el mayor— pensé que podíamos ir a correr, pero veo que estás ocupado.

—Podemos hacerlo si quieres.

—¿Estabas bailando?

Ni-ki se encogió de hombros, corriendo a apagar la música. No es que tuviera vergüenza de seguir bailando frente a Heeseung, mejor que estuviera presente para comprobar que se cuidaba. No quería que lo sermoneara, lo hacía todavía más seguido después de su pequeño accidente.

—¿Qué quieres hacer? —preguntó sentándose en el suelo, Heeseung enseguida lo imitó. Ambos se veían reflejados en el espejo.

—Esto está bien —dijo Heeseung con simpleza.

—¿Por qué no fuiste con Jake y los demás?

—Quería hablar contigo.

—Oh...

—Jake también te invitó ¿por qué no fuiste?

—Tarea —su excusa salió sin más, de nuevo, no lo podía evitar.

—Mentira, acabo de ir a buscarte con Sunghoon y me dijo que habías terminado todo lo de esta semana.

Ni-ki odió a su hyung por un instante. Su excusa perfecta cayéndose a pedazos.

—Dime por qué no quieres salir —ordenó sin sonar enojado en realidad— siempre te escondes.

—N-no me escondo —joder, odiaba tartamudear.

—Lo haces, te escondes de todos, escondes tus sentimientos, tus pensamientos, nunca hablas a menos que alguien te pregunte algo, y si haces una pregunta es porque no te gusta el silencio incómodo.

—Solo no me gusta decir nada innecesario.

—¿Por qué?

—Porque esas cosas no sirven de nada —declaró, dejando de ver su reflejo— las personas dicen muchas cosas tontas.

—¿Crees que todos decimos cosas tontas?

—¿Estás psicoanalizándome?

Heeseung suspiró un poco frustrado. Observó a Riki hasta que este no tuvo más opción que voltear a mirarle también.

—No te psicoanalizo, soy tu hermano, quiero ayudarte.

—No me gusta hablar sobre mí.

—Claro que sí —rió— te escuché hablando con Jake en el avión, ¿recuerdas ese día?

Ni-ki agrandó sus ojos por la sorpresa, se sintió apenado sin motivo. Lo había olvidado.

—Riki, sé las cosas que te gustan porque te conozco, tus mañas y todo eso, pero a él se las cuentas. Se las cuentas porque quieres que él piense bien de ti.

—...

—Tú nunca te esfuerzas en dar una buena impresión, no lo necesitas, aunque crees pasar desapercibido muchos te notan y te aprecian, pero con Jake te esfuerzas inconscientemente ¿no te has dado cuenta de eso?

—¿No?

—Pensé que por fin habías encontrado a alguien a quien querías acercarte, sin querer yo también quise acercarme a él, Jake debe hacer brujería o algo —sonrió melancólico— lo que no entiendo es por qué si te gusta no puedes aceptar sus sentimientos.

Ni-ki se acostó en el suelo, tapándose los ojos con el antebrazo. Hablar de eso con Heeseung lo hacía sentir culpable.

—Cuando me lo dijo quise fingir que no lo había pensado antes —siguió hablando el mayor— pero en realidad era bastante obvio. Siempre me preguntaba cosas sobre ti y se decepcionaba cuando no asistes a nuestras salidas. O como tú te sentías en confianza con él, incluso dejaste que te maquillara. Su cara de felicidad cuando presumía sobre tu rostro.

—¿No te sientes mal hablando de esto?

—No, soy yo quien se metió donde no debía y se engañó a sí mismo.

Ni-ki se quitó el brazo de la cara. De repente recordó cuando lloró frente a Jake y este le consoló. Tenía un poco de ganas de llorar otra vez.

—¿No me odias? —sus ojos brillosos y un puchero inconsciente en sus labios.

—Jamás te odiaría, mocoso —le cogió de las mejillas, algo que sabía que no le gustaba— te quiero, aunque no te lo diga seguido, sabes que te adoro.

Ni-ki asintió tratando de controlar sus expresiones.

—Y Jake también te adora, así que no quiero que le sigas cancelando las salidas, entiende que tienes mucho para ofrecer, ya no eres un niño.

Heeseung se levantó del suelo alzando sus brazos y aplaudió, extendiendo una de sus manos para ayudarle a levantarse.

—Ahora vamos a bailar, quiero verte, muéstrame todo lo que tienes.

—¿En serio? —sonrió con emoción.

—En serio —dijo mostrando una cálida y cariñosa sonrisa.

Ni-ki se sintió realmente feliz, más de lo que había estado en mucho tiempo. Amaba a su hermano.

adore youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora