Adicción [CANCELADA]

09

Una vez cerró el club él azabache se encaminó a su departamento, aún que no se sentía cómodo con la idea de volver a un departamento solo y su teléfono aún no tenía noticias de Kenma ¿Se abría quedado sin batería?.
Bueno, fuera lo que fuere no podía hacer nada, las llamadas no entraban y los mensajes no llegaban, no había nada que hacer.

Con un suspiro Akaashi volvió a revisar su teléfono, esperando que algún milagro ocurriera y no tuviera que volver a un lugar solitario.

Desde niño Akaashi odiaba la soledad, incluso sí sus padres biológicos lo golpeaban seguido, prefería eso a estar solo en la casa. Incluso al ser adoptado, prefería cada cosa horrible que hacían sus padres adoptivos a quedarse solo.

Su teléfono vibró y lo miro con desesperación, esperaba que fuera un mensaje de Kenma, por suerte sí lo fue.

[Lamento no haber escrito ni avisado antes, pero estoy en casa de un amigo. Me encuentro bien y me quedaré unos días.]

[Lamento no haber escrito antes]
2:11a.m

[Primero que nada, me alegro de que estés bien]

[Segundo...¿Qué diablos haces despierto a estás horas? Deberías dormir]
2:12a.m

[Estaba viendo películas con Kuroo y se nos fue el tiempo, pero ya vamos a dormír... Descansa Keiji]
2:12a.m

[También descansa]
2:13a.m

Akaashi guardó su teléfono, ahora que tenía confirmación de que su amigo estaba bien se sentía más tranquilo. Pero algo llamaba su atención, Kenma no solía quedarse en casas ajenas por su ansiedad, sin embargo, no parecía tener muchos problemas está vez, bueno, ya le preguntaría qué había pasado.

Estaba caminando cerca de una plaza cuando notó algo que le llamo la atención, una niña con el cabello largo y desordenado se encontraba observando unos insectos en las plantas. Él oji azúl se acercó más, no había duda, la pequeña niña albina era Nyoko Bokuto ¿Qué hacía afuera de su hogar a estás horas de la mañana?

La niña llevaba un camisón celeste con estrellas, tenía el cabello albino atado en una coleta baja y desordenada, pero lo más impresionante era que se encontraba descalza y la pequeña no vivía cerca de esta zona.

Akaashi se acercó para tratar de hablar con ella y saber que hacía una niña de cinco años despierta y en la calle.

— Nyoko-san — Pronunció las palabras con cuidado, ya que no quería espantarla

La pequeña aparato su mirada de los insectos, sus ojos dorados, idénticos a los de su tío, se clavaron en él.

— ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar durmiendo? — estaba lo suficientemente cerca de ella y se sentó frente a la niña

Nyoko no decía nada, eso no era nuevo. Miraba a las flores con insectos, a Akaashi y la luz del foco, luego repetía el patrón.

— ¿Tú tío sabe que estás aquí? — Está vez la niña lo miro y negó con la cabeza

La pequeña tenía una tableta en las manos, la vio escribir y luego vió el texto en la pantalla.

«Papá está durmiendo y yo quería ver las hortensias, no quise despertarlo así que vine sola»

Una vez Akaashi termino de leer se pasó la mano por el cabello con algo de frustración, no sabía bien como abordar la situación.

— Nyoko-san, eso no se debe hacer... ¿Por qué no viniste en el día?