Su padre era alguien muy respetado, no porque fuera alguien a quién respetar, sino porque todos tenían miedo de un traficante de drogas.
Asesinatos, torturas, drogas, vicios... Ese fue el mundo en el que creció Akaashi.
Su madre era una prostituta, siempre llevaba un nuevo hombre a la casa cuando su padre no estaba, muchas veces, aquellos hombres abusaron de Keiji, en varios sentidos de la palabra.
Su padre era violento, golpeaba a su madre seguido y no se arrepentía de ello.
"Es una puta que no merece buen trato" Eso era lo que siempre decía su padre.
Pero con Keiji las cosas eran diferentes, siempre que su padre le hacía algo lo intentaba arreglar, su padre lucía totalmente arrepentido y devastado después de golpearlo.
Akaashi siempre pensó que su padre lo odiaba porque su cabello era igual al de su madre, pero al contrario, su padre lo detestaba y amaba al mismo tiempo.
Keiji siempre pensó que tendría esa vida, hasta que conoció a un niño un año mayor.
Un chico bastante atractivo de cabello plateado, ojos castaños y un característico lunar bajo su ojo izquierdo. Akaashi se hizo muy unido a aquel niño, era como un hermano mayor o un padre que no tuvo.
No sabía mucho del niño pero no le importaba, solo era feliz estando cerca de alguien tan refrescante como lo era él, Sugawara Kōshi.
Eso solo duró hasta que sus padres fueron asesinados, un ajuste de cuentas. Esa noche sus padres y él fueron torturados por otros distribuidores de drogas. Akaashi estaba seguro de que moriría, estuvo realmente triste cuando notó que seguía vivo.
Su vida no mejoró después de eso.
Perdió contacto con Kōshi, su familia adoptiva era más cruel que la biológica y se había vuelto adicto al dolor de la autolesión.
Muchas veces algún profesor le había sugerido tomar terapia, pero no sé sentía como un loco para tener que hacerlo.
Decidió sobrellevar todo el dolor él solo, también descubrió que cuidar de sus amigos le ayudaba un poco, a pesar del estrés que eso le generaba lo hacía sentir necesario.
Pero ahora estaba Bokuto Koutarou, quien a pesar de ser mayor que él, a veces parecía otro niño del que debía cuidar. Por algún motivo no le molestaba, le gustaba estar tiempo con Bokuto y con Nyoko, quien necesitaba de más cuidados.
Bokuto era alguien bastante despreocupado, muchas veces inmaduro, caprichoso y demasiado optimista para el gusto del azabache, pero también podía ser muy serio si se trataba de su trabajo o de Nyoko, siempre se preocupaba de los demás y trataba de llamar la atención de Keiji todo el tiempo.
Akaashi no entendía bien el porque el semi albino buscaba tanto su atención, pero no le importaba. Quería dejarse llevar por las locuras y la caótica personalidad del albino.
Quería quedarse cerca de él.
Con un suspiro largo volvió a la tierra, se sentía agotado, había tenido tres ataques de pánico en una lapso de 40 minutos y por poco un ataque cardíaco.
Takeda le había preguntado sí había alguien a quién llamar, un familiar, amigo o quien fuera, pero Keiji negó. Los chicos no podían saber esto, él debía cuidarlos, si no lo hacía ya no sería necesario para ellos y se alejarían, no podía soportar la idea de que eso pasara. Muchas veces lo habían dejado por la excusa de "ya no eres necesario", eso lo soportaría de todos, menos de sus amigos y mucho menos de Bokuto.
Takeda había llegado no tan rápido como de costumbre, al parecer había chocado con alguien en el camino, pero Keiji no le dio mucha importancia.
ESTÁS LEYENDO
Adicción [CANCELADA]
FanfictionAkaashi, Kenma y Suna no han tenido más que desgracias. Fanfic de haikyuu con contenido +18 Se hablará de drogas, alcohol, autolesión, depresión, dependencia emocional, abusos (físicos y mental), agresión, relaciones tóxicas y otros temas delicados...