Tu y ella, ella y tú.

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Un pequeño Taehyung corría desesperado por encontrar al pequeño Jimin.

Jimin-yah!

El juego de la escondidillas siempre había sido su favorito, el era extremadamente bueno encontrándo a Jimin.

-¡Aqui estas! Te encontré chim chim!- chillaba el castaño con entusiasmo.

-yahgg! Cómo puedes ser tan bueno Tete?, Eres mago o algo así?.- preguntaba Jimin saliendo del arbusto de la señora Hercabels.

-No lo se,- contestó sincero el chico- quizás si sea magia! Y tu y yo estamos hechos para encontrarnos!

-¿¡Encerio crees eso?!- cuestinaba el rubio, claro que era eso cuando jugaba con otros niños a el siempre lo encontraban después de mucho tiempo.

Una vez se cansaron de buscarlo y su hermana mayor tuvo que ir por el, ¡cuando anocheció!, Así que debía ser eso.

¿Verdad?

-Claro, es cosa de mejores amigos ¿¡verdad?!

-Jimin! El padre de Taehyung llamo lo quiere en su casa ahora!.- grito preocupada Jihyo de doce años.

Presente.

El tan esperado domingo había llegado, Roseanne se encontraba caminando por la calle Lightdream, pocas veces había estado ahí. Lo único que sabía es que era un punto de encuentro muy famoso.

Sobre todo una gran casa, la cual destacaba por su color tan pacífico.

La única casa blanca de esa calle.

Las zapatillas Adidas de Roseanne eran grises a comparación de la pintura perfecta de aquella casa.

Jamás pensó que algún día llegaría a entrar, todo tipo de rumores abundaban alrrededor de esa casa, pero realmente ninguno era tan convincente para la rubia después de saber que Seokjin vivía ahí.

Roseanne llevaba un atuendo sencillo, una playera blanca con un corazón en el bolsillo derecho y unos mom jeans los cuales tenía por un regalo de su madre.

Llevaba la chaqueta verde de Jimin, tubo que lanzarla por la ventana y tomarla después para que no la viera cruzar la sala con ella. Digamos que no le gusta que Roseanne tome sus chaquetas.

"¡Siempre terminan oliendo a tu perfume de fresa! y no las lavas después." suele decirle.

En su mochila estaban todos sus cuadernos, no estaba segura que se le complicaba a Seokjin así que tomo todos sus conocimientos y apuntes y los metió en esa mochila Vans azul que tiene desde séptimo año.

Por fin llego al pórtico de Kim Seokjin.

Era bastante bonito, el jardín de enfrente se veía muy cuidado y la ventana más grande dejaba a la vista la sala parte de la casa.

Uno dos tres, contó mentalmente.

No podía ser tan malo verdad?.

¿Por qué daba tanto miedo?.

Tres segundos después estába tocando la puerta roja con sus nudillos.

No pasaron ni 15 segundos cuando Seokjin hizo presencia, posando un brazo en la puerta.

Llevaba un hoddy rojo y un pantalón negro con sandalias. Una sonrisa estaba plasmada en su cara, ¿la habría estado esperando?.

-¡Hola! Creí que tardarías más.- saludó primero Seokjin, buena suerte para Park.

After sunset [Chaesoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora