5 de junio de 2018.
Un atardecer en el cerro Calvario del distrito de Santo Tomás.
A veces aún te recuerdo
con la brisa del alba.
A veces creo que te veo en el horizonte
con las últimas luces de la tarde.
Pudimos ser felices,
pudimos, pero no quisimos. Para ser honestos pude ser feliz contigo, pero tú no quisiste.
Eso parece, por lo menos, yo diré
que lo he dado todo
por rescatar nuestros días,
por salvar tu quebradizo amor.
Con el tiempo tu dirás
que huiste como un perro aterrado
con las huellas del primer vendaval.
Si ya eres leal, si has cambiado
dirás la verdad del fracaso
que ambos arrastramos sin vivir.
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Después de una herida
PoetryLa vida nos ofrece tantas alegrías como tristezas. El amor nos permite vivir momentos sublimes, pero también nos provoca dolor y lágrimas. Este poemario es la suma de esos instantes frágiles, de esas noches oscuras, de esos suspiros largos y tristes...