10 de diciembre del 2018.
Con el sol de la tarde, me senté junto a un viejo ciprés en el parque José Carlos Mariátegui del distrito de Santo Tomas.
Me siento como una estrella fugaz
corriendo veloz en el firmamento.
El único problema etéreo y colosal
es que no sé a dónde estoy yendo.
Sonrió como si estuviera contento.
Me río como si tuviera un motivo.
Nadie sabe que soy un astro fugitivo,
una luz perdida en el espacio sideral de la vida.
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Después de una herida
PoetryLa vida nos ofrece tantas alegrías como tristezas. El amor nos permite vivir momentos sublimes, pero también nos provoca dolor y lágrimas. Este poemario es la suma de esos instantes frágiles, de esas noches oscuras, de esos suspiros largos y tristes...