XXIII
Mientras el sol llenaba de luz el cielo de Assam con sus primeros rayos del día, en la empresa Darshan un hombre de traje negro y portafolio entraba abriendo el paso con su sola presencia, los pasillos del edificio lucían vacíos con unos cuantos empleados que recién habían llegado para presenciar la sensación del momento. Ante miradas curiosas y saludos de sus trabajadores Nadeem llegó al ascensor dejando ver por primera vez su rostro antes que las puertas del mismo se cerraran.
En una pequeña casita a las afueras de la provincia, una mujer cepillaba sus largos rizos negros frente al tocador de madera de su habitación.
— Los niños están aquí —interrumpió un hombre de cabello largo asomándose por la puerta.
—Enseguida voy Jafed —dijo la joven colocando un velo azul rey en su cabeza tapando la mitad de su rostro.
La joven salió de la recamara dejando atrás el periódico de la mañana.
En una habitación gris con espejos por todo el cuarto un joven hacia bola la imagen de su eterno rival, por su lado en la mansión Darshan una joven no creían lo que veía en el primer programa de la mañana.
— ¡Rubí estás en televisión! —exclamó Nirali corriendo hacia el cuarto de su cuñada todavía en pijama, de prisa tocó varias veces hasta que obtuvo respuesta.
—Nirali ¿Qué sucede? —abrió la puerta la joven Rubí tallando sus ojos tratando de aclarar su vista.
— ¡Ven rápido! —gritó jalándola de la mano.
—Por favor Nirali ¡No tengo zapatos! —respondió Rubí siendo arrastrada hasta el cuarto de su cuñada.
Nirali Darshan paso corriendo a lado de la recamara de Celeste y golpeó su puerta varias veces.
— ¡Celeste ven rápido! —avisó su hermana y entró al cuarto de al lado— ¿Ves eso?
Rubí se acercó al televisor y vio las fotografías que les habían tomado a la salida del hotel.
— ¿Pero qué demonios sucede? ¿Por qué gritas Nirali? —entró Celeste amarrando su bata de dormir mientras su hermana la tomaba de la mano.
—Es Nadeem y Rubí en la televisión —respondió Nirali señalando el televisor.
Las tres se quedaron inmóviles concentrando su atención en la pantalla.
— ¿Por qué lo hizo? —cuestiono Nirali a su cuñada.
—Tú debes saberlo —señaló Celeste cruzada de brazos.
—No quiso dar explicaciones, lo mejor será que le pregunten ustedes —comentó Rubí y salió consternada a su habitación.
Era la primera vez que su imagen salía en uno de esos aparatos, apenas empezaba a comprender el peso de ser la esposa de Nadeem Darshan, tan pronto como llegó a su cuarto cerró la puerta y se recargó en ella dejando salir un suspiro.
En la oficina del joven heredero la puerta se abrió y Juman entró sosteniendo un sobre amarillo grande.
—Aquí está la información que envió el detective privado —dijo el hombre colocando el sobre frente al joven.
—Gracias Juman, necesito que mantengas todo en secreto no quiero que nadie comience a sospechar —indicó el heredero.
—No se preocupe joven nadie se ha dado cuenta, ya sabe que puede contar con mi discreción —manifestó Juman.
—Lo sé por eso te di esta tarea a ti, ¿ya llego Caín? —le preguntó.
—Está en su oficina ¿Quiere que lo llame? —consultó el secretario.
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TABÚ
RomanceEn la provincia de Assam una historia está por comenzar, una pasión prohibida ha desatado un infierno que consumirá a sus protagonistas en sentimientos inmorales. Rubí es una joven que ha sido comprometida con el hombre más importante de la India, m...