Capítulo 4

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CANDY

La bella rubia daba vueltas por toda la habitación sin parar, sus manos sudaban y sentía que su corazón iba a explotar.

—Candy basta, me estás poniendo nerviosa —exclamó Patty.

—Sí Candy tienes que calmarte, ven siéntate, aún me falta maquillarte y peinarte —dijo Annie.

Candy tomó asiento a regañadientes sin decir palabra, Annie decidió maquillar sus ojos con una ligera sombra, rímel y delineador negro, las mejillas con un colorete en tono durazno y brillo labial. El peinado de Candy fue difícil ya que tenían que adornarlo con la tiara que le había regalado la tía abuela Elroy, al final un hermoso tocado alto decoraba la cabeza de la pecosa.

—¡Cielos! Realmente pareces una princesa.

—Gracias, Patty —respondió Candy, ruborizándose.

Candy se miró en el espejo, el vestido era precioso y brillaba muchísimo por las esmeraldas, su maquillaje acentuaba el color verde de sus ojos y la tiara hacia que la joven verdaderamente pareciera de la realeza.

—Se ven muy bellas chicas, el vestido lila que escogiste, Annie, resalta el color de tu piel y Patty, ese escote hará que todos los hombres te miren —las alabó Candy sonriendo ampliamente.

—Annie, Candy... gracias por estar conmigo... después de la muerte de Stear me sentía muy sola pero ustedes han estado para mí. Son mis mejores amigas —la chica comenzó a llorar.

—¡Oh, Patty! No llores o todo tu maquillaje se arruinará y Annie trabajó mucho en él —se apresuró a decir Candy también con un nudo en la garganta—. Vayamos abajo, ya está por comenzar la mascarada. 

Las tres chicas se miraron, sonrieron y se dieron un abrazo de amistad sincera, salieron del cuarto mientras escuchaban el sonido de las gaitas. Poco a poco comenzaron a visualizar un sinnúmero de personas que ninguna de las tres conocía a pesar de que eran del Clan Andrew, los flashes de las cámaras de los reporteros eran incómodos para Candy.

Cielos, si los reporteros ven a Terry se armará un escándalo, pensaba la hermosa rubia.

—Buenas noches señoritas, las tres se ven espectaculares —dijo Albert saliendo a su encuentro.

—Muchas gracias, Albert —sonrió Candy.

—Recuerden Annie y Candy el itinerario de la mascarada, en unos quince minutos daré inicio.

Ambas chicas asintieron con el rostro radiante.

Albert se alejó mientras los periodistas se acercaban a él pidiéndole una entrevista o una fotografía, todos querían saber quien era el Gran Patriarca de la poderosa Familia Andrew.

Candy se quedo sola unos minutos ya que Annie había ido a saludar a sus futuros suegros y Patty al cuarto de baño a retocar nuevamente su colorete. De repente se le paralizó el cuerpo. La rubia lo reconoció de inmediato a pesar de su disfraz, entrando a la Mansión se encontraba Terrence Graham Grandchester.

Candy no supo reaccionar, se disponía a dar media vuelta y huir de ahí pero las piernas no le respondían, en ese momento los ojos de su amado la encontraron y la vieron fijamente. Terry comenzó aproximarse, la hermosa heredera temblaba, sus piernas no cooperaban con sus pensamientos de fuga, la distancia comenzó a acortarse más hasta que...

—Hola, Candy —Terry tomó su mano y colocó sus labios suavemente sobre ella. 

Candy abrió sus ojos cuan grandes eran, al momento que sintió el contacto de la piel de él abrió leventemente sus labios pero ningún sonido salió de ellos.

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