Capítulo 13

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Los seis jóvenes pasaron un día muy agradable en el zoológico, a pesar de la rivalidad entre Archie y Terry ambos lograron llevar las cosas en orden. Al terminar su visita, Terry los condujo a Central
Park para el picnic que previamente Mona y George les habían preparado.

Candy y Terrence demostraban su amor sin importar las miradas entrometidas de varias personas que reconocían a la hermosa heredera Andrew, mientras que el castaño pasaba desapercibido con su disfraz. Patty y John charlaban animadamente, por el contrario Archie se encontraba distraído y ensimismado, angustiada Annie no pudo disfrutar el picnic.

Al finalizar el día, todos se despidieron con la promesa de otra próxima salida y los muchachos acompañaron a las chicas a sus respectivas casas.

Terry

El inglés se despidió de los amigos de su prometida y de su colega John, quien muy insistente acompañó a Patty al lugar donde se estaba hospedando.

Terry quería pasar tiempo a solas con Candy por lo que la feliz pareja caminó tomados de las manos hacia el departamento del actor, disfrutando de la bella noche y conversando como un matrimonio de décadas.

El castaño se detuvo de golpe al ver el automóvil que estaba aparcado justo afuera de su edificio.

—Candy... es el emblema Grandchester —titubeó.

La joven lo miró sin comprender para después dirigir su mirada al hombre que descendió del moderno e impresionante vehículo oscuro.

—Buenas noches, Terrence. Estaba aguardando tu llegada —dijo Sir Richard Grandchester. Su voz era suave y envolvente, extremadamente cortés.

—Buenas noches, Duque —respondió Terry, con igual tono educado—. ¿Cómo sabe donde vivo?

—Oh vamos Terrence, ¿dudas de mí? —contestó Sir Richard.

—No es eso señor, es solo que... bueno, no importa.

—¿Me harás pasar o estaremos aquí los tres toda la noche?

Terrence miró con irritación a aquél hombre alto al escuchar esas palabras.

—No por favor, entremos a mi departamento.

Finalmente, ya dentro del lujoso y frío departamento el noble fijó entonces su atención en la hermosa joven que se encontraba alado de su hijo, quien lo miraba con ojos expectantes.

—¿Así que usted es la prometida de mi hijo? —preguntó. La rubia respingó.

—Sí señor, mi nombre es Candice White Andrew... ya nos habíamos conocido hace muchos años —respondió con timidez.

Al escuchar aquello el padre de Terrence abrió muchos los ojos sin poderlo creer. No había reconocido a esa atolondrada muchachita que se había subido en su carruaje para defender a su hijo tiempo atrás.

—Es verdad señorita Andrew, disculpe no la había reconocido. Cambió mucho.

—Sí, estaba muy chica y siempre usaba coletas...

—Terrence, ¿entonces te comprometiste con la hija adoptiva de los Andrew? —preguntó a su hijo.

—Duque, no es adoptada, Candy es una verdadera Andrew —contestó Terry.

El joven inglés comenzó a relatarle al Duque de Grandchester el verdadero origen de su futura esposa, atento Sir Richard escuchaba a su hijo.

—Me parece maravilloso hijo, entonces su matrimonio será aprobado por la Corona Inglesa sin ninguna objeción, es una magnífica alianza el que Candice sea una Andrew.

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