CANDY
Increíble, pero cierto; Candy se encontraba en el Hogar de Pony con todas las personas más importantes para ella.
Albert había organizado una comida con Archie, Annie, Patty, la señorita Pony, la hermana Lane y todos los niños del Hogar de Pony.
—Candy —exclamó Patty—, ¿de verdad crees que la Hermana Lane y la Señorita Pony me permitan ayudarles con los niños durante un tiempo?
—¡Patty! Por supuesto, ellas serán muy felices de tenerte aquí, además yo igual estaré un tiempo —respondió Candy con una sonrisa. Ojalá Albert acepte que me quede aquí, necesito sanar mi corazón... pensó.
Todos los invitados estuvieron muy felices durante la comida.
Pasando la tarde, Archie y Annie se despidieron ya que la chica solo tenía permiso antes del anochecer; agradecieron la sencilla pero cálida comida y ambos se fueron en el carruaje del muchacho Cornwell.
Patty se excusó y se retiró dentro del Hogar a preparar a los niños para dormir, mientras que la hermana Lane y la Señorita Pony recogían la vajilla de la mesa.
Candy y Albert se alejaban caminando a la colina de Pony para tener un momento a solas.
—Albert, agradezco todo lo que has hecho por mí, esta comida significó mucho después de lo que pasó con Stear, y con...
Candy dejó de hablar por un momento, iba a mencionar de nuevo al muchacho de cabellos castaños pero el dolor en el pecho que sintió al solo recodar su nombre la había dejado muda, bajó la mirada y una discreta lágrima corrió por su mejilla derecha.
Albert notó la tristeza que invadía a Candy, se aproximó a ella y la abrazó.
—Eres mucho más linda cuando sonríes que cuando lloras —le dijo al oído.
La hermosa rubia alzó la cabeza, se liberó de los brazos de su benefactor y lo miró a los ojos.
—¡Oh, Albert! A ti no te puedo engañar, no sé cómo olvidar a Terry. Solo de recordarlo siento que se me parte el corazón, todo el tiempo pienso en él... ¡Por favor, Albert! Déjame quedar aquí en el Hogar de Pony, para ayudar a cuidar a los niños... —suplicó Candy entre sollozos.
—Pequeña, calma —le contestó Albert acariciando su cabello—. Eres libre de hacer lo que sea para sentirte mejor, sin embargo eres una Andrew y nada me haría mas feliz que toda la familia sepa que eres mi heredera directa, así todos te respetarán.
—Pero Albert —protestó Candy más calmada y limpiando las lágrimas con el dorso de su mano—, tu sabes que a mí no me gusta eso, es demasiado para mí.
Candy giró la cabeza, sus ojos se postraban en el horizonte admirando el bello paisaje que le brindaba la colina.
—Yo soy enfermera, estoy orgullosa de serlo aunque la tía abuela Elroy no lo apruebe —Candy sonaba segura a sus palabras.
—Lo sé pequeña y estoy orgulloso de ti, pero insisto, toda la familia debe saber quién eres. Yo te quiero Candy, y nada me haría más feliz que el clan de los Andrew lo sepa.
Albert guardó silencio un momento al ver la cara asombrada de Candy; era verdad que él la quería, Candy le provocaba un cariño fraternal y protector.
—Te quiero Candy, pero como a una hermana, desde el primer momento en que te vi en esta misma colina cuando tenías seis años despertaste en mí un fuerte sentimiento de protección, y quiero seguir haciéndolo —las palabras de Albert sonaban sinceras.
ESTÁS LEYENDO
MÁS ALLÁ DE TODO
Fanfiction¿Qué sucede después de la fiesta en el Hogar de Pony? Inconformes con el final del anime y el manga original,nos tomamos la libertad de continuar con la vida de nuestra valiente e inquebrantable protagonista. Intrigadas por saber qué es lo que pasó...