Archie
—¡Racheeeeel! —gritaba Archibald golpeando la puerta con fuerza—. ¡Rachel! ¡Abre la puerta!
La joven mujer abrió alarmada su puerta principal ante los furiosos gritos del muchacho.
—¡¿Qué demonios te pasa, Archibald?! —recriminó, dando paso al joven para que pudiera ingresar a su casa.
—Mas bien, ¿qué demonios te pasa a ti? —replicó él—. Cuando te conté lo de Terrence te pedí que no involucraras a Candice en tu artículo, ¡y fue lo primero que hiciste!
—Nunca te prometí eso, si no escribía lo de Candy la información que me diste hubiera sido irrelevante. No es culpa mía que te tomes todo tan personal —contestó la desvergonzada reportera— y tampoco que estés enamorado de Candy, si continúas con esos sentimientos serás el peor esposo para tu prometida.
Rachel Brooks se aproximó a Archibald Cornwell, tomó de sus manos el periódico que lucía el rostro de la bella rubia en primera plana y lo arrojó al suelo, besando fogosamente en los labios al castaño. Archie devolvió el beso con ímpetu y, sin pensarlo, la cargó en brazos y la llevó a la habitación.
Rachel excitada empujó a su amante contra la cama y comenzó a desvestirse, asombrado como siempre de la sensualidad de la joven mujer, Archie la imitó.
La pelinegra montó vigorosamente al joven Cornwell, cegado por los gemidos y el dulce perfume de Rachel, Archie penetraba intensamente a la experimentada reportera; sumidos en el éxtasis, ambos terminaron con un jadeo.
Rachel se recostó en la cama desnuda mientras que Archie la miraba, la pelinegra tomó del cajón de su mesita de noche los cigarrillos que siempre fumaba y encendió uno.
—¿Qué tanto me ves, Archibald? —preguntó Rachel mientras le daba una calada a su cigarro, con un gesto de suficiencia.
—Nada... es solo que en verdad eres fascinante —respondió Archie besándola en los labios—. Nunca había conocido a una mujer como tú... normalmente las chicas que conozco son sumisas, tímidas, recatadas... contigo las cosas han sido diferentes desde el principio.
—Wow querido, no te pongas tan sentimental, sabes que eso no me gusta.
—Lo sé, solo quería decírtelo —respondió Archie dándole la espalda.
—Por cierto, necesito que me des más información sobre Terrence y Candy, la próxima edición sale pronto.
—Sí Rachel, hasta ahorita no he visto a Candy... tengo mucha vergüenza.
—¿Vergüenza? ¿De qué? —preguntó confundida Rachel—. ¡No me digas que ya sabe que le estás siendo infiel a su torpe mejor amiga! —se rio cruelmente.
—Cállate, de Annie no hables.
—Qué cínico eres, Cornwell... por eso me gustas —replicó la pelinegra acercándose al rostro de Archie y mordiendo su labio inferior.
Una descarga eléctrica invadió el cuerpo de Archibald, sin embargo se contuvo ante el provocador gesto de Rachel.
—No, es solo que ella vio cuando Annie y yo salíamos del jardín acomodando nuestra ropa, Candy por supuesto que no es tonta y estoy seguro que sabe que su mejor amiga y yo estuvimos juntos... no quiero que piense mal de mí.
—Vaya, sí que te importa mucho esa Candy —replicó Rachel exhalando humo.
—Creo que nunca dejaré de amarla.
—Bueno querido eso a mí no me importa, lo único que quiero son mis historias.
—El día de hoy Albert nos citó a las ocho en la mansión, dijo que es sumamente importante que seamos puntuales.
ESTÁS LEYENDO
MÁS ALLÁ DE TODO
Fanfiction¿Qué sucede después de la fiesta en el Hogar de Pony? Inconformes con el final del anime y el manga original,nos tomamos la libertad de continuar con la vida de nuestra valiente e inquebrantable protagonista. Intrigadas por saber qué es lo que pasó...