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KAKASHI

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KAKASHI

La clase era muy aburrida sin Tamika-sensei, había una nueva maestra dando clases o más bien diciéndonos que páginas del libro leer mientras ella coqueteaba con un profesor.

–Pss, Kakashi –Obito susurro en mi oreja–¿sabes algo de Tamika-sensei?

–No mucho, el hokage dijo que viviría con nosotros temporalmente

–¿Volverá a dar clases?

–Sí, supongo

Las clases siguieron de manera tranquila, dimos un poco de matemáticas y luego la tan aclamada campana sonó, informándonos que era hora de almorzar, mis compañeros salieron corriendo, o al menos la mayoría, algunos se quedaron a comer dentro del salón, como yo.

–Kakashi, ¿podemos acompañarte?

Kurenai, Guy y Asuma me sonrieron, di un leve asentimiento y nos sentamos haciendo una ronda, no hacía mucho calor, por ende estar dentro era agradable.

–Estoy preocupado – expresé sorprendiendo a mis compañeros– Tamika-sensei vivirá con nosotros ahora, no sé qué hacer

–Sé más específico – sugirió Asuma– así sabremos como ayudarte

–Nunca vivimos con una mujer –me sinceré– mi madre falleció cuando nací y siempre hemos sido mi padre y yo, no sé cómo actuar con una chica en la casa

–No dejes tu ropa sucia por todas partes –Kurenai hablo primero– lo odiamos

–En mi casa, mamá dice que debemos bajar la tapa del baño –Esta vez asuma hablo–

Todos miraron a Guy, esperando a que él diera algún consejo o dato que le viniera a la mente.

–Bueno...– el chico de traje verde se rascó la nuca sin ganas– se educado, pregúntale si esta cómoda, a veces las chicas no lo dicen

–Entiendo –estaba sorprendido ante esta información, la pondría en practicar apenas pudiera– lo intentaré

–Me sorprende que el abuelo decidiera esto –Toda la atención fue para el castaño– no escuche nada al respecto

–Tal vez es un secreto o trata de juntar al papá de Kakashi y a Tamika

Kurenai menciono con una sonrisa, pero honestamente eso sonaba más sacado de un libro que otra cosa, ¿mi papá y mi maestra?, sonaba tétrico.

                      TAMIKA

Luego de caminar por un par de minutos, llegamos a la casa del peli plata, abrió la puerta y me dejo pasar, me sentía indefensa, como una intrusa, el dejo mis maletas en la sala y sonrió.

–Bienvenida a casa, espero que te sientas cómoda aquí, por favor, sígueme

Camino por un pasillo, mientras yo lo seguía cuál patito a su madre.

–Esta es la habitación de Kakashi –señalo una puerta color negro con detalles marrones casi imperceptibles– y esta es la tuya

Señalo la puerta frente a la otra, era blanca y tenía algunas flores en ella, eran rosas.

–Pinte las flores en ella –menciono robándose mi atención– creí que te gustarían

–Son hermosas, gracias

En este punto, mi cara ya debía estar poniéndose roja, él me abrió la puerta y nuevamente insistió en que entrara primero, el lugar es muy bonito, bastante grande y cómodo, tenía una bonita ventana entre otras cosas.

–Dejaré que te instales, mi habitación es la del fondo, por si necesitas algo

Este hombre era demasiado amable, no note en que momento dejo las maletas en mi puerta y se fue, las metí y cerré la puerta, todo era muy bonito y olía a primavera, o más bien una mezcla de flores.

Recorrí el lugar, había un armario muy espacioso, y la cama era muy cómoda, me tumbé en ella suspirando profundamente, también tenía un tocador con espejo, cortinas muy bonitas y privacidad.

Me levante de la cama y abrí la primera maleta, sacando mi ropa y acomodándola en los cajones del armario, también saque mis zapatos y algunos accesorios que coloque en el tocador. Abrí la otra, saque las fotos y las acomode, eran las únicas que tenía, luego saque la cajita de metal, esa maldita cajita que albergaba muchos secretos, la puse bajo la cama ignorándola.

Tarde al menos 45 minutos en terminar todo, estaba exhausta, salí de la habitación para poder darme un baño, pero estaba perdida, busque a Sakumo-san por todo el lugar sin embargo no lo veía. Finalmente lo encuentre, estaba en el jardín, podando algunos arbustos, exhausto, sudoroso, se enderezó y note que no traía puesta una camisa, iba a irme, pero abrió una botella de agua y la bebió, pude ver con claridad las gotas de sudor resbalarse por su cuerpo.

Me sentía una desvergonzada viéndolo, pero la curiosidad siempre fue más grande que yo, tomo un pequeño paño y se secó el sudor de la frente para seguir con su trabajo.

Decidí volver a mi habitación, casi corriendo fui hasta allí, en el pasillo noté una puerta gris, supuse que era el baño, fui a abrirla y evidentemente lo era, fui por mis utensilios de ducha y corrí a bañarme, al terminar me puse un vestido amarillo para el verano, recogí mi cabello en un rodete apretado y fui a la sala, en el camino el toqueteo de la puerta me distrajo, fui a abrir.

–Buenas tardes – saludé con una sonrisa—¿en qué le ayudo?

Una rubia de rostro muy serio me observaba, elevando una ceja y frunciendo el labio, detrás de ella había un hombre más alto y de cabello blanco, lo reconocí de inmediato, era el maestro de Minato, Jiraiya.

–Encantadora señorita –saludo el albino– estamos buscando a Sakumo, ¿está en casa?

–Si –me moví un poco dándoles paso– Sakumo-san está en el jardín, por favor entren

La rubia seguía escaneándome con la mirada, mientras que yo mantenía mi sonrisa, después de todo, un asesino nunca muestra sus verdaderas intenciones.

||𝙁𝙖𝙢𝙞𝙡𝙞𝙖 || Sakumo HatakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora