Tamika
Soy Tamika, la peor equivocación de mis padres, el adefesio y aquella criatura que no servía para nada, era inmunda ante sus ojos y honestamente no me molestaba.
Los abusos de mi padre, las miradas de asco de la servidumbre, todo era tan natural que cuando alguien me miro con amabilidad no supe como reaccionar.
Mi cabello largo y brillante era símbolo del amor que mi padre me tenía, sin embargo llegue a odiarlo con tantas ganas que pensé en ahorcarme con él.
Nunca lo corte, no quería darle la satisfacción de ver que podía afectarme, lucia mi cabello con orgullo pese a sus miradas asquerosas. Mi madre jamás lo noto, eta una idiota, ¿cómo no pudo notarlo?, posiblemente solo se hacía la vista gorda como la mayoría.
Cuando llegue aquí y conocí a Kushina quede impresionada, tenía tantas energías y amor dentro de ella, pese a como la trataban los demás, ella nunca se rindió.
Tiempo después conocí a Minato, un chico rubio de ojos azules muy tranquilo y pacífico, según él, no quería tener peleas necesarias, prefería resolverlo todo con una buena conversación.
Irónicamente su novia lo resuelve todo a los golpes, eran una pareja tan extraña, pero perfecta a la vez, también conocí a Fugaku, un chico Uchiha algo serio, pero divertido, solía hacerle bromas a Minato todo el tiempo.
Era un buen amigo, no tenía mucho tiempo libre, puesto que sería el siguiente líder de su clan y su padre lo presionaba bastante.
¿Yo?, vivía casi drogada, no confiaban mucho en mí, y era consiente de que el hokague me vigilaba las 24 horas, no era estúpida, simplemente aprendí a ignorarlo, como a los demás.
Cuando decidí ser maestra estaba enfocada en demostrar que yo podía ser una buena persona, que la Tamika del pasado ya no existía y que ahora yo era una mejor persona.
Costo mucho, pero logre que el Hokage me aprobara y ahora soy sensei, si bien no me permiten participar en misiones ni nada que requiera trabajo físico, si puedo dar clases teóricas y supervisarlos.
Estaba feliz y conforme por ahora, sin embargo sabía que solo sería temporal, después de un tiempo me considerarían un riesgo y ya no se me permitiría hacer mi trabajo.
Ahora, dudaba mucho de que me dejaran participar nuevamente, después de este ataque y sobre todo, después de que yo casi revelara mi identidad.
Estos niños, mis niños no podían enterarse de que yo era una princesa ni mucho menos de los poderes que poseía, sería riesgoso, si Kakashi no los hubiera alejado ellos me verían.
SAKUMO
Inicie el día más temprano de lo usual, a las 5 am, Kakashi aun dormía, sin embargo quería preparar la nueva habitación de Tamika, debía sacar las cajas viejas y limpiar todo bien.
Su "habitación", solía ser un pequeño depósito dentro de la casa, pero ahora debíamos volverla un lugar cómodo y habitable para ella.
Tarde como dos horas para limpiarlo todo, puse una cama, armario, escritorio y un pequeño librero para que se viera más agradable, al terminar salí de la habitación.
Me encaminé a la cocina, quería preparar el desayuno, pero al llegar vi a mi pequeño hijo hacerlo, cuando tomo su plato y dio media vuelta me vio y sonrió, lo note por la curvatura de sus ojos..
-buenos días padre, tu desayuno está en la mesa
-Gracias
Camine junto a él, hasta la pequeña mesa de comedor que teníamos, waffles y café, Kakashi siempre preparaba algo dulce para mí, mientras el comía simplemente cereal
-Iré a ver a Tamika-san al hospital hoy, para avisarle sobre la mudanza
-¿Crees que a ella le agrade?
El tono de voz de mi pequeño hijo sonaba apagado, eso era poco común, pese a que Kakashi no era muy expresivo ni alegre, siempre mantenía un tono firme al hablar.
-Claro, bueno, eso espero -di un sorbo a mi café- esperemos que si, le daremos una gran bienvenida.
-Si padre, tengo clases -se levantó y camino sin ganas a la puerta principal- veremos quien es el reemplazo de Tamika-sensei hoy.
Antes de salir noté como Kakashi miraba a un punto fijo en la pared, se quedó quieto al menos 30 segundos y luego salió corriendo de la casa.
-Que difícil es ser padre
Solté una pequeña risa, debía parecer loco hablando solo en mi casa, pero realmente no me importaba mucho.
Termine mi desayuno y fui a lavar los platos sucios, me di una ducha y salí de casa rumbo al hospital.
dirigí mi vista a una de las ventanas de la sala, el día se estaba poniendo de un ligero tono gris, anunciando que pronto llegaría una tormenta. Una vez que termine mis tareas y me di un baño, me vestí y salí corriendo rumbo al hospital, en este día en particular habían pocas personas en las calles.
Al llegar a la recepción del lugar, el olor a desinfectante me aturdió levemente, era muy fuerte para mi gusto, aun que tal vez a Kakashi le gustaría.
-Buenas tardes - saludé a la enfermera que atendía en la recepción- estoy buscando a Uzumaki Tamika
-Si señor, piso 3, habitación 231
Mostré una sonrisa amable y seguí mi camino, subí las escaleras hasta el tercer piso y busque la habitación indicada, toque dos veces y luego escuche el "pase" de Tamika.
Apenas entre pude notar que la luz era más tenue que en otros lugares, cerré la puerta detrás de mí y me pare a un lado de ella.
Aún estaba en cama, con una bolsa de suero colgada junto a su cama, su cabello amarrado en un chongo desordenado y unas grandes ojeras bajo sus ojos.
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||𝙁𝙖𝙢𝙞𝙡𝙞𝙖 || Sakumo Hatake
Fiksi PenggemarLuego de la muerte de su esposa, Sakumo Hatake jamas espero volver a encontrar el amor, y mucho menos de parte de aquella pelirroja tan fria y cruel.