XII

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Ví como la tierra cubría despacio aquellos dos cuerpos, sintiendo mis ojos húmedos por el llanto que no se detenía, toqué mi rostro de forma lenta pasando saliva y mirando el cielo.

Aquella herida en su piel pareciera como si no estuviera. Como solo fuera una cicatriz de años, mis labios tiemblan, sabiendo que iba ocurrir.

Elliot suspira limpiando su frente y se sentó a mi lado, ambos guardamos un silencio que me pareció agonizante.

—Te amo- Susurró —Te amo tanto que siento que no te merezco algunas veces.

Formé una triste sonrisa.

—Me mereces tanto - Susurro recargando mi mejilla en su hombro y me abraza, mis manos recorrieron su pecho hasta su rostro.

No habíamos vuelto a la aldea, dudaba si lo haría yo.

Toqué la nieve entre mis manos mientras sentía mis ojos húmedos unos segundos después y me levanté, tomando su mano, sintiendo un escalofrío.

Esta vez ese escalofrío no fue horrible, fue uno de seguridad. Continué caminando.

Elliot fue injustamente culpado, solo había estado en los momentos incorrectos , solo era eso.

Al llegar a la cabaña no evito soltar un sollozo mientras caminaba lento dentro de esta y el tomó mi rostro.

—Debo irme - Susurró—No puedo estar junto a ti si no se controlarme, te debo proteger ¿lo recuerdas mi amor? - Musitó y besé sus labios asintiendo en un sollozo.

—Te estaré esperando - Susurro sintiendo su calor en mi, sintiendo y disfrutando aquel último abrazo —Todo lo que sea necesario.


Besó mis labios de una forma lenta, sintiendo mi pecho doler. Abrazo su cuello.

—¿Estaremos juntos? - susurro entre sus labios.

—Te prometo que tendremos hasta esa familia que tanto deseas. - respondió y sonrio un poco.

Elliot se había ido, con el se fue la nieve también. 

 

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