Extra

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Aquel sonido de pasos se escuchaba afuera, causando que miraste de forma rápida hacia ese lugar, abrazando  mi cintura bostezando levemente viendo entrar a mi novio y elevé una sonrisa mirando sus ojos brillando en un tono rojo.

—¿Como te sient- Mi voz muere al sentir sus brazos rodear mi cintura con fuerza, sintiendo sus labios estrellarse con los míos sintiendo esa posesión tanto brusquedad y solté un suave gemido. — E-elliot. —Sonrió de lado, logrando ver aquella sonrisa que tenía dos pequeños colmillos.

Sus fuertes brazos rodearon mi cintura de una forma lenta de nuevo, apretandome a su cuerpo y abrazo su cuello.

—Hoy hay Luna llena - a murmura haciendo una mueca —¿Gustas algo que te case algo? - Musitó en una sonrisa divertida y rei negando despacito juntando nuestros labios de una forma lenta.

—No es necesario ahorita. - Hablé lento acariciando su mejilla. — Hay un poco de carne aún.

Exactamente habían pasado nuevamente un nuevo año de que Elliot había vuelto, sus brazos dejaron de rodearme y besó mi frente.

—Hace frío - Murmuró —creo que va a nevar fuerte. —Recorrí su pecho.

Me acurruco a el cerrando mis ojos unos segundos besando sus mejillas, sintiendo aquella barba en su rostro y le miré después.

—Lo sé, lo siento en el estómago. - Respondi. —Mi espalda duele también - Segui y me carga lentamente, dejándome sobre aquel colchón y tomé aquellas mantas gruesas mientras que el sé acostaba a mi lado.

—Debes descansar - Susurra —Últimamente hemos trabajado mucho.

Lo miré unos segundos y abri mi boca escuchando aquel viento azotar la zona y temblé comenzando a sentir aún más aquel frío.

—Tu también debes - Reprocho.

—Sabes que si lo haré.

—Si, pero sueles ser alguien que tarda en hacer eso y lo hace muy muy después. —Murmuro cerrando mis ojos y recargando su frente en su pecho, subiendo mi pierna en su cadera.

Sus calientes manos recorrieron mi cintura y cerré mis ojos, sintiendo por fin quedarme dormido segundos después.

[... ]

El clima frío golpeaba la cabaña, solté un suspiro sintiendo mi nariz fría y me removi sabiendo que estaba solo en aquel colchón. Abrazo aquella almohada con fuerza y sentí un cuerpo más grande subir a la cama.

Di un pequeño sobresalto dándome vuelta y miré aquel lobezno negro, su húmeda nariz olfateó mi vientre y sonreí acariciando sus orejas de forma adormilada.

—Estamos bien - Murmuro y gruñó levemente acariciando mi estómago con su hocico y bostezo. —¿Por que mejor nos abrazas? Tenemos frío ambos. - Alcanzo a decir tocando mi plano estómago.

Su cuerpo sé acostó a mi lado, cuidando de no aplastarme o aplastar al pequeño bebé que ni siquiera hacia presencia en mi vientrentre  sintiendo ese aroma familiar cerca me acurruco a su lado sintiendo como aquel calor nos rodeabame.

𝗥ojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora