Ví como estrellaron aquel puño en el rostro de mi novio y tiemblo sintiendo aquel frío, lo miré y choca nuestras miradas segundos.
No importaba cuanto hablé y grité, no me escucharon, apenas podía ver si no fuera por aquellas antorchas encendidas, mis manos se apretaron sobre aquellas cuerdas, sentí mi estómago adolorido por aquel fuerte agarre de las cuerdas y ese forcejeo.
—Adriel - Habló por fin Elliot y me miró, su ojo permanecía cerrado y ví rastros de sangre en su rostro y su labio roto, sollozo bajo. —Lo siento mucho.
Sollozo.
—¿Por qué pides disculpas? - Musité sintiendo mi cuerpo temblar.
—Por no poder cuidarte de esta gente ignorante y cegada de miedo. - Susurra mirándome, pude ver lágrimas en sus ojos. —No quiero que el lobo venga. - Soltó mirando la Luna y escuchamos un fuerte aullido causando que ese escalofrío recorriera mi cuerpo. —No quiero que te lleve mi amor, intenté como pude cuidarte, son más fuertes que yo, un simple leñ—
—¡Callate Elliot! - Chillé entre lágrimas —Eres el amor de mi vida —Susurro —Eres todo para mi, eres mi futuro también.
Miró el suelo, viendo como esta se tintaba de aquel color carmín que resbalaba de su rostro.
—No sé si exista un futuro.
Aquel lobo negro apareció frente a nosotros, seguido de otro y aguanté mis ganas de llorar, era imposible, quería llorar tanto y sentí como aquel lobo de acercó a mi mirando esos ojos sintiendo ese fuerte escalofrío en mi cuerpo.
—Yo dije que no ibas a escapar en un momento. ¿Lo recuerdas pichoncito?
Ese sobrenombre me hizo tensarme.
—¿Q-que quieres? -Gruñi—¿Quien eres? —Intenté ser fuerte, notando como Elliot se removia con desespero intentando desatarse.
Pasé saliva sobre mis quebradizos labios.
—Te queremos a ti —Soltó aquel lobo a su lado, siendo un poco más pequeño que el otro. —Solo a ti, si vienes con nostros no mataremos a tu lindo novio y a tus queridos amigos, aun que dudo que sean algo ,los abandonaron aquí y no se acercan—Habló y sollozo apretando mis labios. —y nos conoces demasiado bien a los dos.
Elliot parecía confundido, y después me di cuenta que el no los escuchaba.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.