Marcel
La información que tengo acerca del "círculo" es casi nula. Luca Di Marco es un gran aliado solo cuando es por conveniencia.
—Sigues sin decirme lo más importante, Luca. Como por ejemplo, quiénes están involucrados. —murmuro pellizcando el puente de mi nariz implorando la paciencia que no tengo.
—Y tú sigues sin responder para quién es la información. —contesta enarcando una ceja.
—No me parece relevante. —suelto el humo de mi cigarro mirándolo con indiferencia.
—Uhhhh, lo puedo ver en tus ojos —sonríe y muerde su labio intentando no reír mientras le da una calada a su habano— Es por una mujer ¿No es así?.
No respondo, suspiro y evito su mirada mientras juego con mis anillos.
—Ah sí que sí. Di en el clavo —vuelve a hablar— cuéntame de ella.
—¿Todo es broma para ti? ¿Por qué te desvías del tema? —pregunto al borde de la impaciencia.
—Pondré todo en riesgo por ti. A mi esposa, mis hijos, mínimo quiero que me menciones para quién es la información, Marcel.
—Es para una chica, sí. Pero mi gente la está investigando, cualquier pequeño movimiento sospechoso y pagará con su vida. —le aseguro tronando mis dedos.
Él enarca una ceja y suspira antes de asentir e inclinarse hacia mí.
—Quiero que me asegures que Alessia y los niños estarán a salvo. —me mira serio y yo le ofrezco mi mano la cual toma sin dudar.
—Te lo juro. Nada les pasará. —él estrecha mi mano con una sonrisa y se reclina en su sillón mucho más relajado.
—Esto es lo que sé. El círculo es una organización que es sustentada por el gobernador, de forma corrupta, claro está. —dice como si fuera obvio— Él les da un sueldo de millones de dólares semanales a los que están dentro, por solo hacer su trabajo sucio y encargarse de los diferentes negocios en la provincia.
—Son los matones personales del gobierno, básicamente.
—No, ellos son pagados por el gobierno, pero tienen sus principios, reglas. —niega soltando el humo de su habano y suspira— Lo único que le interesa al gobernador es que haya orden en sus negocios turbios.
—Asi que los líderes más prominentes de la mafia terminan siendo unas ratas falderas de la política. Típico, no me sorprende. —me estiro en el sillón y miro por la ventana pensativo.
—No hables así con otras personas, Marcel. Hay muchos que trabajan en el círculo y podrían matarte al oírte decir esto.
—Me harían un favor.
Luca no se sorprende ante mi comentario, no me juzga, solo me mira y me ofrece un habano.
¿Papá quiere entrar allí? ¿Por qué? No entiendo. Él siempre odió al gobierno y jamás quiso involucrarse con ellos.
Probablemente no sepa todo esto y debo decírselo. Natasha puede esperar.
Mi celular comienza a sonar y atiendo, es uno de mis hombres.
—Tengo información sobre la mujer. —murmura nada más al atender.
—Espera, en el bar. En media hora. —cuelgo y miro a Luca mientras me levanto del sofá— ¿Algo más que deba saber? —cuestiono extendiendo mi mano para saludarlo.
—Si, van a matarme cuando sepan que te dije todo esto. —su tono no es de reproche, más bien lo escucho triste— Pero alguien debe detenerlos, ellos mataron a mi padre. Necesito de tu ayuda para honrarlo. —estrecha mi mano cuando también se levanta y lo abrazo fuerte.
—Nadie te hará daño, te protegeré. —palmeo su espalda y nos separamos.
—Ojalá fuera cierto, Marcel. Pero confío en ti para que mi familia esté a salvo.
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Adara
—¿En algún momento piensas retirarte de todo esto? —la voz de Dimir me hace girar hacia él por un segundo mientras conduzco a la dirección que nos guía el GPS.
—Este trabajo es para que me dejen libre y poder hacer mi vida en paz. —suelto apretando los labios.
Me molesta que me digan lo que tengo que hacer, es como si todos quisieran tomar el mando de mi dirección y mis pasos. Yo soy la que está jodidamente a cargo de mi vida.
—Estabas trabajando cuando te atraparon y por eso caiste en este lío. Yo creo que ya es hora de mi retiro, Ana pienso igual. Solo faltas tú. —detengo el auto en un semáforo y me aferro al volante.
Esto no me lo esperaba, ellos piensan dejarme sola.
—¿Ada? —la voz de Dimir interrumpe en mis pensamientos y vuelvo a poner en marcha el auto.
De pronto, una camioneta choca contra nosotros en el costado y nos hace girar. Luego todo se volvió negro y lo último que ví fueron unos zapatos negros acercándose a nosotros.
—Ahi estás Adara, te dije nos volveríamos a ver, querida Rosa Azul. —murmura con una risa desquiciada.
Alguien me saca del auto y veo a Dimir inconsciente, el miedo se apodera de mi.
Lo sacan a él también y mi corazón se detiene cuando uno de ellos comprueba su pulso y me mira con una sonrisa.
—Lo siento. —dice irónicamente.
Intento safarme de los matones pero se me bajo la presión con solo ver a mi hermano en el suelo, no tengo las fuerzas para luchar solo quiero comprobar que sigue con vida.
—¡Dimir! —grito con todas mis fuerzas mientras soy arrastrada hacia una camioneta y dejan abandonado el cuerpo de mi hermano en medio de la calle.
No dejo de mirarlo hasta que me colocan una bolsa en la cabeza y comienzo a llorar.
Un fuerte pinchazo en mi brazo derecho y luego todo se volvió oscuridad.
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La Rosa Azul
ActionAdara Ivanov siempre tuvo claro su objetivo de vida: Matar. Criada por un asesino a sueldo ella sigue los pasos de su predecesor, teniendo en su lista más muertes que años de vida. Siendo la mejor en el oficio y buscada por 5 gobiernos. Una pista d...