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-Objetivo en la mira- dijo por su intercomunicador Brian, que observaba todo desde una azotea.

-Gracias genio, yo también lo tengo en la mira -suspiró Adara mientras sorbia su café- Se nota que como policía eres bueno, pero como espía eres un asco -sonrió de lado.

-Borra esa sonrisa Schulls, soy más estratégico de lo que piensas. Por ejemplo, ¿Has notado que nadie se levantó de su mesa hace diez minutos? Y eso que cuando tu llegaste ya estaban todos hace rato. ¿No debería al menos una persona haberse retirado ya?.

Adara bajó la tasa de café lentamente e inspeccionó a cada cliente, desde mujeres a hombres.

Todos se movían de la misma forma, de pronto la camarera apareció a atenderla. Pero quedó en shock al ver sus zapatos. Tacones altos.

-Señorita ¿Desea más café? - preguntó con una sonrisa de lado.

Adara se fijó que el objetivo principal ya se había esfumado.

-No gracias-dijo levantándose y dejando más dinero del que debía dejar- El resto quedatelo, por la farsa que montaron y por cierto -se acercó a su oido- si querias que caiga en la trampa hubieras usado zapatos de plataforma baja, ninguna camarera en su sano juicio usa tacos, créeme.

-Objetivo a tus tres - habló el rubio por intercomunicador.

Adara viró su vista y visualizó al objetivo que se alejaba mientras todos los falsos clientes se levantaban y la apuntaban con un arma.

-Menuda mierda - murmuró Adara con una sonrisa y levantando las manos en señal de rendición.

El líder del bando se abrió paso entre sus servidores y se posicionó frente a ella.

Un hombre moreno, unos treinta años quizá menos lleno de tatuajes en su cuello y manos en un traje elegante con zapatos de chamir chasqueando los dedos se acercó a ella.

-¿Que diablos haces? - preguntó Brian por el intercomunicador.

-Que tenemos aqui - habló el moreno con una ceja enarcada - ¿Una agente del FBI?

- Cariño, si fuera policia ya hubiera metido tu culo a la cárcel - le respondió Adara con una sonrisa ladeada.

- Soy Luca, para ud señorita - dijo mostrando su alianza- Luca Di Marco para ud -dijo haciendole señas a dos de sus hombres que bajaron sus armas y la escoltaban a su lado.

-Un narcotraficante fiel, algo nuevo -rió Adara amargamente .

- Mucho cuidado sobre como habla de mi -su voz era grave y raposa. Encendió un cigarro mientras caminaba dentro del restaurante hasta el fondo entrando por la cocina - Mi esposa es algo... impulsiva cuando se trata de mi. En fin -caminaron hasta dentro de una bodega donde estaban "procesando" la mercancia.

-Lindo lugar, le faltaria un poco de ventilación, eso si -murmuró Adara mientras los matones la empujaban haciendole caer de rodillas ante Luca.

-Vias de escape ¿No? - dijo Luca quedando en cunclillas delante de ella mientras la sostenían acarició su rostro y le sacó el dispositivo del oido - Si quieres a tu compañera viva será mejor que aparezcas aqui - y dicho esto rompió el dispositivo.

-Yo no busco una matanza aqui querido Di Marco -respondió Adara levantando la vista hacia él con una sonrisa - Solo busco información.

Luca chasqueó los dedos y le trajeron una silla en la que se sentó frente a ella con una mirada desafiante.

-¿Para quien trabajas? - preguntó examinándola mientras rascaba su barbilla.

-Para ti no, claro está.

-Eso es obvio. Pero ¿Que quieres de mí?.

-Estás en la lista de los mas buscados por el FBI por narcotráfico, busco a una sociedad que se hacen llamar "Los Dioses" - dijo enarcando una ceja.

-Trabajas para el FBI entonces - dijo sacando su pistola.

-Hum no, de hecho no. Soy asesina a sueldo en realidad. Y si quisiera podria librarme ahora mismo y clavarte la pata de esa silla en la nuca después de doblegar a estos dos monos idiotas -dijo rodando los ojos- pero el punto es, que no te busco a ti. Asi que dame la información y te perdonaré la vida.

Luca soltó una carcajada mientras alguien carraspeaba la garganta detrás de él.

Una mujer rubia que no llegaba a los treinta años, con perfecta y delicada piel y una clase espectacular, apoyó su mano izquierda sobre el hombro de Luca. Una alianza brillaba sobre su dedo.

-Es un placer señora Di Marco -dijo Adara con una sonrisa amplia - Su esposo me ha hablado de usted. Debo decir que me impresiona una dama como usted en un negocio tan sucio como éste.

-Mi nombre es Alessia Chiara Di Marco - dijo con el mismo marcado acento italiano que el de su esposo - Y si sabes lo que te conviene no volverás a amenazar a mi marido. Ahora -chasqueó los dedos y le dieron un arma- ¿Para quién trabajas?

-Cariño, cada dia que pasa te amo mas -intervino poniéndose de pie y besando su mejilla- Toda tuya.

Dicho esto gritó y todos sus empleados se retiraron dejando solo a los guardias con ellas dos.

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-¿COMO QUE NO SABES DÓNDE ESTÁ? -gritó Anastacia a Brian por el teléfono.

-Mierda, si sé que está dentro pero me pidió que aparezca o la matará - dijo nervioso.

-Estamos yendo a tu posición, pero entra. -respondió Dimir.

-Esta bien pero pediré refuerzos a mí base -respondió.

-No, eso sería estúpido Brian -lo regañó Dimir- Lo solucionaremos nosotros.

-De acuerdo - replicó dudoso mientras se ajustaba su chaleco.

Brian se dirigió directo al restaurante donde dos matones lo tomaron y lo llevaron prisionero a la bodega.

-¿Este es tu compañero? Un muñeco de torta que juega a ser el héroe. -dijo Alessia mientras lo ataban..- Lo preguntaré una vez más Adara ¿Para quien trabajas? -apuntó a la cabeza de Brian sonriendo.

Adara apretó los dientes y miro a Brian a los ojos para luego mirar a Alessia agachando la cabeza.

-Estoy buscando limpiar mí expediente. Solo eso diré -dijo con dolor por la paliza que había recibido.

De pronto unos aplausos y todos miraron a Luca que estaba acompañado de Mercurio Bianco.

-¿Entonces ellos son? -preguntó Mercurio achandose y tomando la barbilla de Brian hizo que lo mirara a los ojos. Brian escupió al piso mirándolo con rencor - Ja -rió amargamente- Policía novato -sonrió de lado y se levantó caminando hacia Adara.

-Lindos zapatos - dijo ésta sonriendo sarcásticamente.

Mercurio soltó una carcajada negando con su dedo índice enfundado en un anillo de oro.

-No bonita, el sarcasmo es lo mío -la miró a los ojos y luego miró a Luca- Ella no es policía - se enderezó y caminó hacia él.

-Dice que es Asesina a sueldo - chocó su puño con el de él- ¿Que quieres que hagamos?

-Oigan imbéciles mí oferta de perdonarles la vida sigue en pie si nos liberan.

Todos rieron ante las palabras de Adara.

-Tu débil intento de amenaza carece de.... Hum.. como lo digo... Autoridad -dijo Mercurio apuntando la pistola a su cabeza- ¿Últimas palabras?

-Vete al infierno niño bonito - respondió Adara inclinándose hacia adelante pegando su frente a la punta de la pistola.
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La Rosa AzulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora