Capítulo IX

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En el anterior Dragon Ball Z, Vegeta hizo enfurecer a Bardack en su entrenamiento, perdiendo control de su ki, pero afortunadamente Piccolo y Vegeta lograron controlarla dejándola inconsciente.
Han pasado siete días desde el comienzo del entrenamiento y Bardack pidió un día de descanso. Solo que Vegeta no está muy feliz con eso. ¿Qué pasará con Vegeta? ¿A dónde irá Bardack?

Averigüelo... Ahora.

Hoy presentamos:

La primer cita de Bardack.

¿Un imitador o Vegeta?

Narrador omnipresente.

- ¡Buenos días señor Piccolo! - Bardack se despierta con toda la energía.

- Buenos días niña - dice él con una pequeña sonrisa, al verla tan alegre.

- Hoy es mi día libre y pondré a prueba mis sentimientos - dice y se levanta de salto. Se acerca al señor Piccolo y deja un beso tierno en su mejilla, él se sonroja un poco, aún no se acostumbra del todo a esas muestras de afecto.

Ella busca su mochila y le dice al señor Piccolo que se dará un baño. Él se queda en el mismo lugar mientras deja que Bardack valla feliz a la laguna que está a unos metros de él.

Bardack llega a la laguna, la noche anterior preparo lo que usaría ese día. Lo más curioso de todo es que en su mochila encontró una pequeña caja que contenía varias cápsulas y cada una tenía un nombre de lo que contiene. Encontró varias pelucas y maquillaje, también hay un auto volador; le pareció curioso, pero le serviría para lo que haría hoy.

Se quitó la ropa y se metió al agua.

- ¡Ay! Qué frío - exclama y se abraza a si misma.

Se lava cada parte del cuerpo con delicadeza y detalle. Sale del agua y se envuelve en una toalla, usa otra pequeña para su cabello, agarra su mochila y va hacia unos árboles y arbustos altos, los cuales ella misma acomodo para hacer una especie de vestidor improvisado. Así ella podría cambiarse tranquila, ya que últimamente se ha sentido como si alguien la estuviera vigilando y observando. Bardack descarto que fuera Vegeta, por qué de ser él, el señor Piccolo lo hubiera sacado de ahí sin importar que. Además Vegeta no haría algo así, es demaciado orgulloso para admitir que necesita a Bardack y espiarla como todo un pervertido, sería caer muy bajo.

Saco una tela suave y gruesa de la mochila, para tenerla en el suelo, así no ensuciaría la ropa.

Se arrodilló sobre la manta y acerco la mochila, cuando estaba por sacra las cosas de la mochila, escucho el ruido de ramitas rompiéndose, giro su cabeza para ver si había alguien, pero lo vio nada. Tampoco sintió ningún ki. Se encogió de hombros y siguió con lo suyo. Otra vez escuchó ramitas rompiéndose.

- Bien, no es gracioso - dice molesta pero con los sentidos al máximo para saber si es una persona.

Saco las zapatillas de la mochila y volvió a escuchar las ramitas, se levantó, con el ceño fruncido y las manos hechas un puño.

- No es gracioso - dice molesta y es cuando alguien la sujeta de la cintura y una mano en la boca. Un por un momento se asustó, hasta que baja un poco la mirada y vio unos guantes blancos u supo quién era - Mmmm - trato de decir algo, pero esa mano en su boca no la dejaba.

- Te ves graciosa cuando estás asustada - se burla. Ella se enoja, le da un codazo en el estómago, él la suelta, Bardack se agacha y barre sus piernas haciéndolo caer de espalda, quedando ella a su costado. - Vaya si estás enojada - se ríe.

La hermana de Goku. (Vegeta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora