Seres de luz y seres de oscuridad

3.4K 81 2
                                    

Normalmente se llama ser de Luz a un ser casi iluminado, que está en dimensiones espirituales muy elevadas y que actúa como guía de personas o grupos de personas encarnadas. Pero en este apartado no me refiero a esos espíritus cuando hablo de seres de luz sino a personas normales, buenas personas, con buenos sentimientos, siempre dispuestos ayudar, con una bondad innata y que, sin duda, al fallecer, irán a dimensiones espirituales elevadas.

Al decir seres oscuros me refiero a espíritus egoístas, que solo piensan en sí mismos y que son incapaces de sentir empatía o sienten muy poca, son incapaces de amar de verdad sin egoísmo o sin esperar nada a cambio. Son seres que, muchos de ellos, al morir no encontrarán la Luz, a otros les costará mucho tiempo encontrarla, y los menos oscuros, después de mucho tiempo en la oscuridad tal vez vean un poco de luz, pero aún haciéndolo se quedarán en dimensiones espirituales bajas.

Muchos de estos seres egoístas se reencarnan directamente desde la oscuridad, sin haber aprendido las lecciones que debían aprender, sin haber sentido el Amor que hay en la Luz, pero tienen que reencarnarse porque en la oscuridad no se aprende y ellos también son hijos de Dios y necesitan venir al mundo.

No estoy hablando de monstruos, dictadores, terroristas y asesinos (que también) estoy hablando de tu vecino y de tu profesora, o el comercial de tu empresa, de tu pareja o de otro familiar cercano en quien tal vez hayas visto comportamientos de muy poca empatía. Estoy hablando de policías, de políticos que dirigen Estados, de psiquiatras, de líderes religiosos, de empresarios que tienen el poder económico... porque este tipo de personas, son "cazadores" y "cazadoras" pues hay tantas mujeres como hombres, no les importa nadie más que ellos mismos, con suerte a alguno le importan un poco sus hijos y poco más. Muchos tienen una ambición y un ansia de poder desmedida, lo que les lleva a meterse en política o a crear grandes empresas y lobbies empresariales para manipular a la gente, las leyes y ostentar el poder económico y político mundial. 

Y no quiero demonizar a nadie, no estoy condenando a nadie, pero sí hay personas que no quieren mejorar, no quieren ser buenos, no quieren aprender, tienen un ego desmedido y no les preocupan los demás en absoluto, solo quieren recibir ayuda para sus propios fines y beneficios, de modo que normalmente la gente que trata de ayudar a este tipo de personas acaba vacío, con depresiones, hundidos y desesperados.

Y ahora por primera vez en este libro voy a dejar aparcado momentáneamente el lado espiritual, las dimensiones etéricas y las energías, y voy a hablar de datos concretos y situaciones de la vida real, porque considero que es un tema muy serio y complicado sobre el que todos debemos estar concienciados. Voy a comentar las características que normalmente tienen este tipo de personas cuando se encarnan en el mundo físico, voy a hablar de patrones de conducta lo que no quiere decir que todos los seres oscuros se tengan que comportar así o cumplir todas las características, cada uno es un mundo y las personas no somos personajes estereotipados en una novela, hay algunos que cumplirán con todos los patrones de conducta de uno de los grupos que voy a exponer, otros que estarán a caballo entre las dos o tres personalidades diferentes, y otros que sólo cumplirán con algunos de estos patrones, porque incluso entre los seres oscuros hay diferentes niveles y no todos están tan lejos de cambiar, aunque por supuesto las personas que son así no cambian en una semana, ni un mes, ni en un año, ni tampoco lo harán a lo largo de toda su vida. Los seres oscuros necesitan muchas vidas para evolucionar y mejorar.

Todo lo que voy a exponer a continuación se basa en mi propia experiencia, tanto en mi vida cotidiana como en lo que he visto en el interior de algunas personas, y en los estudios psicológicos científicos que se han llevado a cabo desde hace décadas:

El trece por ciento de la población mundial tiene unos rasgos de personalidad enmarcados dentro de lo que se conoce como la triada oscura, es decir trece de cada cien personas que conoces son seres con más oscuridad que luz en su interior, trece de cada cien personas que conoces no sienten como tú, no piensan como tú, no aman como tú, no sienten empatía como tú, son egoístas y solo piensan en ellos mismos, o como mucho piensan en la gente que más les importa pero en un cuarto o quinto plano, antes están ellos, sus intereses, sus planes y sus beneficios.

De ese trece por ciento, el nueve por ciento tiene rasgos de personalidad enmarcados dentro de uno de estos dos tipos: Narcisistas y maquiavélicos. Ambos grupos tienen muy poca empatía, especialmente con sus parejas o personas afines, aunque son capaces de empatizar en determinadas situaciones y con determinadas personas, nunca, jamás, van a querer a nadie ni la mitad de lo que se quieren a ellos mismos.

Los narcisistas se creen el centro del mundo, suelen tener una apariencia externa impecable (normalmente visten ropa de marca), piensan que son inteligentes, buenas personas y guapos/as, tienen un concepto extremadamente alto y distorsionado de sí mismos. Son buenos habladores, manipuladores, suelen ser impulsivos y extrovertidos. No te darán la razón en una discusión, consideran que nunca están equivocados, no se ponen nunca en el lugar de los demás, nunca reconocen sus propios errores y siempre culpan a los demás, especialmente a su pareja, de sus fallos y equivocaciones.
Los maquiavélicos controlan mucho mejor sus sentimientos, nunca muestran lo que sienten de verdad ni expresan sus verdaderos pensamientos, son personas frías y desconfiadas. Suelen hacer sus propios planes elaborados a largo plazo que nunca comparten con los demás, es decir pueden planificar algo contigo que saben que nunca cumplirán mientras ocultan sus verdaderos planes que pueden ser diametralmente opuestos a lo que están diciendo o mostrando. Porque esa es otra de las características de los maquiavélicos, son mentirosos, muy mentirosos y manipuladores, se presentan como víctimas de las situaciones, de las circunstancias o de su familia y excusan su comportamiento y sus mentiras en ello. Tratan siempre de manipular a sus parejas/amigos/familiares a través del chantaje emocional y la pena, aunque los maquiavélicos que  llegan a ser personas poderosas utilizan otro tipo de chantajes y métodos mucho peores.

Llegados a este punto, y antes de seguir, quiero decir que estoy generalizando, hay personas que presentan algunos de estos rasgos, tienden un poco hacia ese tipo de personalidad pero tienen también buenos sentimientos y tratan de mejorar y de corregir sus errores. Estos también entran dentro de ese porcentaje del nueve por ciento, pero sí es cierto que para algunos de ellos aún hay esperanza de cambiar si realmente quieren hacerlo.

Falta el cuatro por ciento restante. Tanto los maquiavélicos como los narcisistas más oscuros presentan algunos de los rasgos de personalidad del siguiente grupo que explicaré a continuación:

El cuatro por ciento de la población mundial, cuatro de cada cien personas que conoces, unas sesenta personas de las que conocerás a lo largo de tu vida, son seres realmente oscuros, realmente egoístas y con una empatía casi nula hacia el resto de seres humanos. El cuatro por ciento de la población mundial son psicópatas integrados. Es un dato científico, parece mentira y que no es cierto porque cuando nos imaginamos a un psicópata lo imaginamos como un criminal y un asesino, pero estos solo son los casos más extremos, seres totalmente oscuros y carentes de luz espiritual. La mayoría de psicópatas son psicópatas integrados, jamás llegarán a delinquir ni cometer un crimen, pero no aman de verdad, no sienten como tú o como yo, son puro egoísmo, son incapaces de pensar en los demás, por eso algunos llegan a ser asesinos, porque encuentran algún extraño o retorcido placer en ello.

Cuando uno de esos seres oscuros se pega a un ser de luz, el ser bondadoso tiene que tener mucho cuidado, debe protegerse y marcar límites con todo el mundo.

El despertar: en búsqueda de la sabiduría Donde viven las historias. Descúbrelo ahora