CAPITULO 7

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THAIS.


Remuevo la comida en mi plato distraídamente mientras veo al chico pelinegro al otro lado del comedor. Está en una de las mesas del fondo, solo y ni siquiera está comiendo. Solo bebe una soda.

Los recuerdos de la noche anterior siguen palpitando en mi cabeza y eso me confunde.

¿Cómo es que nunca antes lo había visto? ¿De dónde salió? ¿Por qué ahora? ¿Cómo entro a mi casa?

-Oye deja de observarlo así acosadora- me burla Iris comiendo de su fruta picada -Si te llega a ver quizás y te ponga una orden de restricción.

-Si T, al menos disimula un poco- inquiere Dalia sentada frente a mi junto con Dalton que nos mira confundido, claro él no sabe de qué hablamos, es hombre no esperaba menos.

Le echo otra ojeada y suspiro desviando mi vista a la comida frente a mí, ya no tengo hambre.

-¿Sabían que él vive en la casa oscura?- musito refiriéndome a la casa de al lado de la mía, nosotras le habíamos puesto ese nombre ya que siempre estaba vacía y con las luces apagadas.

Pues ya no esta tan vacía ¿o sí?

-¿En serio? Eso explicaría el porque me resulto tan familiar el día que nos lo presentaste, tenía la sensación de haberlo visto antes- dice Dalia bebiendo de su jugo.

-Tal vez se mudo hace poco, porque créeme si él viviera ahí desde hace tiempo yo ya lo hubiera visto- ronronea Iris lanzándole miradas coquetas a su dirección pero Hazzael sigue centrado en su soda, como si fuera lo más interesante en el mundo.

Bufo alejando mi bandeja mientras Dalton se ubica en la conversación dando un repaso a Hazzael con la mirada.

-La verdad es que a mí me parece muy rarito.

-¿De qué hablas? Si ayer chocaste puños con él porque según te agradaba- dice Dalia frunciéndole el ceño a su hermano.

-Sí, digo... me cayó bien, pero eso no le quita lo rarito- toma un sorbo de su agua y nos vuelve a mirar -Cuando su puño choco contra el mío sentí una sensación extraña, como un choque eléctrico. Y eso no es normal.

Mi ceño se desfrunce un poco al oír eso, yo también sentí eso. Creí haberlo imaginado pero... parece que no fue así.

Siento una punzada dolorosa en la nuca y chasqueo la lengua llevando mi mano hasta allí, me miro los dedos y quedo paralizada al ver un líquido carmesí en ellos.

El vello se me eriza y el pulso se me dispara al ver sangre en los dedos que antes tocaban mi nuca.

-Hola- doy un respingo desviando la vista de mis dedos a la persona que acaba de llegar a la mesa, es Hazzael. ¿Pero qué...?

Vuelvo a ver mis dedos. No hay nada en ellos.

-Hey amigo- saluda Dalton sonriéndole, Dalia lo ve con ojos entrecerrados y una ceja ligeramente arqueada (así he de estar mirándolo yo también, estuvo todo el almuerzo en su mesa solitaria y de la nada llega aquí, justo ahora) y Iris le pestañea coqueta sonriendo de oreja a oreja.

-Espero no molestar, creí que podri...

-¡Claro que puedes!- lo interrumpe Iris levantándose de golpe -Ven siéntate con nosotros- lo hala del brazo y lo obliga a sentarse dejándolo en medio de ambas en la banca que compartimos. Mi rodilla roza con la suya por el brusco movimiento que hizo para sentarse, de inmediato una ola de calor sube desde ese punto hasta mi pecho esparciéndose dentro de mí.

Carraspeo la garganta algo incomoda.

-Hola Thais- me giro un poco quedando frente a frente.

-Hola- medio me sonríe y siento como la respiración se me regula, es tan extraña la sensación de paz que él me transmite, como si confiara plenamente en él, hasta podría decirse que lo conozco hace años. Pero no es así, solo es un chico atractivo al que conocí ayer.

Un chico muy atractivo.

Nerviosa bajo la vista de sus ojos a la mesa cuando me queda mirando fijamente.

Un poco más cerca y sus labios rozarían los míos.

Eh... ¿estás bien Thais?

Me centro mirando hacia al frente en donde están Dalia y Dalton en otra banca intercambiando palabras con Iris en una conversación, pero no logro captar nada, de pronto soy demasiado consciente de que a mi lado se halla un chico alto pelinegro, con piel cremosa y labios rosados el cual está rozando su rodilla contra la mía ¡Y ni siquiera parece ser consciente de que lo está haciendo!

Y tú volviéndote loca.

-Oye T hoy iremos a tú casa ¿No?- musita Dalia trayéndome a la realidad.

-Pero que dices ¡por supuesto que iremos!- canturrea alegre la rubia arrecostandose deliberadamente sobre Hazzael que parece incomodo por la acción. Les doy una pequeña sonrisa.

-Si por supuesto.

-Yo llevo cerveza- habla Dalton levantándose de la mesa.

-Y yo las películas- dice Dalia sonriente, ella ama nuestras tardes de cine en casa.

-Pues nos veremos allí- digo también levantándome haciendo que Iris lo haga, la rubia me da una mirada significativa señalando con disimulo a el chico de chaqueta negra que aun está sentado acabando con su soda. Parece distraído mientras pasa la vista por todas las mesas que hay en el comedor, en realidad está mirando con escotillo a las personas sentadas en ellas.

-Ehm... oye- de inmediato se gira hacia mi clavándome sus ojos oscuro, paso saliva -¿Te gustaría ir hoy por la tarde a mi casa? No haremos gran cosa pero... será divertido.

Parece pensárselo mientras Iris se va alejando hacia Dalton y Dalia que están en la entrada del comedor a punto de salir, Hazzael parece también darse cuenta de eso, por lo que se pone de pie haciéndome alzar la cabeza para verlo a la cara.

-Claro- le sonrió y me devuelve el gesto, la campana resuena haciendo saber a los alumnos que la hora libre ha acabado, no puedo evitar rodar los ojos y quejarme por lo que su sonrisa aumenta volviéndose burlona.

De pronto cualquier aire juguetón que nos envolvía se esfumo, la parte de atrás de mi cabeza me envía una punzada dolorosa a las sienes haciéndome jadear, mis piernas flaquean amenazando con lanzarme al suelo pero Hazzael me toma de los brazos con el ceño fruncido.

Me sostiene con fuerza sin ser demasiado brusco, me escanea y luego mira detrás de mi volviendo su mueca confusa y preocupada a una de enojo puro.

Me toma de la parte de debajo de los hombros y me pega a su cuerpo por lo que acabo en puntillas y con mis brazos rodeándole el cuello, dejo caer mi cabeza en su hombro y suelto otro jadeo cuando el dolor disminuye, Hazzael me aprieta un poco más contra él y de inmediato todo el dolor se esfuma.

Frunzo el ceño, este es el abrazo más extraño que me han dado.

Me separo lentamente de él, que sigue viendo con odio a alguien detrás de mí, veo sobre m i hombro pero no hay nadie, literalmente, ya todos han salido del comedor, quedamo0s nosotros dos y la cocinera que nos está mirando raro. Lo alejo por completo y me yergo soltándome de su agarre.

-Yo... debo ir a mi clase- sus ojos me enfocan nuevamente cuando oye mi voz, me da una sonrisa y relaja el rostro como si nada pasara, le enarco una ceja.

-Si claro, nos vemos esta tarde- asiento frunciéndole un poco el ceño pero no digo nada más, le paso por un lado caminando a la salida y veo como él toma otra rumbo yéndose a las puertas traseras de la cafetería, esas que le permiten al personal salir del instituto sin la necesidad de ir por la puerta principal.

Salgo al pasillo conectando mis auriculares, esto es raro. Me detengo en medio del pasillo echado una ojeada a la puerta de la cafetería, entrecierro los ojos.

Muy raro.

Entre cielo y tierra. (En Adaptación)Where stories live. Discover now