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Las clases nunca eran bien recibidas por los jóvenes, digo ¿A quién le gusta pasar la mayoría de su juventud entre cuatro paredes siendo obligados a aprender cosas que quizás ni le interesan? A excepción de los cerebritos claro está.

Thais camina sin preocupaciones por uno de los pasillos, una joven aparentemente normal, con cabello plateado hasta la cintura y su mochila colgando del hombro con los audífonos puestos. La música siempre fue su escape, la hacía sentir segura y relajada. Y más aun luego de tener una de sus espantosas pesadillas.

A menudo soñaba con caos, destrucción y unos escalofriantes ojos rojo carmesí que la seguían hasta despertar, ella no era una cobarde, siempre había sido una chica ruda e impulsiva, pero esos ojos... esos ojos la aterraban.

La dejaban en un estado de desconcentración abismal como el que estaba teniendo ahora.

De no haber sido así, ella hubiera notado la sombra que siempre la seguía, la oscuridad que estaba a su espalda tan invisible al ojo humano y al mismo tiempo tan vivaz como cualquier persona.

Pero ese era el punto, no era una persona.

Tampoco un humano, al menos, no totalmente.

Para la suerte y desgracia de Thais, aquel día todo dio inicio. La profecía debía cumplirse. Tal y como había sido escrita. Pero... ¿Llegaría cumplirse?


Hazzael

Así es como inicia.

Está es nuestra historia.

El relato de como seres de diferentes mundos se unieron para defender un propósito.

 Para encontrar un camino...

Para mantener en equilibrio todo lo que se halla...

                                              ...ENTRE CIELO Y TIERRA.

Entre cielo y tierra. (En Adaptación)Where stories live. Discover now