Mis ojos viajaban entre las montañas y arboles fuera del auto que se alzaban mostrando toda su fuerza.
La verdad que haber salido del pueblo de Bardstown en Kentucky no había sido para nada un problema, y siendo sinceros, eso lo irritaba.
Sabía que ya habían encontrado los restos de Erio, por lo tanto ya los rastreaban y el hecho de que hasta ahora no habían tenido problemas mantenía a todos en el auto en calma y menos despreocupados. Pero a mí no.
Conozco lo bastante bien a Bastián como para saber que su primera orden será lanzar su asqueroso sabueso a las calles para que los halle, por lo menos aquí en Telluride los senderos llenos de arboles y las montañas sinuosas confundiría un poco al animal en cuanto llegara. Porque llegaría, siempre hallaba su objetivo.
-¿Podemos comer algo?- se queja Thais suspirando -Se que ustedes no lo necesitan pero yo sí.
Adriel lo miro en busca de respuestas, ya me estaba acostumbrando a ser el que diera órdenes en el grupo. Daxon carraspeo la garganta:
-También debemos detenernos a organizar un plan, se que conocías a alguien aquí pero hasta entonces deberíamos estar preparados al menos con algo- esta vez asintió en dirección al moreno mientras el auto al fin recorre la carretera hacia la entrada del pueblo.
-Telluri...- la ojos grises se corto así misma abriendo los ojos de par en par -¡¡¿ESTAMOS EN COLORADO?!!
Ah sí, había olvidado decírselo.
- Bardstown ya no era seguro, debíamos irnos de ahí- la cara de espanto que ella coloco me hizo saber en seguida que una de sus escenas dramáticas se aproximaba, blanquee los ojos.
Genial.
-¿Acaso están dementes? ¡MAMÁ VA A MATARME!
-Thais tú mamá no se dará cuenta, nunca está en casa- de inmediato, sus iris se posaron en mi dándome una mirada que congelaría hasta el propio infierno.
-Pues gracias por recordármelo Hazzael- vocifero cruzándose de brazos enfurruñada, al menos molesta no dirá nada más, me yergo en mi asiento en cuanto pasamos el cartel de "bienvenidos" y nos adentramos entre las montañas, casas empiezan a ser visibles a unos metros al igual que tiendas, y algunos autos.
-¿Y bien?- evito rodar los ojos con hastió cuando ella vuelve a quejarse.
-¿Qué?
-¿No comeremos nada?
-No necesitamos comer.
-¡Pero yo sí!
-Ok, ok suficiente- interviene Daxon empujando a Thais hacia atrás para que se recueste en el sillón y él poder meterse en medio -Adriel en cuanto veas un restaurante te detienes.
El rubio me mira y yo asiento a regañadientes, se que necesita comer y descansar. Después de todos estos años puedo asegurar que ella es un agujero sin fondo, come y come y no engorda.
Muchas en el instituto la envidian por eso, y por su extraña belleza claro.
-¿Una cafetería sirve?
-¡SI!- el rubio medio sonríe por el gritito eufórico de Thais al ver por la ventanilla, lo miro mal y le enarco una ceja a ella provocando que me ponga mala cara.
El auto se detiene y salimos yendo al local, Daxon junto a Thais van casi trotando delante de mi mientras Adriel se mantiene a una distancia prudente a mi lado.
-¿Puedo hacerte una pregunta?- lo miro de reojo al tiempo que abro la puerta entrando, él me sigue. Toma mi silencio como una afirmación porque carraspea la garganta antes de seguir:
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Entre cielo y tierra. (En Adaptación)
Novela JuvenilCada 300 siglos un alma pura es dada a los dioses, otorgada por el padre universo. Un alma tan impredecible y añorada como cada amo, es la paz y la guerra, llena de tanto silencio y bullicio como cualquier otra. Capaz de controlar el día y la noche...