Capítulo 9

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-𝐸𝑥𝑐𝑖𝑡𝑎𝑐𝑖𝑜𝑛

Hablemos de las características animales.

Usualmente estas características se presenta cuando el cuerpo ya puede tener coito.

Dependiendo de la especie, sus características animales se presentan a cierta edad, pero solo lo hacen cuando el cuerpo ya ha aceptado la especie que será.

Las características animales inducen al celo, por lo tanto cuando el niño o persona entra en celo por primera vez, suele perder el conocimiento o entrar en un estado irracional, casi animal, solo actuando por instinto. Es demasiado extraño que el niño mantenga un estado claro, ya que el primer celo suele ser el más potente. Además, cuando las características animales salen, el cuerpo consume una gran cantidad de energía y nutrientes, poniendo al niño débil. También, la persona sufre un dolor extremo, ya que sus huesos y carne son desgarrados, destruidos y vueltos a construir, todo a la vez, provocando un dolor intenso.

Las personas con características de conejo entran en celo a una edad temprana, que es a los seis u ocho años. Si sus características se retrasan, se debe a que el cuerpo se sigue adaptando al cambio, a veces puede presentar alguna reducción en su característica de animal.

Los conejos son muy precoces y cuando entran en celo, lo hacen prácticamente para toda su vida. En algunos días se ven más afectados que otros.
Los conejos cuando entran en celo, se ponen de un estado irritable y a veces agresivo, pueden llegar a morder y encaramarse en lo que esté a su alcance.

Las personas con características de conejo les cuesta mucho ocultar sus orejas o cola e incluso, controlar sus instintos, en especial en la niñez.

Por otra parte, las personas con características de un lobo, suelen entrar en celo a la edad de doce a catorce años. Estas personas suelen ser mucho más racionales durante su primer celo y saben controlarse mejor, porque necesitan las condiciones adecuadas para reproducirse, y no se aparean con cualquiera.

Los lobos son una especie monógama, lo que quiere decir que cuando escogen a una pareja, estará con ella por el resto de su vida. Ellos son extremadamente fieles.
Cuando la pareja de un lobo muere, el lobo que quedó solo, puede elegir si tener otra pareja o no.

Curioso ¿verdad?

Su respiración era agitada y olas de placer llegaban a su cuerpo.
Masajeaba aquella parte a un ritmo constante, con un vaivén de arriba hacia abajo.
Gimió muy bajo, de una manera ronca y sensual.

Sus orejas de conejo verde se movían levemente sobre su cabeza, mientras que sus mejillas mostraban un poco de rubor. Sus ojos verdes tenían una capa nebulosa.

A los pocos segundos eyaculo, deteniendo el chorro con la palma de su mano, para evitar salpicar la cama.
Su miembro estaba semi erecto. Aún seguía sin poder reducir lo caliente que se sentía.
Hoy fue un día en el que estuvo especialmente sensible.

Pasaron unos cuantos minutos cuando su miembro volvió a erguirse con orgullo.

Ser un conejo era difícil, en especial el tener que lidiar con la excitación constante.
A veces era tanto, que se podía llegar masturbar por un día completo.
Después de todo, el conejo al aparearse y eyacular, después de unos cuantos minutos, podía seguir reproduciéndose.

En serio, era realmente frustrante.
Y si quería acabar con eso, tendría que castrarse. La sola mención de eso lo hacía temblar de dolor.

Volvió a poner su mano en su miembro, masturbándose. Pero la puerta de su habitación se abrió de golpe, mostrando una figura familiar.

El tiempo se detuvo en ese instante.

Una mirada roja y una verde chocaron en el aire y prontamente la vergüenza e incomodidad llegó.

Izuku se apresuro a ocultar su miembro en los pantalones, mientras que Katsuki se quedó parado en el umbral de la puerta, con la cara en blanco.

-Kacchan, estas aquí.

Le sonrió con alegría pero el movimiento de sus pies y la voz temblorosa demostraba su nerviosismo.
El rubio no le contesto y solo frunció el ceño al sentir el leve y casi imperceptible olor, que se parecía al aroma del pescado, en la habitación.

Midoriya se intentó acercar y tocar el brazo de Bakugō, pero éste último se alejó considerablemente.

-¡Mierda! ¡no me toques!

Se podía ver el asco en su ojos rojos, los cuales miraban su mano extendida.
Bajó la vista y notó que la mano con la que iba a tocar al cenizo, era la mano llena de semen.

-¡Kachan no era mi intención...!

Y fue interrumpido por una explosión del rubio.

-¡Ve al jodido baño!

Señaló el baño de la habitación y el Deku se fue completamente avergonzado.

El rubio hizo una mueca de desagrado y se adentró a la habitación del contrario, cerrando la puerta a sus espaldas.

"Maldito bastardo ¡podrías haber ido al jodido baño! ¡no hacerlo en el cuarto delante de mi cara!"

Profirió varios denuestos en su interior mientras ponía su tarea en el escritorio.
Su roja mirada observó la habitación y la cama desordenada.

Quería explotarle la cara pero eso sería injustificado. Aunque encontraba malditamente irritante que lo haya hecho en el cuarto, era su cuarto después de todo, así que podía hacer lo que quiera y él no podría quejarse realmente.

Notando que el conejo caliente no iba a salir del baño, se sentó en la silla y prosiguió a hacer su tarea.
Su mente voló por todos lados hasta que un repentino pensamiento apareció, desconcertándolo.

"El tamaño era como de... diecinueve centímetros"

Y quedó en silencio.

"¡¿Como el nerd de mierda lo tiene más grande que yo?!"

Su orgullo fue dañado ante tal pensamiento.

Frunció el ceño y miró la tarea que mandaron, maldiciendo para sus adentros.

"Maldito Deku de mierda"

𝐿𝑒𝑝𝑢𝑠 [𝐷𝑒𝑘𝑢𝑏𝑎𝑘𝑢]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora