Capítulo 10

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-𝑃𝑜𝑠𝑒𝑠𝑖𝑣𝑖𝑑𝑎𝑑

¿Qué es posesividad?

Actitud de posesión o dominación de alguien por algo o alguien. Posesivo es una palabra que tiene su origen en la lengua latina: possessīvus.
Se trata de un adjetivo que está asociado a la posesión.

¿Qué es ser posesivo?

En un ser humano, el calificativo de posesivo suele ser visto como algo negativo. La persona posesiva invade a la otra, recortando su libertad y presionándola de diversas maneras.

¿Y la posesividad en los lobos y conejos?

Los lobos son más independientes y posesivos cuando se trata de comida y otros objetos.

Los conejos son territoriales por naturaleza, y también son muy posesivos, así que todo lo que crean que es suyo será frotado por su barbilla, lugar donde se encuentra la glándula odorífera.

Y ahí estaba otra vez.

Mirándolo en aquel silencio conocido y cariñoso. En aquel espacio que solo les pertenecía a ellos dos.

Su mirada vagaba por el perfecto rostro del contrario, repasando sus pestañas, su nariz, sus pómulos, sus ojos, sus cejas, sus labios, su mentón.

Y mientras más tiempo pasaba observándolo, más ganas tenía de extender su mano y tocarlo, de besar cada parte de su rostro. De tomarlo entre sus brazos y nunca dejarlo ir.

"¿Por qué no puedo quedarme contigo el resto de mi vida?"

"¿Por qué tengo que dejar que venga otra persona para que esté a tu lado?"

"¿Por qué no me dejas amarte hasta que me pudra?"

"¿Por qué?"

"Solo déjame extender mi mano y..."

Su respiración se tornó pesada, mientras que sus ojos mostraban una capa de humedad.

¿Podría decirse que no le dolía?

¿Podría hacerlo?

¿Él era un egoísta?

Mordió su labio inferior, no pudo evitar extender su mano y tomar aquel cuerpo entre sus brazos.
Acostados en su cama, uno al lado del otro.

Era una escena de ensueño, si no fuera porque lo único que los unía era su larga amistad.

Porque eso eran.

Amigos.

Dos sujetos que crecieron juntos, rieron juntos, lloraron juntos, se enojaron juntos.

Estaban juntos.

Pero ¿sería así para siempre?

Ser un héroe era poner tu vida en el frente, era enfrentarte a los peligros desconocidos con una gran sonrisa.
Quizás un día estén luchando lado a lado y al otro día uno sea atravesado por un ataque, destruyendo su efímera vida.

Quizás Katsuki no pierda la vida.

Pero...

¿Y él?

Esta muy consiente que en algún momento podría morir si no tuviera cuidado, y eso no lo aterraba.

No.

Lo que lo aterraba era el dejar a las personas que lo quieren atrás, cargando con el dolor de su partida.

Para ese momento...

¿Katsuki también lloraría?

Temía preguntar.

¿Si él se iba, lo recordaría?

¿Estaría pensando en él cada día?

Quería hacer la pregunta pero su boca estaba fuertemente cerrada.

Quizás a él le sea indiferente su muerte, quizás seguiría con su vida, olvidando lo que han pasado juntos.

Quizás...

Quizás él no es tan importante para Katsuki.

Enterró su rostro en el cuello ajeno, aspirando aquel aroma tan característico de Bakugō.

Lo ama.

Quiere estar con él.

Quiere besarlo.

Quiere abrazarlo.

Quiere hacer el amor con él.

Si tan solo pudieran permanecer para siempre en estas cuatro paredes, testigos de su oculto amor. Ser prisioneros de este espacio y tiempo.

Lo ama con frenesí secreto.

-Deku.

Llamó por su apodo.
No apartó su rostro del cuello contrario.

No hubo más palabras entre ellos.

Una mano se extendió hacia los cabellos verdes y acarició con suavidad.
Dejó el manga a un lado y se dio la vuelta, estando cara a cara con el dueño de la habitación.
Las lagrimas salían continuamente, sus ojos verdes mostraban una capa cristalina.

Katsuki solo frunció el ceño con preocupación y abrazó la figura contraría.

-Sabes que no fue tu culpa.

Empezó a decir, mientras que las gotas de agua salada caían, haciendo un camino brillante.

-Esas mierdas suceden. No puedes estar en todos lados.

Su polera fue apretada mientras que un quejido bajo salió de los labios de Izuku.

-Pero pude... si lo intentaba...

-No.

Cortó de una sus palabras.

-Sabes que no hubieras podido salvarla.

Y esa era la verdad. Aún si hubiera dado lo mejor de él, no habría alcanzado a llegar a rescatar a aquella mujer.

-Él... lloraba.

Su voz era temblorosa y ahogada.

-Kacchan, él estaba llorando frente al cuerpo de su esposa, abrazando sus restos.

Hizo una pausa para intentar tomar aire.

-Él estaba... totalmente destrozado, gritaba su nombre esperando una respuesta. Kacchan eso fue simplemente... doloroso.

Enterró su cabeza en los brazos del rubio, mientras dejaba salir todas sus penas.

-Todos los días sucede, todos los días muere gente y aún si quieres salvarlos a todos, es imposible.

Cada palabra fue como una daga atravesando su pecho. No lo mataba pero lo hacía sufrir.

-Y ésta no será la última vez que lo verás.

Ese día lloró como nunca antes en los brazos de Katsuki, derramando sus penas y frustraciones, mostrando su corazón herido, el cual fue acariciado con calidez hasta que la herida sanara. Hasta que formara una costra.

Los héroes cuidan al resto, pero nadie cuida a los héroes.
Ellos continúan en aquella lucha hasta agotar sus espíritus.
Hasta quedar destrozados por dentro, sin signos de reparación.

Hasta que... se pierden a sí mismos.

Quizás su posesividad hacia el rubio sea malo o quizás sea bueno. No lo sabe.
Pero existe el miedo en su interior, el miedo a ser olvidado por la persona que ama y a la vez el miedo de perderlo un día.

Solo desea estar con él para siempre.

Es un sueño irrealista ¿verdad?

¿Quién sabe si lo es en realidad?

𝐿𝑒𝑝𝑢𝑠 [𝐷𝑒𝑘𝑢𝑏𝑎𝑘𝑢]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora