Capítulo 4

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-𝑇𝑒𝑟𝑟𝑖𝑡𝑜𝑟𝑖𝑜

Los lobos son muy territoriales y delimitan su espacio marcando con orina, heces o impregnando con su olor el terreno. Para ello, poseen glándulas odoríferas entre las cuales destacan las que se encuentran en la base de sus colas.

Solo que ¿alguna vez has visto a un conejo marcar territorio?

Los conejos también pueden ser bastantes posesivos y territoriales, hasta el punto de llegar a ser agresivos.

Los conejos tienen glándulas que utilizan para marcar objetos que ellos usan. Una de las glándulas está ubicada cerca de la lengua. Esta glándula segrega una esencia a través de una gran cantidad de poros ubicados en la barbilla del conejo. El conejo marca con la barbilla para indicar cual es su territorio o que objetos le pertenecen.

Curioso ¿Verdad?

Desde la tarde que el Deku no ha parado de frotarse contra él. Pasa su barbilla desde su pelo hasta su hombro y sigue por sus brazos.

-¿Se puede saber que mierda estas haciendo?

Le preguntó al maldito conejo.

-¿Dejando mi olor en ti?

-¡¿Ah?!

¿Qué es lo que acaba de decir?¿Dejando su olor? Espera un momento ¿El estúpido de Deku estaba marcándolo como suyo? Esto debe ser una broma.

Frunció el ceño y apartó su mano, para después olerla, se podía sentir el leve y casi imperceptible aroma de Izuku.

Esto es el fin.

-Me marcho.

-Kacchan, espera.

Y cuando se intentó levantar de la cama, donde estaba leyendo un manga, el nerd de mierda se le arrojó encima. Se colocó arriba de él, metiéndose entre sus piernas, y a decir verdad, la posición en la que se encontraba no le era para nada cómoda.

-No te vayas.

Cualquiera que lo escuchara pensaría que están en una relación y que lo quiere dejar.

¡Pero son jodidos amigos! Y quizás ni siquiera alcance para eso. Si es sincero, no sabe que son en realidad.

-No puedes obligarme a estar aquí nerd de mierda.

Ambos quedaron en silencio.

Midoriya tenía ambos de sus brazos al lado de su cabeza y su atenta mirada verde puesta en sus ojos. La competencia de miradas hubiera seguido si no fuera por una cosa.

Sentía un bulto entre sus piernas y no era de él.

Su expresión se puso rígida y miró lentamente hacia abajo. Lo que encontró fue un titán erguido, que sobresalía con orgullo infinito.

Su tez se puso inmediatamente pálida.

-¿Kacchan estás bien?

Preguntó con preocupación mientras miraba que el rostro del rubio se puso pálido, además de tener una mirada oscura en sus ojos. Siguió su visión, la cual se dirigía a sus pantalones y la vergüenza no tardó en llegar.
Se puso completamente rojo.

-Yo... yo lo puedo explicar.

-¡Déjame ir!

-Espera ¡no te muevas!

Y se pudo escuchar un leve gemido del chico de pelo verde.

Ambas personas se pusieron inmediatamente rígidas.

-Me largo.

No esperó a que el Deku se quitara y él mismo lo movió a la fuerza.
Se levantó de la cama sin siquiera llevarse sus cosas y salió del cuarto.
Su tez estaba pálida mientras cargaba con una mirada pesada.

"Ese tamaño no es normal"

Cuando miró aquel bulto, su sangre se heló. Era demasiado grande y en esa posición, sintió su trasero peligrar.

Dentro del cuarto, Izuku miró su entre pierna que tenía un gran bulto, mientras murmuraba.

-Parece que lo asusté.

Su rostro estaba completamente rojo, mientras desvió la mirada hacia la puerta, donde había salido Katsuki.

Suspiró y se dirigió al baño de su habitación para encargarse de su pequeño, no tan pequeño, amigo.

Sabía que Bakugō va a volver a buscar sus cosas, para ese momento ya debería de haber arreglado su problema.

𝐿𝑒𝑝𝑢𝑠 [𝐷𝑒𝑘𝑢𝑏𝑎𝑘𝑢]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora