¿Fue Un Sueño?🧡

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IAN

Me encontraba en un sitio extraño, desconocido. Era una habitación cuyas paredes eran color tierra, el piso y el techo de un tono crema.

Había una ventana que permenacia cerrada. Una cama y una silla. Yo estaba sentado en la cama llorando amargamente. No podía aceptar no lo que me habia pasado. Por dios ¿qué haría ahora? ¿quizás podría morir? Sería lo mejor.

Miré al escritorio que había en la habitación. Sobre del mismo había un cuchillo y velozmente me lancé a él, pero alguien sujetó mi muñeca derecha con fuerza deteniendome.

Miré a quién me detuvo y me sorprendí. Era Escarlata. Pero ¿qué significaba esto? No entendía nada de nada. Su roja cabellera enmarcaba su rostro y sus ojos turquesas me miraban con firmeza.

Aquel maquillaje entre rojo y naranja característico en él me descolocaba. ¿Qué demonios sucedía?
— ¿Q-Quién eres? — las lágrimas seguían humedeciendo mi rostro
— ¿Qué crees que haces?
— ¿Quién eres?
— Tú sabes quién soy.

— ¿Escarlata? — él asintió con la cabeza — Pero...pero...me....me...
— No Ian, a tí nadie te hizo nada — me dijo Escarlata y yo lo miré asombrado — No pasó nada.

— ¿Cómo dices eso? Me duele — lloraba sin consuelo alguno — Me quiero morir...Fausto me...
— No, no y no. ¡Escuchame bien! — rugió — ¡Te asaltaron!
— ¿Qué?

— Te asaltaron, te robaron y golpearon, pero no fue Fausto sino un grupo de muertos de hambre.
— ¿Me asaltaron? Pero...
—Tranquilo Ian, tranquilo muchacho — Escarlata me abrazó consolándome — Yo te cuidaré a partir de hoy.
— ¿Estás seguro que no pasó nada?

— Así es — él me miró con firmeza — Pero la noche es muy peligrosa Ian, por lo tanto cada vez que ella llegue, yo apreceré y tú permanecerás aquí, tranquilo y seguro. Dormirás. Yo si puedo lidiar con la noche y sus monstruos. Tú saldrás durante el día, donde hay mayor seguridad. Despertarás ahí y yo dormiré porque necesitaré recuperarme. De esa manera te cuidaré.

Miraba a Escarlata más relajado. Saber que al menos alguien se preocupaba por mi sin pedirme nada a cambio era bastante bueno.

Más aún saber que nunca pasó aquella pesadilla. Era mi turno de salir ya que era de día. Antes de abrir la puerta vi cómo Escarlata se acostaba a dormir en la cama. Abrí la puerta y salí de la habitación.

Pero una luz intensa me encegueció y confundió. No sabía dónde estaba ni qué estaba pasando realmente.

Empezaba a sentir los intensos dolores recorrer todo mi cuerpo además de sentir una gran debilidad. Respirar dolía bastante.

Escuchaba voces a mi alrededor y sentía olores diferentes. Poco a poco fuí recuperando la conciencia hasta despertar por completo.

Abri los ojos y ví que estaba en una habitación desconocida. Pero ví a Orfen y Nathan conversando preocupados, pero al verme despierto ambos se acercaron a mí.

— Ian al fin despiertas — me dijo Nathan.
— ¿Cómo te sientes? — me preguntó Orfen.
— Mal, me siento muy mal — miré a Von Fisher y sentí el anhelo de estar a solas con él, despues de todo él me salvó. Recuerdo que en medio del dolor y la oscuridad él me sacó de allí. Igual sabia que era imposible.

— Los doctores dicen que pronto podrás volver a casa, grandioso — dijo Nathan a lo que me tensé. Volver a ese lugar me resultaba angustiante — Tu público te espera ansioso, después de todo estuviste dos días ausentes.

Volver, tenía que volver. Cerré los ojos sintiendo cómo mi respiración se volvía cada vez mas dificultuosa. Pero tenía que ser realista ¿dónde iria sino? La imagen de Fausto invadió mi mente, y me estanté, temblaba.

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