GABRIEL
Cuando desperté ya era de día, pero estaba solo. Anthony no se encontraba en mi cama. Me sentí solo y estafado. Tras incorporarme fuí al baño y ví restos de una ducha.
No hacía mucho que estuvo allí. Me coloqué la bata negra y salí de mi habitación, con la esperanza de encontrarlo. Pero mi mayordomo me dijo que se había marchado, y que recién había recibido una nota para mí.
Sin dudarlo un segundo, abrí el sobre y leí la nota, era de Anthony.
Gabriel
En verdad disfruté muchisimo tener sexo contigo, pero solo eso fue lo de ayer. Sexo. No amor.
Después de todo fuiste tú quien me dio la espalda cuando más te necesité, ya que no creo tu historia.
¿Mefis inventó una droga que te eliminó los recuerdos? Por favor Gabriel, somos adultos. No es necesario que me trates como un niño.
Viví el mismísimo infierno en la tierra mientras tú, quien me juraste amor eterno, estabas comodamente instalado en tu mansión del otro lado del océano.
Bebí y seguiré bebiendo porque no resisto la sola idea de no ser amado por tí, me duele mucho más que las torturas y violaciones a las que me sometió Mefis.
Sigue tu vida Gabriel, después de todo no te será nada difícil. Mientras que a mí ni siquiera mi propio padre me acepta en su vida. Irónico ¿verdad?
Anthony
Arrugué la nota y la arrojé al suelo furiosamente frustrado ¿cómo era posible que Anthony sea tan terco? Pensar que solo busco sexo con él es de locos.
- Anthony te demostraré lo loco de amor que estoy por tí.
Lo primero que tenía que hacer era encontrarme con Rafael. Había llegado el momento en que me cobre los favores que le hice. Le mandé una nota indicandole el sitio donde esperaba verlo de manera urgente.
No me importaba nada más que Anthony. Jamás renunciaré a él. De hecho tenía planeado llevarlo al altar con o sin su consentimieto, maldita sea.
Así, una hora después, me encontraba sentado en el bar más prestigioso de la ciudad esperando a mi amigo, que no tardó en llegar.
Rafael me miraba asombrado tras sentarse frente de mí. No pude evitar sonreír debido a su expresión.
- Hola Rafael, me alegra verte amigo.
- Gabriel ¿cuándo llegaste?Brevemente le conté todo, lo de mi padre, lo de Mefis, la droga, mi encuentro con Anthony y su posterior terquedad.
Rafael me escuchó en silencio respetandome, eso era lo que admiraba de él. Que sabía escuchar y más aún sabía aconsejar.
- Mira Rafael, se que suena loco pero es la verdad. Mefis me drogó, obligandome a olvidarlo todo. De no ser por mi padre yo....no estaría aquí.
- Llegué a conocerte de tal forma que puedo saber que no mientes. Además siempre me pareció fuera de lugar tu repentino alejamiento de Anthony cuando intentaste suicidarte por no poder salvarlo de las garras de Mefis.
- Rafael yo lo amo, pero él...él es tan terco que...no me quiere creer.
- Anthony padeció mucho incluso ahora sigue sufriendo.
- Lo se maldición, lo sé. Por eso mismo necesito tu ayuda.Rafael sonrió mirándome, en verdad parecía divertirlo la situación.
- Dime ¿es en serio lo del secuestro y casamiento?
- Muy pero muy en serio.
- Bien, me parece genialLo miré asombrado ya que tenía mis dudas sobre su colaboración, debido a su gran amistad con Anthony.
- Gabriel tú eres muy importante para mí, no estaría aquí de no ser por tí. A su vez Anthony es un gran amigo y está muy pero muy necesitado de tí. Es terco en verdad, pero lo ayudaré a estar a tu lado. Ambos merecen ser felices.
Sonreí sintiendome muy feliz por su amistad. Cuando salimos de allí, cada quien fue por su lado. Sabía que en un par de horas volvería a tener a mi terco amor en mis brazos.
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Un Amor De Chocolate
RomanceAlice vive en un orfanato, pero una mañana aparece un extraño, que responde al nombre de Orfen Von Fisher y es enviado por alguien de mucho dinero para adoptarla. En el trayecto desde la salida del orfanato hasta la llegada a destino, Alice debe oí...