Capitulo III

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Luego de estar un rato abrazados, me sentía más aliviada, no me soltó en ningún momento, solo se despegó un poco para acariciar mi rostro y mirarme a los ojos.

-eh linda, tranquila, si, acá estoy para vos, llora todo lo que necesites que acá estoy- solo pude abrazarlo fuertemente y decirle gracias, nos acostamos mientras él me consolaba.

-perdón lit, no suelo llorar así, pero sos el primero con quien hablo de esto- me levante de la cama y lo tome de las manos, voy a buscar algo para tomar, venís?- me miro y sonrió.
Bajamos a la cocina, mientras bajábamos escuchábamos las risas de esos dos hombres, en algo andan seguro. Aunque al subir eran gritos los que llamaban la atención, de tal forma que nos quedamos a escuchar

-"te lo digo, va estar re bien el plan, ya los juntamos, en las cosas que anda ese pibe tu hija termina tan drogada que no se va a enterar de a donde la van a llevar".

-"No entiendes, el tenia que enamorarla, no venir como un vagabundo y ni hablar en toda la cena, por si fuera poco le contaste a tu mujer del negocio, cuantas veces te dije que es secreto, nadie tiene que saber"- lo mire a Mauro, era claro que hablaban de nosotros dos, de juntarnos y del negocio raro que se traen entre manos.

-"el pibe ese no se pone un traje ni en pedo, era traerlo así o no venia, yo lo traje, aunque hay un detalle, el no sabe nada de él plan ni de mi trabajo, pero una vez que se lleven bien lo voy a convencer de que traiga a sus amigos a la casa, al más drogadicto de todos lo voy a convencer para que haga la parte del plan"

-"si todo sale bien, vamos a tener mínimo a 3 chicas nuevas para el disfrute de la empresa y los clientes "-
ambos hombres empezaron a reír a carcajadas estridentes, le agarre la mano a Mauro para subir a mi cuarto, abrí la puerta, apoye ambos vasos en el escritorio y me senté en la silla, Lit se sentó en la cama y ambos nos miramos sin comprender bien que era esto que estaba pasando.

-por lo que entendí te quieren hacer algo Nat, no hay que permitirlo, ellos nos querían juntar para hacerte algo, quieren involucrar a mis amigos, entonces lo qué hay que hacer, es no presentarte a ninguno, no enfrente de él. Que él no los conozca.

-es una buena idea, pero es mi papá de quien hablamos, me quiere hacer algo malo, drogarme con un propósito raro, Mau el no me quiere, mi papá con el que vivo no me quiere- si antes estaba llorando ahora más- mi mamá se fue y confiaba en él, me dejo con él y él me quiere lastimar Mau.

Nuevamente me estaba abrazando, escuchábamos pasos en el pasillo, pero no le dimos importancia hasta que se abrió la puerta, eran esos dos hombres, mi padre el psicópata y su amigo, Martín.

-míralos a los dos, pero que bien se llevan- mi padre aplaudió sarcásticamente, parece que no se dio cuenta de lo mal que estaba y de mi llanto- si queres pibe quédate a dormir, por mi no hay ningún problema, si tu papá te deja quédate.

-señor, Martín no es mi papá, aunque quisiera quede en ir a una joda con mi mejor amigo-me guiño un ojo, él tenía un plan-si me deja la puedo llevar conmigo.

-llévatela cuando vos quieras, nosotros nos vamos a la empresa qué hay un par de problemas- ambos hombres rieron mientras murmuraban cosas raras que no alcancé a escuchar.

Mauro me contó su plan, íbamos a ir a una casa que es de él, su papá la puso a su nombre para que pueda tener espacio para él, lo visita seguido, pero siempre llama antes, así que nos podemos quedar ahí. Agarre ropa y nos fuimos. Pedimos un Uber para no caminar, en el camino Lit no me soltó la mano nunca.
Al llegar aprecie esa casa hermosa, él me la mostró por dentro hicimos un recorrido, era muy agradable estar con él. Más a la noche me llevo a casa para empezar el plan para confundir a esos hombres, me acosté y me dormí enseguida.

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A la mañana siguiente era lo mismo, gritos y más gritos , ella entró como siempre, pero algo cambió esta mañana, su mirada era distinta, algo había pasado.

-la mamá de ese pendejo tiene razón, levántate pibita, sos una vaga, dale.
lo que hizo fue su peor error, me agarró del brazo a tal punto de lastimarme con sus uñas, pegue un grito que mi perro dejó de ladrarle y le mordió la mano era tan letal su mordida que empezó a salir sangre por todos lados, me mancho las sabanas, ella gritaba, pero el no la soltaba.

-sóltala- cuando se lo dije lo hizo y de su boca Cayeron 2 dedos, le arrancó 2 de una mordida y solo para defenderme- si no queres  que te muerda la otra ándate y no le digas nada a nadie de que fue el, porque yo le cuento a papá que lo engañas con el flaco del súper.

Ella se fue y yo limpié todo lo mejor posible, agarre a thor y lo lleve a pasear para seguir la rutina de siempre, jamás dejaría que le hagan algo por defenderme a mi, me senté debajo del árbol en el que estoy siempre, al poco tiempo llego el, Tiago.

-hola linda como..-lo mire y su sonrisa desapareció- qué pasó bonita.

Le conté todo lo que estaba sintiendo, por lo de hoy, lo de Mau no se lo puedo contar, el en todo momento me escucho, me invito a tomar un helado y así mi día loco se convirtió en una divertida tarde con un chico sumamente especial. Que así me hacia sentir, hasta antes de descubrir lo que eras capas de hacer, lo que me podías hacer.


Instintos criminales (Tiago pzk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora