Instintos criminales (Tiago pzk)

Capitulo VII

Solo estaba ahí parado, en su mano tenía una mochila, me había sorprendido, le señale la puerta y le mande un mensaje esperame ahí, ahora te abro, salí lo más silenciosamente que pude. a mi padre nunca le molesto que traiga chicos a la casa, es muy liberal, aunque el hecho de que no me de ni bola influye en eso, aunque que traiga chicos no le molestara, si lo despertaba de su sueños ahí si se enojaria.
Baje a obscuras y abri la puerta, al abrirla lo pude ver mucho más cerca, sus hermosos ojos tenían un brillo especial otorgado por el reflejo de la Luna, su sonrisa me hizo mirarlo embobadamente y el saber que vino hasta acá solo por mi, me hizo estremecerme con una sensación que hace mucho no sentía, que alguien me quiera se sentía bien.
Estaba lindo como siempre, con una campera de cuero negro, una remera y un jean del mismo color, hasta sus zapatillas combinaban;
Le di la mano, cerré la puerta y lo encamine hasta mi cuarto. Si bien me solía acompañar a casa después del parque, nunca entró, cuando estuvimos tranquilos en aquella habitación, lo abrace.

-parece que te acordas el camino- me beso la frente y acarició mi mejilla. El solo sentir su tacto me agradaba, estábamos tan tranquilos sin nadie a nuestro alrededor, que podía concentrarme en el, en su mirada que siempre transmitía todo lo que le pasara, si estaba feliz se notaba, si estaba triste también, él como con ver sus ojos podía descifrar si algo le estaba sucediendo era algo fascinante.

-siempre me voy a acordar del camino a tus brazos- no entendía como este chico podía ser tan dulce y la vida lo podía tratar tan miserablemente. Era alguien que se preocupaba por todos y si estaba de buen humor, aunque la vida lo pateara una y otra vez, él seguía enfrentando cada obstáculo, lo admiraba mucho.

Estuvimos viendo películas y hablando hasta que nos quedamos dormidos, no supe más nada hasta el otro día a la mañana, una mañana bastante alterada, empezó tranquila cuando desperté viéndolo, su rostro relajado aun dormido, sus largas pestañas. Me quede analizándolo, a él a sus tatuajes, pensando en lo loco que fue encontrar,ella y lo mucho que me gustaba el haberlo hecho. Que ingenua era al pensar eso, como me cambiaste la vida Tiago, nunca voy a olvidar tu nombre;
cuando me descubrió espiando lo me sonrió y me empezó a hacer cosquillas, estábamos tan concentrados en pasar ese momento con el otro que no nos dimos cuenta cuando Tamara abrió la puerta (como siempre sin tocar antes).

-así te quería ver, sos una puta barata, entras hombres cuando dormimos -empezó a gritar, mi perro a gruñidos y como nunca estaban mi papá y mi hermano, de todos los días justo hoy tenían que estar de acuerdo en estar todos en casa. Todos estaban alterados y miraban el lugar de un lado a otro, como buscando pruebas de que algo raro ocurrió ahí, mi papá cruzó miradas raras con Tiago, como si ya se hubieran visto antes.

-calmate Tami, vamos a dejar que los chicos se arreglen y bajen a desayunar, ahí hablamos con calma, vamos-el estaba raro, actuaba raro, no sólo porque me defendió y nunca estaba de mi lado, si no ese juego de miradas que hizo con el, algo raro pasaba por su mente.
Lo que el dijo fue lo que se hizo, al bajar, en la mesa había 5 lugares, lo incluyeron así de fácil, se sentó a mi lado y la ronda de preguntas empezó.

-quien sos- ese fue mi hermano, Julián, el solo sabía cómo hacer de un momento tenso aún más incómodo.

-soy Tiago, un amigo de Nat- me miro y me dio la mano por debajo de la mesa, masaje ando mi mano transmitiendo la tranquilidad que el me daba siempre, solo con su presencia- ella anoche estaba mal y vine a ver si podía hacer la sentir mejor- mi sonrisa se escapo, pero no me importó que la vieran, a mi hermano esto no lo conformó, pero no dijo nada, solo su mirada era más que suficiente.

-que haces vestido asi- Tamara como siempre era muy amable con la gente, siempre juzgaba a todos, incluso por la ropa.

-salí tarde del trabajo y ví el mensaje de Nat, la note rara cuando la llame, así que vine directo para acá. - eso no lo sabía, igual podía esperarmelo, porque usualmente su ropa es diferente, suele ser más tranquilo y colorido a veces.

-y de que trabajas? - a mi padre no se le escapaba nada.

-trabajo como seguridad en un boliche, se que no lo parezco pero por eso estoy todo de negro y con ropa para salir- a pesar de la situación se río y yo rei con el, luego de las preguntas pudimos desayunar tranquilos.

-Tiago, puedo hablar con vos en mi Oficina- lo mire extrañada, pero gotti me apreto la mano, se paro de su asiento y beso mi cabeza para luego susurra "ya vengo, no te preocupes", lo siguio cabizbajo, quería investigar que hablaban, pero justo sonó el timbre