Capitulo IX

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Todo era muy raro, no entendía porque me daba entradas para los tres, más sabiendo que yo no era de salir mucho, pero ellos dos se veían muy entusiasmados con la idea, Mauro empezó a saltar y planear un oufit para esa noche, Tiago le siguió la onda, ambos se estaban divirtiendo con la idea.
- dale Nat, es una noche para divertirnos, tenemos el resto de los días para ser paranoicos, dale vamos, porfa-Mauro quería hacer hasta lo imposible para ir, tanto que me termino convenciendo

-bueno, vamos, pero si me aburro los dejo ahí- ellos se rieron y Tiago me miro con una mirada que no entendí hasta unas horas después, era de culpabilidad él quería que dijera que no, lamentablemente no lo entendí.

-entonces mi querida Nat, me voy a bañar y en un rato nos vemos- me beso la mejilla y cuando estaba por irse hablo el más payaso de los tres.

-como yo también me tengo que ir a bañar y arreglar, porque toda esta belleza no es espontánea- se señaló el cuerpo entero y sonreía- los pasó a buscar con el lambo de Martín.

Todo estaba listo, ropa, permisos, ida, todo menos la vuelta esa era la única cosa que daba por sentado y fue la única que No tuvimos.
Los chicos se fueron y yo me metí a bañar, me tome mi tiempo y al salir me mire en el espejo, amaba mi pelo rojo, mis ojos grises y sobre todo mi cuerpo, no era el más voluminoso pero era lindo, me maquille un poco y me puse el vestido que estaba en la caja, era corto y pegado al cuerpo, marcaba mi silueta aunque odiaba que fuera incómodo le quería dar una oportunidad. Me puse unos zapatos acordé y baje, mi familia me miro, Tamara con su odiosa cara solo me miro enojada y se fue, mi hermano negó desaprobatoriamente y volví la vista a su teléfono, mi padre estaba muy feliz.

Luego de un rato escuché el timbre, fui a abrir aunque ya sabía a quien me encontraría, estaba Lit con su pelo despeinado, una remera violeta, con tonos fucila y detalles rojos, un jena negro y unas Nike jordan violetas, con negro y blanco. Este chico sin duda sabía vestirse bien, salude a mi familia y me encamine a él, me dio la mano y cerré la puerta, me guió hasta su auto o mejor dicho, el lambo blanco de Martín y fuimos hasta la casa de gotti. En el camino íbamos haciendo chistes y escuchando música, llegamos hasta la casa de Tiago y él nos estaba esperando en la entrada.
Su mirada era confusa, vestía con un buzo de colores, unas Nike también de muchos colores y un Jean negro como mau, vino hasta el auto y se subió mientras nos saludaba con la mano.

-asi que vos tenías mi buzo arcoíris- asi empezó la discusión que duró todo el camino hasta la fila del boliche y si, en la fila también discutieron por el buzo.

Si Lo hubiera sabido, hubiera disfrutado hasta de esa discusión. Al entrar el ambiente feliz se sentía, era de las pocas veces que entraba a un lugar como este, la última vez podría decirse. Los tres nos mantuvimos juntos y fuimos a la barra a pedir 3 fernet. Era de las pocas bebidas que siempre me iba a gustar y que se acomodaba a cualquier ocasión.

-entonces Nat, vamos a bailar?- asentí mientras le aceptaba la invitación, de la mano me guió hasta la pista donde todos bailaban felices, en una mano tenía mi vaso y en la otra podía sentir su mano jugando con la mía mientras bailábamos.

-Tiago, voy al baño, mientras baila con mau o discutan sobre el buzo, pero ya vengo- el me miro y rio mientras me daba un último giro para luego soltarme.

Camine sin saber bien a donde me dirigía, hasta que vi una larga fila, muchas mujeres seguro entraban a maquillarse o sacarse fotos, yo solo quería usar el baño, esa era la consecuencia de tomar mucho. Al esperar pensaba y pensaba, el que hacía ahí, porque era ese el regalo de mi padre, perdida en mis pensamientos me di cuenta de que ya estaba al principio de la fila así que entre y hice lo que quería. Cuando ya me sentía aliviada pude salir de aquel sucio baño.

Estaba un poco perdida, no los encontraba, ni era tan difícil distinguir a alguien vestido de mil colores y a un pibe con el pelo rojo, pero era casi imposible, un chico rubio con ojos claros y una linda sonrisa pareció notar que estaba algo desorientada.

-estás perdida?- me sonrió- me llamo Joaquín, pero me dicen seven- era lindo, tenía una campera de cuero y un pantalón blanco que le daba un lindo toque.

-soy Natasha, me dicen Nat y si, no encuentro a mis amigos me ayudas a buscarlos- el pareció no entenderme, supuse que era por la música así que se lo grite, pero solo negó con la cabeza y se acercó a mi oído.

-perdón linda, no te escucho, qué pasó- se lo volví a repetir, pero en vez de escucharme me beso, era lindo el beso, aunque me agarró desprevenida- respondiendo a tu pregunta, vamos a buscarlos.

Caminando un poco más pensé que los encontraría, pero no, solo encontré lo que me llevo a tocar fondo, algo que me espere de cualquiera, menos de él. Entramos a una habitación con la puerta roja, ahí lo vi a mau y a Tiago, solo que ellos tenían un arma apuntándoles en la cabeza, quien la empuñaba era mi padre y Martín.

-señores, acá les traigo a la chica, es tan linda como me dijeron y sus labios son tan mágicos como parecen, no quiero esperar más por probar el resto. Así que, hacemos el trato?- no entendía que estaba pasando, los escuchaba, pero no estaba ahí con ellos, no mentalmente, Joaquín estaba involucrado, mi padre estaba ahí, era ese su plan?, era eso lo que estaban hablando con Martín el día que lo conocí a Lit?, estaba tan desconcertada que solo podía llorar, era muy grande mi incertidumbre y él no saber que iba a pasar conmigo.- linda, no llores- me acarició el rostro y se relamió los labios- vas a ver lo mucho que te va a gustar tu nuevo trabajo, pero sos tan linda que me parece que vas a asistirme más a mí que a otros- su risa hasta el día de hoy no logro quitarla de mi cabeza, aparece hasta en el más remoto de mis sueños, la mirada de mis dos amigos, duele más que las cosas horribles que me han hecho, el dolor en los ojos de ellos, la culpa, odiaba a mi padre y a sus hombres de negocios.

Instintos criminales (Tiago pzk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora