Capitulo IV

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-Gotti, amo estar con vos, pero me tengo que ir, aunque no me quieran en mi casa, si no llego a la cena de negocios con mi padre, me matan, mañana nos vemos- me miro un poco triste, pero se limito a abrazarme.

-esta bien linda, me pasas tu numero- sin pensarlo se lo di, no imagine el error que suponía eso para mi, pero estaba hecho.

solo me aleje de el pensando en que podría escribirme, en como seria despertar con un mensaje suyo o desvelarme hablando con el por horas y no dormir por hablar con el, al hablar del amor es lindo, pero para personas que crecen con ello, yo eso ya no lo tengo, la persona que mas me amo ya no esta conmigo, no volverá, pero no voy a cerrarme al amor y menos si es con el. 

Al llegar a casa mi padre estaba allí, nunca estaba tan temprano solía llegar cuando todos dormían, no recuerdo cuando fue la última vez que el ceno con todos sin que fuera por sus negocios y mantener las apariencias. Por lo general cada uno comía cuando quería, tamara solía preparar algunas comidas, que aunque odio la idea de admitirlo, cocinaba demasiado bien. Mi padre tenía en sus manos una botella de vino francés añejo, solo tomaba de ese tipo cuando eran ocasiones de estrés, muchas veces era a fin de mes cuando tenía que arreglar un par de cosas en su trabajo, su rostro era preocupante, su respiración subía y bajaba a un ritmo desesperante era claro que estaba nervioso.


Thor lo notaba se movía inquieto a mi lado, me cuidaba de los posibles actos que mi padre cometía cuando estaba en este Estado. Cuando yo tenía 7 años mi hermano rompió un auto de colección que le pertenecía a mi abuelo y lo escondió, tiempo después fui a buscar algo en el mismo lugar donde estaba el auto desecho, mi padre fue a buscarme y al ver la pieza de plástico y los metales todos tirados, me agarro del pelo levantándome del frío suelo, me llevó a la cocina.


*sentate- tarde en entender y ejecutar lo pedido - ahora- lo obedecí sin dudarlo, su tono lo pedía*Agarro un cuchillo que usaba cuando hacia asado las noches de sábado. *que te dije de tocar las cosas que no son tuyas- su voz era más gruesa que la de costumbre*

 hacia fuerza en la mano que sostenía el cuchillo, sus nudillos blancos lo mostraban, Estaba apretando los dientes, sus pupilas dilatadas y sus ojos eufóricos me asustaban.

-que esta mal meterme donde no me llaman- mi voz temblaba estaba muy asustada- que... Eh.. Ya es mucho.. Lo que vos haces por mi, que no necesitas que me meta en más cosas- para ese punto yo ya estaba llorando, trastabillaba Con lo que decía, pero era lo que el me había enseñado, era el estorbo de la casa.


- y si sabes eso, porque sos tan hija de puta, que no podes quedarte quieta- cada palabra lastimaba más, solo era el comienzo- quiero que pongas tu mano en la mesa- no quería hacerlo, pero le hice caso- voy a enseñarte algo muy importante, no metas tus asquerosas manos en ningún lado.


Alzo el objeto punzante y cerré mis ojos esperando el impacto que nunca llegó, en vez de eso oí un alarido masculino y gemidos de dolor, al abrir mis ojos bañados en lágrimas ví a Julián, mi hermano mayor, estaba enfrente mío con el cuchillo clavado en su abdomen, siempre me cuidaba aunque no nos lleváramos bien.


-fui yo, lo rompí sin querer, se me cayó al piso- le costaba trabajo decirlo, la cara del adulto cambio, estaba preocupado. -me lo hubieras dicho, vamos al hospital hijo mío- el muy inútil saco el cuchillo e hizo un torniquete, Julián gritaba de dolor, lo ayudó a ponerse de pie y se lo llevó, esa noche casi pierdo a mi hermano, esa noche me quedé sola en mi habitación, todavía no lo tenía a Thor, cuando el llegó me cambio la vida.


No quería agarrarlo por sorpresa, así que grite al aire *papá llegue a casa*, el solo asintió. -necesito que vengas, paso algo y tenemos que hablar- mi padre rara vez habla conmigo, cuando mamá estaba teníamos nuestros momentos felices, el me quería, ahora con su nueva mujer las cosas son distintas. -hola papá, que paso, estas llorando? - el se paro, me miro y miro a mi perro, se acercó y le acarició la cabeza.


-no nat, solo estoy preocupado- me abrazo, no recordaba la última vez que el me había abrazado- hace tanto no acariciaba a este perro, hola campeón- algo raro estaba pasando, me abrazo y era amable con Thor.


- que pasa, nunca me abrazas, no registras a Thor y nunca estas en casa- me di cuenta de que le estaba reclamando, un par de lágrimas más escaparon de mi ese día, ante un hombre que pensé era un témpano de hielo.


-perdón por todo mi pequeña Nat, sentate- me senté desconcertada en el sillón junto a la barra- queres un poco de whisky- sin que digiera nada el se sirvió y me tendió un vaso con el líquido cobrizo- Tamara me contó que un ladrón entró esta mañana, que Thor lo enfrentó porque lo entrenaste, ahora ella está en el hospital porque perdió dos dedos y me di cuenta de algo hija- se sintió bien que me llamara así, su hija, su pequeña, que me llamara con el apodo que solía usar en mi niñez, no era malo siempre o eso quería que creyera esa tarde, se rayaba en momentos de nervios, pero seguía siendo mi padre.


-de que padre- el se puso a llorar, dos veces lo vi así, el día que falleció mi madre y el día que me llevó a sacar la licencia para conducir, hoy se sumaba esta. -que mal te hice, cuando ella me dijo eso vine a casa y no estabas, supe que gran parte es mi culpa, sos mi nena y no quise exponerte al peligro como paso con tu mamá, era mi ,luz y vos sos mi Ángel. Te descuide por miedo a perderte- mi llanto se sumaba al de el- espero que algún día me puedas perdonar.


Solo una cosa quería hacer, me tome el contenido de aquel vaso y lo abrace, extrañaba a mi padre, no le esperaba eso, ni lo que paso tiempo después. Cada día la odiaba mas y más, por suerte a la memoria de mi padre tenía ese último recuerdo y por desgracia para ella, tenía ese último recuerdo. Mi plan tenía que avanzar más rápido.

Instintos criminales (Tiago pzk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora