❀ MY FLOWER ❀ «LISA» ꨄ︎ «JUNGKOOK»

24.(Capitulo)

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///LISA///

"Lalisa. Será su nombre de ahora en adelante."

Escuche. Eras esas voces, extrañamente familiares

"¡Chae! ¡Chaerin! ¡Es mi hijo!"

Se mostró una nueva imagen de un hombre, que parecía estar en un bosque, no pude verle el rostro pero si ese llamativo color de cabello, gritando en medio de tantos arboles, como si buscara a alguien en especifico

"Es nuestro hijo..."
"... O hija, sabes que la amaré por igual"

Apareció otra escena, el mismo hombre que reconocí por el distintivo cabello naranjo que portaba, posando sus manos en el vientre de aquella mujer que reconocí como mi madre. Dejándome desconcertada al momento que ella se acerca a depositar un familiarizado beso en sus labios. Espere ver más, pero este también se desvaneció...

"Ruega que sea niño, porque al igual que ella, la despreciaran..."

Advirtió aquella mujer que se presentó ante mí madre, quien sostenía su avanzado embarazo, la mirada desconfiada dejaba algo claro y es que esa mujer no le agradaba, ni mi madre a ella.

"Chaerin, ¿Qué hacía esa desgraciada aquí? ¿Te dijo algo? ¿Estás bien?"

"Cosas sin importancia. Iré a recostarme, este pequeño es muy pesado..."

Pero en ese momento, un terrible dolor la hizo chillar

"¡Oh Dios! Ya va a nacer" 

"Minzy..."

Ese nombre... ese nombre fue el mismo que pronunciaron cuando me encerraron en esa casa 

«Es ella» 

La escena rápidamente cambio, dejando el acogedor hogar de antes por un espeso bosque. Escuchaba los gritos de dolor por parte de mamá. Dejándome confundida el hecho de que este dando a luz en medio del oscuro bosque siendo su única compañía la resplandeciente Luna Llena. 

Madre volvió a gritar, el dolor en sus gritos era tan palpable que me entraba una desesperación por querer ayudarla, pero ella no podía verme. Sudaba mucho, sus lagrimas me lastimaban y la desesperación por ayudarla me consumía.

"Tú puedes Chae" 

"Vamos, yo se que puedes" 

Animaba  una mujer, no podía apreciarla bien por la suciedad en su rostro, pero si esa cálida sonrisa que le brindaba a la rubia. Se volvieron a escuchar los gritos, pero el momento había cambiado.

 Ahora ya no eran ellas en medio de gritos. En esta se mostraba a mamá cargando un pequeño bulto y aun lobo rojizo cargando aun cachorro pelirrojo entre su hocico. Ambas corrían lo mas rápido que se les permitía, siendo la desventaja lo heridas y cansadas que estaban.