9 Presipicio

14 2 0
                                    

.
.
.
.

Precipicio
¿Quien cayó primero?

.
.
.
.

Heike 18/06/2021

"Para" "espera" en un momento pensé considerar sus palabras, pero aun así seguí corriendo; en un momento mi cabeza empezó a debatir, pero seguí huyendo.

Sentía algo, una sensación talvez no distinta pero mucho más intensa. Consideré que talvez era rencor, ese sentimiento que te da cuando te traicionan. Ninguna de mis opciones fue la correcta.

- No lo comprendo, Liam- inicié, una sonrisa incrédula se mostró en mi rostro mientras negaba con la cabeza, mientras sobrepensaba lo que acababa de ocurrir o lo que me negaba a ver - tus métodos son estúpidos y predecibles, incluso para ti; querido - enfaticé la última palabra.

Su boca abría y cerraba intentando formular inútilmente palabra, en ese gesto me mostró que ni siquiera él se sentía seguro de lo que había hecho, me mostró que su cabeza giraba y giraba sin rumbo.

- A pesar de todo me dejé guiar - cerré los ojos y los volví a abrir después de una respiración profunda con la intención de controlarme - quería sentir algo reconfortarle, algo normal.

- Yo te am... - predecible, lo interrumpí al instante.

- Esto no se trata de amor, sé que lo sabes - tome una pequeña respiración mientras uno de mis puños se cerraba lentamente - tampoco se trata de ti, se trata de tus jodidas acciones.

- Tu también comentaste errores - bastante predecible.

- ¡Me veías como un jodido objetivo, un plan! - mi voz se intensificó, de igual manera el aire se congelo helando la piel expuesta.

- Eres tan inestable - talvez sus palabras, esas en específico eran el punto clave de dejar de retenerme.

Mi mente permitió entrar de nuevo el recuerdo, aunque me intento arruinar en varias ocasiones, uno en específico que congelo la sangre.

El, ella, sus manos juntándose, uniéndose en unos imparables besos. Claramente me sentí ofendida, pero estaba bastante tranquila, no me importo en el momento aquella traición porque el en si no me importaba lo suficiente.

Mi expresión seguía demostrando simple sorpresa hasta que note el collar en su cuello. El collar de mi madre que bajo la decisión de su testamento habían guardado en el tarro de sus cenizas.

El aire en cada una de mis respiraciones se congelaba más de manera sobrenatural causando que se estremeciera.

- ¿Por eso no era suficiente para ti? - nunca me referí a la chica, nunca me sentí cambiada o traicionada por eso, pero de todas formas mis palabras salían crudas y tal vez demostraban un gran enojo.

El collar no me pertenecía, pero el sí. A pesar de eso el seguía siendo mío y el collar lo tenía esa chica, después de un tiempo lo recuperé y entendí su valor.

- No, no lo eras. Necesitaba, necesito - se corrigió - salir de aquí, tu dinero, tu fortuna me ayudaría a...

Bastante descaradas sus palabras, pero ya empezaba a ser sincero.

Una Mentira En Tus OjosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora