10 Demonios

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Demonios

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Heike

Demonios, abarcan en la noche entre las sombras, cobardes a la luz, tomando el alma que no tienen de sus víctimas.

Me acostumbré a ser un demonio desde ese día, nunca me arrepentí.

No me arrepiento.

Finge, apartarlo de tu mente y olvida, ya no podía seguir así, sometiéndome en la idea de querer ser normal.

Porque nunca quise ser normal, me parecía tonto e inservible ser humilde, perdonar y aceptar la realidad.

Finge, olvídalo y continúa; a pesar de que se repitiera en mi cabeza esas palabras, nunca las acepté, nunca pude olvidar y menos continuar ya qué la sensación que más crecía en mi interior era el odio.

Me sentí liberada lastimando a los demás. ¿Soy mala por eso? esa no es la pregunta ¿Para ser la protagonista mis acciones tienen que ser buenas?

¿Soy la protagonista?

Desperté, mis ojos al abrir lo primero que vieron fue mi perfecto reflejo en el gran espejo que decoraba el techo de mi habitación.

En el reflejo se veía perfectamente como estaba posicionada en la mitad de la gran cama color escarlata. El reflejo con que despertaba cada mañana.

El reflejo que me mostraba una mentira, que solo mostraba mis ojos cansados y mi piel pálida, pero nada más que la superficie.

El reflejo que me recordaba cada mañana que cualquier persona que me viera, se podría imaginar una vida perfecta por mi bello rostro, pero nunca el desastre que este abarcaba.

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- ¿Ya has elegido algo del baile? o lo ignoraste por completo - Pregunto Damián.

- Claro - Keisy entro a el comedor con varios libros, me saludo con una dulce sonrisa, yo hice lo mismo y continúe hablando - pienso que los colores sobresalientes serán el negro, rojo escarlata y rojo carmesí.

- ¿Acaso revisaste el folleto que te mandaron? - entrecerró los ojos incrédulo.

- ¿Lo crees necesario? Solo son colores, pienso en algo que me agrada y los selecciono - algo me hizo incomodarme, una fuerte tensión extraña que se acercaba.

A pesar de eso, mi sonrisa creció, una costumbre que nació a base de apariencias y el peso de estar constantemente en rumores.

Damián al entender el gran significado de aquellos colores sonrió y soltó una carcajada.

Él no era estúpido, talvez no conocía mis secretos por falta de interés, pero diferenciaba mis errores, mis expresiones y probablemente mis mentiras.

Talvez no les interesó porque las de él eran peores o eso creía.

Se posicionó en una expresión arrogante y suficiencia al sentir la tensión de aquellas miras que se acercaba.

Unas miradas juzgadoras se acercaron a nosotros, buscando algún indicio de algo que les convendría para crear rumores.

- Creen que estamos juntos - aclaro Damián mientras el pequeño grupo de chicas salía del comedor.

Miradas de envidia irónicamente basadas en una mentira.

- ¿Quien inventaría tal estupidez?

-Una chica, Casandra - comenzó - cuando entre, ella busco maneras para que estuviéramos juntos, como no lo logro se obsesión conmigo. Está... Celosa supongo - "celosa" su voz sonó arrogante en aquella palabra.

Una Mentira En Tus OjosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora