Bonito día en familia

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La mañána llegó rapidamente siendo ya casi las nueve de la mañana. Un pequeño lobito entraba a la habitación de su papi Kookie, con una pijamita de conejitos rosas, un peluche de un corazón con cara tristona entre uno de sus bracitos y la otra manito restregando uno de sus ojitos. Olisqueaba de aquí para allá, pues si bien le encantaba el aroma de su papi Kook y tambien le encantaba el aroma de su papá TaeTae; y el hecho de  que sus aromas esten mezclados era perfecto. Sonrió y escaló la cama de su papi, una vez ahí vio como sus dos padres se encontraban abrazados durmiendo, se sintío un poquito celoso, el tambien quería formar parte de aquel abrazo familiar. Por lo que soltando su peluche sobre  alguna parte de la cama, se abrío paso sobre la misma, acomodandose y quedandose en medio de sus progenitores. Sonrío felíz y satisfecho, por que estar en el medio de ambos, la mezcla de aromas de su papis era más relajante, haciendo que se duerma nuevamente.

Tae al sentir un pequeño intrúso en la cama de su omega, sonrío pues el aroma a leche de su bebé llego a su naríz, abrío sus ojos despacio para poder acostumbrarse a la luz del día que ingresaba por la gran ventana del cuarto del omega, viendo como su cachorrito estaba acurrucadito en medio de ambos. Fue la mejor y marivillosa manera de comenzar sus días. Viendo a sus dos dormilones amores. El omega se veía precioso con su cabello revuelto y su mejilla plastadita sobre la almohada que hacía que sus labios formaran un precioso puchero. Sonriendo se acerco y besó los labios de su omega, teniendo cuidado de no aplastar al pequeño intruso.- Buenos día amor.- dijo el alfa con voz ronca, al ver como su omega abría los ojitos.

- Buenos días Tae.- respondío con una sonrisa gigante de conejito.- Te dije que sabrías cuando despertara, el siempre lo hace.- mencionó, Kook, viendo a su rayito de sol.

- Sabes, podría acostumbrarme a esto. Si siempre me despertare así, con esta maravillosa imagen.- sinceró frente a su omega.

Kookie sonrío.- Pues deberías, tu dijiste que pronto me marcarias.- dijo con un tonito sugerente y a la vez con burla.

El alfa se sonrojó.- Yo, no dije pronto. Pero me encanta la idea de que sea pronto. A demás fuiste tu el que me pregunto si te deseaba.- replicó. Y como si se tratase de un concurso de sonrojos el omega parecia una linda manzanita .

Estuvieron unos instantes más dandose cariñitos inocentes hasta  que, por tanto movimieto  y risitas mal silenciadas, el cachorrito despertó.- Buenos lías papis.- dijo su pequeño dormilón.

Ambos besaron a su pequeños con un bajito" buenos días".- Yo preparare el desayuno, ¿ desearían comer  pancakes ?.- pregunto el alfa emocionado, recibiendo un pequeñito asentimiento de parte de Kook y su cachorro.- ¡Bien! Manos a la obra.- grito levantandose de la cama y dirigiendose a la cocina.

Mientras el alfa preparaba el desyuno el omega aseo y cambio a su pequeño dejandolo sobre su cama viendo un video infantil, mientras el se aseaba y cambiaba rápidamente. Una vez listos bajaron a la cocina, donde un agradable aroma los recibío.

- ¿Que les gustaría de beber?- pregunto el alfa.

- ¡Leche de platano!.- gritaron al unísono Kook y Bin.

Los tres se carcajearon por tal escena. El alfa preparo y sirvio el desyuno para los tres disfrutando cada bocado, pues si bien el solia cocinar seguido, al comer acompañado por su pequeña familia la comida sabía especialmente sabrosa.

- Estan deliciosos alfa.- hablo kook.-  Mira a Binnie, ya mismo termina su desayuno.- ambos padres miraban al cachorrito que tenia sus mejillas llenitas de pancakes con un pucherito.- Cuando come se parece a ti, es hermoso.- suspiro mientras lo decia.

Luego de aquel algradable desayuno, la pequeña familia se encontraba en el patio trasero jugando con el cachorro, Tae le enseñaba a su pequeño su forma lobuna, pués un lobo negro grande e imponente, correteaba de un lado a otro siendo oerseguido por su cachorrito.-¡Yo quelo!.- decia en un pequeño berrinche.

- Ya te lo explicamos cariño, aun estas pequeñito como para transfotmarte pero cuando ya cumplas cinco añitos tu empezaras a controlar a tu lobito y podras transformarte. ¿Entediste?.- explicaba el omega con voz amorosa. El cachorro asintio y siguio persiguiendo a su padre, que luego tanto correr, el cachorrito quedo profundamente dormidito.

Aprovechando aquello, el omega se transformo tambien, dejando ver a un hermoso lobo blanco un poco mas pequeño que el alfa. Ambos se olfateaban reconociendo sus aromas; para luego empezar a corretear por todo el patio, entre pequeños gruñiditos y mordiditas en las orejas y lamiditas, jugaron por un buen tiempo. Hasta que empezó a llover y tuvieron que ingresar a la casa a regañadientes ya que ambos estaban disfrutandolo.

Y así despues de bañarse y cambiarse prepararon el almuerzo, comiendo en familia nuevamente, viendo peliculas y dandose mimos.

Ya llegada la noche prepararon al cachorrito para que duerma, ambos adultos marcado el peluche de su hijo con sus aromas para mezclarlos y así su retoño durmiera de mejor manera.

- Amor, debemos dormir ya.- regañaba el alfa, ya que el omeguita quería ver más películas.

El omega pucherio molesto.- Alfa amargado.- dijo en un pequeño bufido.
El alfa simplemente se rió.- Sabes que debemos madrugar, en especial yo. Debo ir por mi casa primero para poder cambiarme y llegar a tiempo a mis reuniones y tú debes ir a trabajar con tu hermano.- explicó.
- Si lo sé. Vamos a dormir amor.- menciono el omega.

Una vez en la habitación y luego de unos cuantos mimos y besitos subiditos de tono, alfa y omega quedaron dormidos sintiendo el aroma del contrario. No sin antes pronunciar su respectivo " Te amo"

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