La familia crece

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Omega y alfa se encontraban sentados en un lindo y elegante restaurante, pues ya llevaban ya casi un año de su noviazgo y como cada tarde se juntaban para almorzar juntos.- Amor, mañana me gustaría visitar a Jinnie, SooBin insiste en querer ir a visitar a su pequeña primita JiSoo.- mencionó el omega.

- Claro mi vida, mañana iremos a visitar a mi hermano.- le regaló una pequeña sonrisa. Su hermano había dado a luz ya hace nueve meses atrás a una pequeña cachorrita pelinegra, blanquita y de mucho caracter.- Hoy le avisare a YoonGi que iremos a visitarlos.- musito mientras llamaba al mesero para que le traiga su cuenta.

Una vez el alfa pagó la cuenta luego de una pequeña pelea por quién la pagaría con el omega; ambos salieron con sus manos entrelazadas. En ese casi año de pareja, habían pasado muchas cosas que los hicierón madurar como pareja y familia. Habían pasado el cumpleaños del pequeño SooBin que ya tenia tres años y algunos meses, aquella fiesta fue sencilla, pequeña e intíma ha pédido de su lindo omega. Tambien tuvierón sus celos, cinco para ser más especificos. Los tres primeros los pasaron separados, fueron muy dolorosos y largos para ambos, pues al ser destinados su celos se sincronizaban, siendo sus lobos quienes trataban que sus humanos consumaran su amor y puedan llegar al nudo y una marca. Por lo cual, después de los tres primeros celos, ambos decidieron hablar sobre si deseaban o no pasar los celos juntos. Ambos acordaron en que se ayudarían en sus celos pasando juntos pero eso si, ambos quedarón de acuerdo que la marca la tendrían en un momento que ambos esten lúcidos y no con los efectos de sus hormonas por el celo. Tanto alfa como omega querían que la marca se haga en un momento de "amor", ellos sabrían cuando sería el momento perfecto. A pesar de aquello sus celos eran los únicos momentos donde ellos mantenían relaciones sexuales, ya que llevados por sus hormonas podía llegar a peder todo tipo de verguenzas y más. Pero estando completamente concientes, sus nervios e incluso inseguridades no les permitía dar aquel paso fuera del celo. Ambos esperarían el momento indicado de cuando los dos se sientan listos, ya que sabían que así el alfa marcaría al omega.

Otra de las cosas que había pasado es que el alfa al ser una persona de "dinero", era muy conocido por los medíos por lo que rapidamente se filtraron fotografias de el, su omega y su cachorro; aunque si bien del último ninguna mostraba su carita, el decidió por medio de sus abogados y sus mejores amigos y hermano poner una demanda a todos los que mostraran o subieran fotos a redes o medios de su pequeño. Pues el había mantenido una charla muy seria con su Kookie, pués el omega había décido que no había problema con anunciar que son pareja ante los medios siempre y cuando su cachorrito este bien protegido, el no quería que su bebé sea acosado, cosa que el alfa estaba en total acuerdo con el omega de bonitos ojos. Y así toda Corea del Sur y por no decir el mundo sabían de su relación.

-Amor, quiero que tú y nuestro hijo vengan a vivir conmigo.- soltó derepente. Pues si el alfa pasaba más tiempo en casa del omega e incluso tenía algunas prendas en el armarío de su conejito. El quería de todo corazón vivir en su mansión con su familia.- Se que tu compraste la casa en la que ahora vives, pero podríamos venderla o no sé, pero en serio deseo que vivamos los tres juntos, tomando encuenta que ahí Binnie tendra mucho más espacio para jugar y estaría más seguro de cualquiera que le quiera tomar una foto a su carita, o cuando a tí te quieran acosar por ser el omega más precioso del universo.- mencionaba mientras el omeguita lo miraba, con su rostro sin ninguna emoción, aparte de aquellos ojitos galacticos brillantes.-Y-yo se que tal vez no quieras, solo decía. Perdón mejor olvidalo ¿sí?.- hablo un poco decaído.

El omega lo abrazó con fuerza al ver que se entisteció.- Claro que quiero. Eso sería  hermoso, Binnie estara muy feliz por eso.- el omega se rió contra el pecho de su alfa, provocandole cosquillas.- Tontito, no te pongas triste me tomaste desprevenido, pero estoy felíz que me lo pidas. No me gusta separarme de ti cuando debes ir a tu casa por más ropa o por tus documentos.- decia aún sin aflojar el abrazo.

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