VERDAD

Hawks

 Respondía llamadas mientras se dedicaba a mandar héroes dependiendo de las situaciones. Suspiro exhausto acomodando algunos papeles que estaban distribuidos a lo largo del escritorio de madera. 

Reviso el reloj en su muñeca dejándose caer en el sofá que había en medio de su oficina esperando a que Shoto llegase.

Sabia que para el menor de los Todoroki había sido difícil abrirse, pero agradecía infinitamente que con el paso del tiempo lo había dejado formar parte de su vida y había comenzado a ser más abierto respecto a sus sentimientos tanto con él como con su familia.

-¿Se puede? -la voz tranquila del chico lo hizo levantarse con una sonrisa.

-¡Sho-chan! -abrazo al menor apretándolo entre sus brazos.

-Hawks, a lo que vine.

-Claro, claro- se separó y tomo una carpeta con papeles dentro- necesito que llenes esto. En su mayoría es información personal, pero también son algunas preguntas sobre cómo te sientes aquí, ambiente laboral, misiones en las que has estado y tus compañeros. Es para la escuela, se la debes entregar a Present Mic o Eraserhead.

-Entiendo... ¿Ya nos vamos con Fuyumi?

-Claro, vamos.

Cerró todo con seguro antes de salir con el chico. La agencia no estaba muy lejos así que podían caminar hasta la casa. Algunas personas se detenían a tomarse fotos con ambos héroes, después de todo con el tiempo habían vuelto a ganar fama. Shoto le contaba algunas cosas de la escuela al mayor, el cual lo escuchaba atento, comentando una que otra cosa y reía ante las tonterías que hacían en su grupo.

Adoraba estar así, se sentía aceptado de cierta manera, y no había mayor satisfacción que saber que se había ganado la total confianza de Shoto.

-Veo que ahora te llevas bien con ese chico rubio.

-Si... De un momento a otro nos volvimos bastante cercanos. Aún hablo con Midoriya, pero paso más tiempo con Bakugo -Hawks asintió con una sonrisa, recordando como había escuchado negar al cenizo sobre su amistad con el bicolor.

-¿Y te gusta estar con él? 

-¿Qué insinúas?

-Nada, no insinuó nada -recibió un golpe en el hombro el cual lo hizo soltar una carcajada.

Si, amaba que Shoto confiará en él.

También amaba pasar tiempo con el menor y escucharlo.

Pero no había mayor satisfacción que molestarlo.