Shoto (Final)

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-Ya hay que levantarnos.

-No quiero.

Soltó un quejido y se hizo ovillo en la cama jalando toda la cobija para si mismo, escucho a su pareja suspirar cansado y los brazos ajenos envolver su cintura, sintió un pellizco en sus muslos el cual lo hizo quejarse nuevamente.

-No quieroo...

-Tu insististe en ir, ahora vamos.

-¿Y si me odia?, ¿Y si no me quiere?

-Te va a adorar, te lo aseguro -sintió los labios sobre su mejilla y una palmada en el trasero- levántate y recuérdame poner otra cobija para mi, siempre la tomas toda para ti como si durmieras solo.

-Lo siento.

-Como sea.

Hizo un puchero y como si aquello fuera una señal para el rubio, recibió un beso sobre estos al instante, aquello lo hizo sonreír y devolver el pequeño beso. Recogió sus ropas del suelo, se vistió y salió de la habitación para ir a bañarse.

Se vistió con un suéter amarillo, cortesía de su pareja, jeans celestes y tenis blancos con arcoíris a los costados, recogió su cabello en una coleta y se vio al espejo, hizo una mueca de disgusto al verse con aquel atuendo.

-Te ves bien, aunque parece como si Denki te hubiera vestido -volteo al origen de aquella voz, Bakugo lo veía desde el marco de la puerta, llevaba ropas totalmente oscuras, un gran contraste.

-Si, de hecho el escogió la ropa -suspiro y desabrocho los tenis lanzándolos a un lado, bajo su pantalón y lo lanzo sobre la cama.

-Lindas calcetas.

-Cierra la boca, me las regalo Hawks y no tengo calcetines limpios -viro los ojos viendo sus medias cortas las cuales tenían bordados de pollo frito y KFC. Saco unos jeans rasgados azul claro y se los puso en conjunto con unas botas negras- ¿mejor, no crees?

-Mucho más tu estilo, ¿nos vamos?

-¿Tengo otra opción?

-Sabes que no. Vamos.

Caminaron con sus dedos entrelazados, Shoto veía las calles con ligero nerviosismo; Bakugo parecía bastante tranquilo a su lado, viendo de reojo el cielo o la calle. La casa del cenizo era bastante amplia, abrieron el portón y entraron a esta, a pesar del gran tamaño era bastante acogedora y cálida.

-¡Llegamos! -grito una vez en la puerta, ambos fueron directo a la sala.

-¿Dónde estas, mocoso? -una voz femenina lo hizo sobresaltarse, la dueña de esta hizo acto de presencia, al instante supo que era la madre de Katsuki pues eran totalmente idénticos, solo que la mujer tenía más pechos- ¿No pudiste conseguir algo mejor?

-¡Oye bruja no hables así de...!

-¡¿Quién te habla a ti?!, ¡Claramente le estoy hablando a él! -la mujer lo envolvió en un abrazo mientras Bakugo maldecía de todas las formas posibles- gracias por aguantarlo, cariño. Te mereces el cielo, no sé que Karma podrás estar pagando para tener a este de novio.

Pasaron segundos antes de que ambos rubios dejasen de pelear, comieron entre charlas, y más gritos, pequeñas discusiones y risas. Aparentemente los padres de su pareja ya sabían que ambos eran novios, simplemente querían conocerlo, al instante se encontraron encantados con el chico, sobre todo Mitsuki la cual no paraba de decirle que estaba feliz de que su hijo tuviese un novio como el.

-Katsuki ve a traer esto.

-¡¿Eh?!, ¿por qué yo?

-¡Ve y hazlo!, Anda, Shoto se quedará aquí, ve con tu padre.

-¡Pero, Shoto!, ¡No, él viene conmigo!

-¡Él estará bien, ya vete! -empujo al chico fuera, y volvió con el bicolor- gracias por cuidar a mi hijo.

-Yo... No, él me cuida a mi en realidad, yo soy bastante inútil en eso.

-No, verás. Hice que se fuera porque no quería que escuchará esto, pero, hubo un tiempo en que se encontraba bastante decaído, solía llorar bastante, pero nunca se lo mencionamos porque... Bueno, tú sabes como es él -escuchaba atentamente, sorprendido de escuchar aquello pues jamás imagino que Bakugo hubiera pasado por aquello- pero de un tiempo en adelante, cambio mucho, se encontraba más calmado, y volvía a ser él. Luego no paraba de hablar de un chico bicolor que lo hacía enojar. Estoy agradecida contigo por todo esto.

-Yo debería agradecerle que me permita ser parte de su familia.

-Cuida mucho a mi hijo Shoto -la fémina volvió a abrazarlo y Shoto no dudo en corresponder esta vez.

Claro que cuidaría a aquel cenizo y esperaba seguir siendo parte de su vida por muchos años más.

Agradecía que aquellos rumores y sentimientos fueran verdad.

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