VERDAD

Hanta

Jugaba nerviosamente con el piercing de su labio, acción que con el paso del tiempo se había vuelto costumbre a pesar de que siempre era reprendido pues podría lastimarse, pero si era sincero aquello ya le importaba poco.

Suspiro por quinta vez en los últimos diez minutos, no podía estar tranquilo, no mientras su grupo de amigos se encontraba en conflicto, no mientras supiera que Katsuki lo pasaba mal.

No había estado presente cuando Kaminari había dicho todo aquello. Sin embargo, después de lo que les había contado Eijiro, tenía una ligera idea de como podría sentirse Bakugo.

Así que se puso de pie, emprendió camino hacia la habitación del chico, y ahí estaba, parado frente a esta, dudando tocar.

Shoto Todoroki... Aquel chico que con su mera presencia lo hacia sonreír como un tonto, y suspirar como una adolescente enamorada.

-¿Pudiste hablar con él?

-No... Ni siquiera puedo tocar la puerta, pero es la quinta vez que escucha leave me alone, siempre que escucha NF es porque realmente esta mal- suspiraron al unísono, ¿Quién era él para dudar de lo que decía el bicolor, cuando claramente era el que mejor conocía a aquel cenizo de quirk explosivo?

-¿Me dejas hablar con él?

-Claro, cuando termines, por favor dime como esta -los ojos heterocromáticos del chico estaban llenos de preocupación, al igual que su tono empleado, por lo que se limito a asentir, viendo como este se daba la media vuelta antes de volver a su habitación.

Si era sincero estaba celoso, siempre lo había estado, envidiaba aquella cercanía y momentos intimos entre su amigo y el chico que le gustaba, envidiaba aquel tono de preocupación cada que le pasaba algo al rubio, odiaba como reían juntos y sobre todo odiaba como los ojos de Shoto se iluminaban cada que veía a Katsuki.

Odiaba todo aquello, lo envidiaba y no podía evitar ponerse celoso.

Pero también adoraba que por fin Bakugo demostrará interés por alguien, y se preocupara por alguien, al igual que amaba ver aquellos ojos y sonrisa en el rostro de Todoroki.

-¿Qué quieres? 

-Hablar contigo.

El rubio por fin bajo el volumen de la música dejando pasar a Hanta, la habitación se encontraba bastante ordenada, por lo que se dirigió al suelo tomando asiento frente a la cama del rubio. Bakugo suspiro tomando asiento a su lado, sus ojos se encontraban rojos, pudo notar que había llorado, pero claramente no se lo iba a mencionar.

-Denki me dijo que te gusta Shoto -rompió el silencio con aquello, cosa que sorprendió a Sero, pues el pensaba dejar aquello para el final- estoy seguro que también le gustas, deberías decírselo.

-¿Qué?, ¿Estas bromeando, cierto? -no pudo contener una sonrisa, sonrisa que confundió a Katsuki- no, no, no. Shoto te ama, le gustas, mucho. Créeme, nunca deja de hablarme de ti.

-¿Qué?, no, pero, cuando esta contigo, habla tanto, y ríe, y sonríe, y te ve con esos ojos, no como conmigo. Conmigo es tan serio, y...

-Bakugo, ¿De crees que habla conmigo?

-No sé, ¿Manga, música?, alguna mierda así.

-Habla de ti, pregúntale a quién quieras, Shoto nunca para de hablar de ti -pudo notar un sonrojo en las mejillas ajenas, sonrojo que lo hizo sonreír nuevamente-. Si, algunas veces habla de libros, o conspiraciones, o filosofía, muchas veces se pone filosófico. Pero siempre que sonríe, o le brillan los ojos, esta hablando de ti.

-No lo merezco.

-No, tienes razón en eso -soltó una risita al ver como Bakugo se enojaba- ¿Qué?, ¿Esperabas que te contradijera?, Shoto merece algo mucho mejor, yo tampoco lo merezco, nadie en realidad. Pero él te quiere a ti, así que no desperdicies eso.

-¿Y tú...?

-Estoy bien con eso. Si él es feliz, estoy bien. 

-¿Crees que debo decirle lo que siento?

-Si, pero necesito un favor- tomo un respiro antes de continuar- deja que yo lo haga primero. Él me rechazará, estoy seguro de eso. Así que déjame hacerlo primero.

-Esta bien.

-Gracias Bakugo. Y sobre Denki, esta muy arrepentido por todo, deberías escucharlo.

-Lo haré, por ahora necesito tiempo a solas.

-Entiendo, cuídate.

-Sero, gracias por todo. 

Le dedicó una última sonrisa antes de salir, una vez fuera pudo escuchar como esta vez ya no sonaba leave me alone, si no que ahora sonaba Middle finger, con una ronca voz haciéndole compañía.