Kiara
Apreté los dedos con fuerza llamando la atención de Zack que conducía el auto, posó su cálida mano en mi muslo queriendo hacerme saber que todo estaría bien, pero para mí nada estaría bien. No me sentía bien, quería vomitar y correr donde nadie supiera de mi.
—Cariño, todo estará bien.
—Para ti es fácil decirlo—Le dije en un susurro.
—No es fácil, porque ambos estamos igual.
—¿Que sabes tú por lo que he tenido que pasar?
—Tu tampoco haz pasado por la mitad de las cosas que yo, y no te ando criticando.
Agaché la cabeza frunciendo los labios por lo que lo ocurrido, no quería ser grosera, pero estaba muy nerviosa.
—Lo siento—Dije—Sabes que no quiero sonar grosera, solo que ir al psicólogo me aterra.
—Si, lo sé.
—Tengo ganas de vomitar.
—Ya llegamos.
Ambos nos bajamos del auto y tomé la cálida mano de mi novio, la única que me hacía sentir a salvo. Caminamos dentro del edificio y hablamos con la chica que estaba en la entrada, nos dejó pasar hacia donde la psicóloga y Zack se sentó en la sala de espera.
—Estarás bien, eres fuerte y puedes con esto—Posó sus manos en mis mejillas dándome un beso en la boca.
—Gracias por estar aquí—Le agradecí con otro beso.
—No es nada, cariño, por ti iría más lejos.
Soltó mi rostro y seguí hacia el consultorio de la psicóloga, cerré la puerta y le dí una sonrisa amigable a la mujer que estaba sentada en el sillón con una agenda en su mano.
—Bienvenida, toma asiento—Señaló la silla frente a ella.
Caminé hacia la silla y tomé asiento dándole una pequeña sonrisa, cruce mis piernas y apreté mis manos entre sí tratando de calmar los nervios que me estaban consumiendo.
—Eres Kiara, ¿Verdad?
—Si, Kiara Robinson—Respondí con la voz entrecortada.
—Mucho gusto, soy Ángela Murdock.
La mujer se veía amigable, también quería ser amigable, pero mi forma de ser no quería alcanzar esos límites.
—Bien, se porque estás aquí. ¿Quieres contarme lo que pasó?
Observé hacía mi alrededor y tomé aire antes de comenzar con la historia que me atormentaba todas las noches.
—Yo tenía trece cuando todo sucedió—Dije avergonzada—No lo pedí por ir vestida como quería, nunca quise que lo hiciera.
—Lo sé.
—Mi tío una noche se pasó a mí habitación y abuso de mi, desde esa noche todo está mal, siempre que voy a dormir algún recuerdo llega a perturbar mi mente—Hablé quitándome un peso de encima—Yo..No quiero que siga pasando, no quiero soñar con eso, pero simplemente sigue ahí.
Limpié con fuerza la lágrima que calló e intenté dejar de llorar, pero era imposible.
—¿Has hablado de esto con alguien más?
—Con mi novio.
—¿Y algún familiar?
—Mi tía sabe lo que él me hizo, pero nunca quiso hablar porque él es una persona con poder en el lugar donde está.
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En Las Manos De Zack ✔️ [EN EDICIÓN]
Roman pour Adolescents¿Declararse a su amor platónico? Listo. ¿Llorar por amor a los trece años? Listo. Kiara Robinson había llenado la lista de la vergüenza después de habérsele declarado al mejor amigo de su hermano; Zack Ryder, para ella él era perfecto, para él era...